sábado, 29 de diciembre de 2018

A Dios le agradezco- Reflexiones-

 

A Dios le agradezco, haber llegado hasta el final de un año más, y poder disfrutar de un año nuevo que empieza.

Porque mi familia, que está sana y feliz, aunque esté lejana, por mi sombra que me ve correr  hacia el sol, esto significa  que puedo alcanzar la luz.

 Por las faenas que tengo que hacer diariamente, y todo los demás quehaceres porque esto significa, que tengo casa.

Por esas vueltas que tengo que dar para buscar un aparcamiento porque esto significa, que tengo coche.

 Por las ropas que me quedan ajustadas, esto significa, que tengo suficiente para comer.

Por esos ruidos infernales de la gran ciudad, porque significa que  los oigo.

Por el cansancio y los dolores musculares que al final del día  tengo, porque esto significa, que tengo fuerzas para seguir.

 Por el despertador que suena  tan temprano todas las mañanas, porque esto significa, que estoy viva.

Por tantas y tantas cosa, hoy al finalizar un año más, me detengo para dar gracias a Dios que a veces me olvido.

 No quiero que se me olvide  mi  tiempo de vida, en asuntos que no merecen la pena, nadie viene a este mundo a encerrarse en un lugar oscuro, ni a lograr la aprobación de los demás,  ni a matar el tiempo, el tiempo es algo maravilloso, un recurso no renovable.

 Quiero mirar para atrás, solamente para cerrar los asuntos pendientes, es el único  modo en el que el pasado, puede realmente pasar.

Hacerme cargo de mis errores y pedir disculpas, reconocer lo recibido, dar las gracias, intentar comprender lo no comprendido, lo que ya no es, y comenzar  a hacer espacios para lo nuevo.

 Quiero pedir ayuda cuando la necesite, para volver a posarme  sobre mis propios pies, dejarme ayudar, es un buen antídoto para la omnipotencia, o la necedad.

Y ayudar, ayudar requiere el ejercicio de una solidaridad inteligente, de sus trampas y de sus límites.

 Quiero permanecer abierta a encontrar a verdaderos compañeros de camino, afines a mi más íntima esencia, como decía “Vinicio” la vida es el arte del encuentro.

Quiero vivir, viva es poco frecuente en los humanos, lo lograré  si  continúo  trabajando para abrir las sensibilidades y las conciencias.

 Quiero ser parte de aquellos que más que un año nuevo, celebran cada día, un día nuevo, intensamente vivos, y es que amigos, hay un único tiempo…aquí y ahora.

  

Encarna Recio Blanco.





domingo, 23 de diciembre de 2018

¡Silencio…silencio…


¡Silencio…silencio…silencio! Que calle el mundo un momento

Que está a punto de nacer un niño ¡Que  ya está naciendo!!!

La luz del Cielo baja la nieve  se cuajó la estrella guía a los Magos

Oro, incienso y mirra, en el zurrón.

Van a adorar a un niño que entre pajas sonríe, aún sabiendo

Que le espera el martirio de una cruz.

En bandadas los Ángeles entre estrellas y luceros

Se afanan para adorar al Rey de los Cielos.

Alrededor de unos troncos de unos encendidos robles

Los pastores se apiñan con zambombas y tambores.

En los nudosos rediles las ovejitas se esconden

Detrás del frío portal beben nieve y piensan que comen.

La noche huele a romero la luna  derrama pureza  por el sendero

Y la tierra en un instante… de Paz está floreciendo.

Desde mis ventanas  veía mil lucecitas y eran las estrellas

Que estaban loquitas.  Brillaban… brillaban, corrían veloz,

Muy contenta gritaba: ¡Ha nacido Dios!

Hosanna en las alturas, el Niño nos llegó, que cante

 El mundo entero un villancico de amor.

Vengo de la Extremadura de la Extremadura vengo,

Y al niño Jesús le traigo mis poesías en un cesto.

¡Gloria a Dios en las alturas! Paz en la tierra a los hombres.

Dios ha nacido en belén en esta dichosa noche.

Un niño recién nacido que Hombre y Dios…

Tiene por nombre. ¡Silencio…Silencio!

 

Encarna Recio Blanco.




Mis palabras esta noche-reflexiones-

Mis palabras esta noche van dirigidas a vosotros mis amigos, amigos que me visitáis en mi blog y que tal vez, ni nos conocemos, pero que yo os siento y que  ahora me leéis.

Ya estamos en Navidad, unos días en los que las familias se reúnen, llegan los familiares al redil, días de regalos, de abrazos, de buenos deseos, donde los hogares y las calles se adornan con luces de colores, donde en las mesas se apiñan los manjares, el champan y el turrón alegrando con ellos las dulces veladas.

En estos días, también hay otros seres humanos que están solos, que están enfermos en hospitales, muchos médicos que no pueden comer con sus familiares porque tienen que cuidarles.

Aquellos que están separados y no pueden cenar con sus hijos, los que no tienen familia y deambulan de un lado para otro sin cobijo, los presos entre rejas que son inocentes, o los culpables. Los que perdieron a sus seres queridos, a todos los que van a la deriva en pateras y se dejan la vida ondeando en mares furiosos diariamente y en Noche Buena.

Y a tantos otros, que por no tener no tienen, ni quien pueda darles un abrazo. Quiero deciros en esta pequeña reflexión, que todos somos hermanos, que podemos ser amigos. Y a todos vosotros que aunque no os conozca, se que estáis ahí.

 Quiero que sepáis que hay en el mundo muchas, muchas,  personas con buenos sentimientos  que se acuerdan no solo en estas fechas tan entrañables, sino siempre, de las desdichas y las penurias de los demás.

 En todos los seres humanos del mundo existe la alegría y también la pena, en todos los corazones el dolor a veces anida.

La felicidad es efímera como la vida misma, unas gotas de ella a  veces nos emborrachan, cuando no la tenemos ni la sentimos,  parecemos fantasmas errantes que deambulamos de un lado para otro, para buscarla.

 Por eso, en estas fechas, y en otras similares hay que sacar las fuerzas en los infortunios, que tenemos que avivar la fe, hacernos amigos del enemigo, dar agradecimiento y calor a las fuerzas que se nos abren, a una mano tendida que te aprieta, a una sonrisa que te alienta, y aquella estrella fugaz que te alumbra, aunque solo sea un instante.

Hay que cultivar esa semilla divina con la que Dios, siembra y que florece en todos los corazones generosos, para luego llevarle los frutos de Su cosecha el día que nos llame para irnos para siempre, hacia su Cielo.

Que la luz nos ilumine, estas Navidades y eternamente.

¡Felices Navidades!

  

Encarna Recio Blanco.



viernes, 14 de diciembre de 2018

Entrégate con la ambición...

 

Entrégate con la ambición

De un borracho

En la taberna de mi cuerpo.

Entrégame tus misterios

Para que yo lo despliegue.

Navegaré con los frutos

De tu voluptuosa cosecha,

Esparcidas por mis senos

Que ardientes lo esperan.

Cráter de lava que me ciega,

Huracán que me eleva

Por la pendiente de la locura

En el paraíso, de nuestra noche sin luna.

No te detengas…no te detengas y sigue,

Al ritmo pausado de las cuerdas,

De la guitarra y de tus dedos,

Sobre mis piernas.


Encarna Recio Blanco.





jueves, 6 de diciembre de 2018

Esta noche, estoy sumida(Cartas de amor)



Esta noche, estoy sumida en una profunda melancolía... ¿El motivo? no tengo ninguno, o los tengo todos.

Quiero escribir, aunque sé, que si me pongo a la sagrada tarea de mis dedos, solo saldrán tristes líneas, poemas, cartas o reflexiones.

 Estoy agazapada  en el aquilón de la madrugada, dejaré a mis dedos que bailen y  trajinen, tal vez, me tranquilice.

 ¿Es demasiado fuerte este mundo? ¿O son escasas mis fuerzas para luchar en un frente, sin tener más armas en las manos, que las del amor?

 Ni mi alma esta noche aboga por mis derechos, este mundo y sus circunstancias sólo se rigen por la ley del más fuerte, vapuleado  por la del egoísmo más ingrato.

 La verdad es que, en casi todas mis contiendas ,no sé lo que me pasa, pero siempre salgo con heridas,  creo a ciencia cierta, que es, por poner el corazón en cada una de las cosas que hago,  soy así y ya no puedo ,ni quiero cambiar.

 Esta lucha que se disputa cada día en mi mente, predice que tal vez, terminará pronto, y que la melancolía dará paso a la alegría.

 ¿Qué puedo decir a ésta pasión que ya no controlo,  ni contesta a mis delirios de loca sin remedio?

Son  sin lugar a dudas, mis ansias de tenerte junto a mí, cual guardián de mis sentimientos.

 Esta noche, no quiero dormir en los abrazos de la melancolía…así es, que dibujaré tus sonrisas en mi almohada, para que acaricien mis sueños.

  

Encarna Recio Blanco.





viernes, 23 de noviembre de 2018

Y ahora que te digo...



¿Y ahora que te digo, si  ya te vas del todo?

Se me nubla la mente y no  sé qué decir.

Quizás un hasta luego, o tal vez, un hasta pronto.

En momentos como éstos es necesario mentir.

Qué fácil es olvidar lo que en falsedad se vive.

Qué difícil es decir que no sientes la verdad,

Que las palabras te duran, justo el tiempo que las dices,

Pero los muchos momentos que son tan sólo un suspiro.

¿Por qué suelen perdurar?

Tus besos, tu piel caliente, tus palabras, tu emoción,

Tu sencilla devoción con ojos fijos y ardientes.

Yo sé que el alma no miente en las cosas del amor.

¿Y ahora  que me queda si tú tienes que marchar?

Ya sé… un raro perfume, un necesitar soñar.

Porque esto, ha sido un sueño.

¡No me despiertes jamás!

 

Encarna Recio Blanco





martes, 13 de noviembre de 2018

Llegará la mañana...


Llegará la mañana en que no me levante.

Llegarán esos besos que no pediré.

Llegará algún te quiero a destiempo y distante,

Y tal vez entonces, tú llegues con él.

Marcharás muy cansado anulando al destino

Por haberme dejado tan fría la piel,

Y entonces, no importará lo que digas o hagas

Porque ya será tarde, para echar a correr.

Servirán de castigo esas noches en vela,

Esa pálida luna, ese hueco sin ser

Esa noche apagada en el reloj de tu tumba

Y un letrero que explique, el dolor de mi piel.

Y en un tiempo borroso que no recuerde

 Ni el viento, en un sitio espantoso andaremos

Tú y yo.

Y sintiendo en el alma el dolor de tus ojos

Estaremos muy juntos y distantes los dos.

El porqué me quisiste y dejaste de hacerlo.

Y por qué yo te quiero y te quise también.

Ahórrate el tiempo y no lo preguntes

Pues auguro claro, que no lo sabré.


Encarna Recio Blanco.




sábado, 10 de noviembre de 2018

Ahora que te fuiste...

Ahora que te fuiste te diré que te quiero.

Ahora que no me oyes, ya no debo callar.
Tú seguirás tu vida y olvidarás primero
Y yo aquí, recordándote a la orilla del mar...

Hay un amor tranquilo que dura hasta la muerte,

Y un amor tempestuoso que no puede durar.
Acaso aquella noche no quise retenerte
Y ahora estoy recordándote a la orilla del mar…

Tú que nunca supiste lo que yo te quería

Quizás entre otros brazos lograrás olvidar.
Tal vez mires a otra, igual que a mí aquel día…
Y yo aquí recordándote a la orilla del mar.

Buesa

 

 Encarna Recio Blanco

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viernes, 2 de noviembre de 2018

Apareció el otoño de pronto...


“Madre, la muerte no existe.
La gente solo muere cuando la olvidan.
Por eso tú, siempre vivirás en mí,
Porque siempre te recordaré.”




Apareció el otoño de pronto, con sus notas de melancolía.

El Cielo  se vistió de luto y mis lágrimas en la tierra seca,

 Se derretían.

Apareció el otoño  de pronto con sus melodías de cenizas.

De caracolas muertas, de barcos anclados,  sin  las brisas.

De ríos dormitando de rebaños asustados, de hojas

Por el suelo alfombrando las puertas  de mi llanto.

Este otoño no es como los otros porque se ha llevado

Los brazos de mi madre aquellos brazos que siempre

 Me estaban abrazando, esta mañana de otoño

Estoy triste muy triste… porque ya no tengo

 Los besos de mi Madre, por eso ahora…

  ¡Ya no quiero los besos de nadie!

 

Encarna Recio Blanco.




lunes, 29 de octubre de 2018

No me preguntes...


No me preguntes cuantos años tengo.

Pregúntame si tengo sueños si todavía soy

Joven o viejo.

Lo que importa es que soy un hervidero de sueños.

Si no, soy un fardo de la esperanza muerta.

 No me preguntes cuantos años tengo.

Si no cuantos besos di, besos de amor.

Si la juventud en mi es todavía una fiesta.

Si aprovecho cada instante.

Si bebo de la taza de la vida gota a gota.

Entonces…

 Poco me importan cuántas gotas quedan.

¡No me preguntes cuantos años tengo!


Encarna Recio Blanco



sábado, 27 de octubre de 2018

Y no podrás olvidarme...


Y no podrás olvidarme, por mucho que te lo propongas

 El corazón no es la mente, y generalmente enciende

 Esa llama poderosa del suplicio de quererme.

Cuando llegues a tu lecho y te acuestes con el hielo

No busques allí  calor,  lo dejaste en mi cuerpo.

 Doy cien vueltas a esta noria, que no se quiere mover

Soy una bestia salvaje con hambre, y con sed.

Todo queda en la estacada de un abismo que suicida

                            A este amor, que ya zozobra, por tu poca valentía.              

Dejo a un lado la coraza de mendiga para decirte esta noche

Que soy la reina de mi vida, y de tu vida.

 En estas sombras sin fin, bajo un cielo sin estrellas,

Quiero morir si no encuentro, en este túnel, la salida.

Es la primera vez de todas, que no suplico un te quiero.

 ¡Hoy está llorando Dios! ¡Hoy está llorando el Cielo!

 

Encarna Recio Blanco.

   



miércoles, 24 de octubre de 2018

Escribo sin modelo...

 

Escribo sin modelo a lo que salga.

Escribo de memoria de repente.

Escribo sobre mí, sobre la gente,

 Como un trágico juego sin cartas solitario.

 Barajo los colores, los amores,

Las urbanas personas, las violentas palabras.

 Escribo sobre la guerra, sobre la paz,

Sobre el amor, sobre una caricia helada

O una caricia hirviendo.

  Y escribo, escribo y escribo…

Y en vez de echarme al odio o a la calle.

¡Escribo a lo que salga!

G. Fuertes

Encarna Recio Blanco.




martes, 23 de octubre de 2018

Creo en ti...


 Creo en ti, en tus manos, en tus ojos, en tu forma

De quererme.

Creo, en nuestro futuro, por muy distante y lejano.

Creo, en la eternidad que pasaré a tu lado.

Creo, en la luz del Cielo, en el sol, en los pecados,

En la gloria, en el infierno, y hasta en el más

Bello regalo.

Creo, en la serenidad que me aportas cada día,

En la calma de tus besos, en la tierra

En la tierna espera mía.

Creo, en el despertar si tú estás a mi lado.

Creo, que me amarás  cuando estés en cualquier lado.

Creo en la  eternidad del deseo que sentimos.

Creo, que no  fallarás cuando en el alba lo vivimos.

Creo, en amaneceres, en días que llegarán,

Cargados con la esperanza, del que sabe esperar.

Si queremos bien creer, que en el día de mañana,

Nos podremos liberar de esta carga tan pesada.

Seremos fieles estrategas de lo tuyo y de lo nuestro.

Seremos ya, para siempre estrellas que no murieron.

Porque sí Dios existe, cuando me miras lo creo.

 

Encarna Recio Blanco.




domingo, 21 de octubre de 2018

En la calle de las ánimas...


En la calle de las ánimas tengo mi casa, prendida

De dos palmeras frondosas que sostienen mi alegría.

 Las campanas de la iglesia me acompañan noche, y día.

Los entierros y las bodas, bautizan mis fantasías.

Ánimas impenitentes me saludan al pasar,

Van con las mantillas negras y las lenguas, a explotar.

 A mi lado se amontonan y las quieren declamar

Con voces desafinadas y cargadas de maldad.

Oigo gritos en la noche lastimosos sin parar,

Cortejos de solitarios que por las calles van.

El viento ruge cansado cuando las ve pasear,

Parece que las retira pero las deja pasar.

 Ánimas que vienen siempre cuando me empiezo

A inspirar, y que ahuyentan a mis musas,

Cuando contentas están.


 Encarna Recio Blanco





sábado, 20 de octubre de 2018

Apareció el otoño de repente...


Apareció el otoño de repente, casi sin hacer ruido.

 Las altas montañas ahora dormitan

Esperando la caricia de las nieves,

En las interminables noches de hojarascas.

 Un silencio sepulcral las envuelve soportando

Las tempestades  con manos duras.

 Altivas permanecen entre un viento  helado y bronco,

 Cambiando sus colores   me dan la bienvenida.

¡Donde emigraron las cigarras y los grillos!

¡Donde se fueron los rayos del sol que me abrasaban!

Donde se fueron las olas de aquella playa que siempre…

Me abrazaban.

Aquí estoy…Abandonada a lánguidos recuerdos.

Esperando lo que siempre espero temblando por si llegara

Algún día…el hombre que más quiero.

Tiemblo al pensarlo retando al destino pero se malogra,

Se abre la herida.

Y en mi fuero interno sigo en esa espera aunque

Sé que el milagro, nunca llega.

El otoño me desnuda y resplandece.

El futuro se me vuelve escarcha.

Ya no sé si estoy viviendo un sueño, o una verdad…

 Recia y amarga.

¡Otoñeció de pronto!


 Encarna Recio Blanco.