martes, 31 de octubre de 2017

Dicen las malas lenguas


Dicen las malas lenguas que estoy más loca  que una cabra,

Porque llevo la sonrisa puesta de la noche, a la mañana.

Porque cuando llueve voy sin paraguas,

Unas veces con zapatos, y otras, descalza.

 Porque paseo a mis perros a su libre albedrío,

Y me tomo tres tazas de café, cuando escribo.

Porque me pongo collares del mercadillo,

Y llevo un canasto de ilusión colgada en mis bolsillos.

Porque nunca me paro en los corrillos,

Donde las  mujerucas quitan las pieles, a sus vecinos.

Cuando las veo entrar en la iglesia a rezar el  rosario,

Me doy un golpe de pecho y me hago daño.

Porque tengo por amigos a un grupo de gitanillos,

Y juntos nos merendamos unos cuantos bocadillos.

 Porque doy sin esperar, nada a cambio vivo el presente.

Sin preocuparme  lo que dicen los demás o hacen.

Que estoy más loca que una cabra dicen las malas lenguas

Cuando me ven pasar tan limpia con mi conciencia.

 Porque odio la guerras y el hambre de muchos niños,

y me aterra la farsa y la mentira de los políticos.

 Porque me alejo de un mundo que quiere absorberme,

y me quedo conmigo que es quien me entiende.

¿Será que envidian mi locura?

¿O la carga de amor que llevo a cuestas?

¡Aunque la voy repartiendo! ¡Y nadie se entera!

 

Encarna Recio Blanco





sábado, 28 de octubre de 2017

Hay días que nacen muertos...


Hay días que nacen muertos

Y segundos que son eternos.

Hay tálamos envueltos en el hielo

Y amaneceres ardiendo.


Hay noches estrelladas. Países con tormentas.

Hambre viva  que mitigar y el pan escasea

Hay ecos sin voces  melodías sin partituras.

Tumbas  vacías, y muertos en vida.


Hay ciegos que irradian luz. Hay mares negros.

Infiernos cercanos, y lejanos Cielos.

Hay recuerdos que arden  y amores, en ruinas.

Hay castillos encantados, llenos de fantasmas.


Hay animales andantes que tienen alma.

Y humanos como fieras que matan por la espalda.

Hay corazones sin fuego, almas heladas.

Y sonrisas que lloran, cada mañana.


El dolor de la piedra gime en el cementerio.

Árboles que  lloran desolados porque están ardiendo.

Hay niños sin padres. Hay padres asesinos.

Mujeres maltratadas por sus queridos.


Hay sed de justicia y los Jueces injustos.

Leyes  a la medida de los poderosos.

¡Hay días que nacen muertos!

 

Encarna Recio Blanco.




Un día te pregunté si me querías...


Un día te pregunté si me querías

Y en tus ojos vi clavada, la espina.

Te miré muy asustada y ni el silencio respondió.

No hicieron falta palabras supe de tu desazón.

Con una lanza clavada en mi pobre corazón,

Me fui cargando  mi pena por la calle del dolor.

Seguía veloz corriendo queriendo escapar de ti,

Y pasé junto a esa calle donde un beso te pedí.

Te vi con ella del brazo un día del mes de abril

Llevabas cera en tu cara y al verme, te la encendí.

Al pasar por mi lado en  mi boca  concebí

Aquel beso que fugado, de tu boca, vino a mí.

 

Encarna Recio Blanco.

 


jueves, 26 de octubre de 2017

Del amor se escriben...


Del amor se escriben  los más bellos poemas

Aliñados siempre  con la primavera.

El desamor arrasa  todo nuestro cuerpo,

 Cuando perdemos la llave, de los buenos sentimientos.

La maldad corona  necias estrategias,

La razón existe,  pero a veces,  se altera.

El miedo paraliza  las grandes pasiones

Y se cuentan historias con negros colores.

La muerte es emblema  de negros presagios

Donde el alma vuela, sin dejar ni un rastro.

Aquellos poemas  y todos mis sueños,

Eran los recuerdos  de un dorado tiempo.

Y todos los días  al caer la noche

Les dejo mi alma,  sin ningún reproche.

¿Que mas puedo darles?  Si les abro mi corazón

Y mi alma, cada noche.

Ahora, cierren los ojos, silencien sus voces

 Y detengan con sus manos, el mundo esta noche.

…Y como un ladrón que busca su presa,

Me cuelo en sus casas sin que ustedes me vean.

 Velo sus pasiones,  mitigo sus penas,

 Con mi voz les arrullo, para que se duerman.

Y las noches se hacen  Recias y Blancas…

Entre música, amor,  y poemas.


Encarna Recio Blanco.





jueves, 12 de octubre de 2017

Caminaba muy deprisa ...


Caminaba muy deprisa por las sendas de la vida.

Quería llegar muy pronto a escalar las cimas.

Trepaba montes y valles, senderos con mil espinas,

Chozas donde descansaba a la vera de una hormiga.

Burdeles de carretera donde siempre aparecía,

Un rufián de no sé dónde, que cama quería.

Visité pueblos lejanos y a veces, me detenía,

Pues me ofrecían en la noche un poco de compañía.

Un colchón de paja pura, unas palabras benditas.

Un fogón con cuatro brasas que me revivían.

Proseguía mi caminar cuando el alba aparecía

Con mi macuto a la espalda siempre lleno de poesías.

En los palacios me escabullía por la puerta trasera.

Aquellas damas me miraban de muy mala manera.

Salía  a escondida para no ser vista

Mi atuendo desentonaba en aquella jauría.

¡Por fin llegué, hasta donde quería!

¡A un corazón que aunque herido!

¡Me quería!

 

Encarna Recio Blanco.




sábado, 7 de octubre de 2017

Trato de atrapar-Cartas de amor-


 Trato de atrapar el tiempo con las manos, pero se me escapa, se me escapa inexorablemente entre los dedos de estas manos, que han visto ya tantos y tantos otoños. Que han presenciado las desgracias propias y ajenas, las manos con las que escribo, las que anhelan un descanso, las manos que te abrazaban, en esas noches en las que aún, pudimos atrapar nuestro sueño.

Cada edad tiene un pecado, y cada pecado un motivo, nunca podré olvidar aquellos tiempos de vino y de rosas, de amaneceres en los que te besaba, apasionadamente, recitándote a la vez, mi último verso, esos momentos que aún, llevo tatuados en la piel, y que me han pasado factura con estricta puntualidad, y muchos otros, que no olvidaré mientras viva.

Me costó nuestra historia más, que lo recibí de ella. Mi juventud, mis amigos, la parte noble de un ser humano que tiene fe, y no se rinde. Me costó aprender el dolor y la condena de estar sin ti, el no tener descanso, ni piedad, ni olvido, ni deseos, y de pronto, un día dejé de reconocerme ante el espejo, aunque mi cuerpo, siguiera siendo el mismo.

¿Cómo puede cambiar tanto el viento en el horizonte? ¿Cómo dejamos de desear lo que tanto hemos querido? ¿Cómo se puede vivir y no temblar? ¿Cómo se puede temblar y dejar de moverse?

¿Cómo puedes haberte quedado con el hielo, teniendo el fuego a tu lado?

 No responde el eco a mis preguntas, ni  me traen mensajes las palomas, el amanecer se vistió de luto, el día  que te fuiste…Sin volver la cabeza.

Encarna Recio Blanco


martes, 3 de octubre de 2017

Una pena muy grande...


Una pena muy grande me invade esta noche

 Que se mezcla, con una impotencia sin saber qué hacer

 Si meterme en la cama y taparme, o echar a correr.

Una desazón de esa que escuece, que te pincha el corazón,

 Como espinas que te muerden,

 A mi alrededor el caos pulula por calles y plazas

Mezclando la ira con banderas y espadas.

Caen en el cemento los cuerpos sangrando

Sin que nadie aquiete el vil espectáculo.

Con su hijo al hombre un hombre bramando

Entre  aquel tumulto de miedo y de espanto.

Me avergüenza oír lo que estoy oyendo.

Cierro mis ojos para que no vean lo que estoy viendo.

La tensión va creciendo en las calles y pueblos

Sin que nadie pueda parar este desconcierto.

La libertad no es tener amos que te acribillen

Ni banderas de muchos colores

Que terminan por los suelos, manchadas

De sangre, o en piras ardiendo.

 Mi partido y mi bandera es la Paz

 Y eso quiero que sea para mi Patria…

Y para todo el mundo entero.

 

Encarna Recio Blanco.