Ahora
que ya no mato por ti, que no me muero por verte
Preguntas
desesperado que pasará por mi mente.
Cuando
da igual si volver, si girar o ir de frente
Cuando
queda la intención de nunca más ir a verte.
Ahora
que ya es muy tarde pretendes que yo me quede
En el
rincón del olvido esperando a que regreses.
El
tiempo que nos pasó, las lunas que nos velaron
Y la
extraña sensación de perderte… se esfumó.
Queda
la compasión de sentirlo y no amarlo
Para mí
ya es igual que ese tren que está pasando.
Donde
una vez hubo llamas, ahora solo hay fracasos
Donde
apagaron los fuegos la plenitud de un verano.
Vuelven
los pasos perdidos de un transeúnte olvidado
Laberintos
de pasiones que al final fui desvelando.
En la
autopista del cielo no caben nuestros pecados
Ni los
renglones torcidos que quisimos
sujetarlos.
Alguien
me quiere contar un cuento que estoy viviendo
Ya lo conozco muy bien porque lo estoy
padeciendo.
Y
aunque su eterno final Sonroje mi sufrimiento
Es
mejor sentirlo una vez que vivir sin conocerlo
Tanto
fue lo que temí, al día que no volvieras
A las
noches y las horas que no pasaste a mi vera
Que el
miedo se convirtió en lo que llaman paciencia
Y con
un poco de valor se transformó en transigencia.
Y
como suele pasar lenta pero directa…
Esa estupenda
virtud, se tornó en indiferencia.
Ahora
ya es muy tarde para cambios o perdones
O para
buenas razones que alguna vez no me diste.
No
pretendas suplicar lo que quise regalarte
Para
las cosas hay tiempo y el tuyo
Lo
malgastaste.
Encarna
Recio Blanco.