jueves, 16 de mayo de 2024

Cartas de amor...cuántas veces...

 

Cuántas veces  cuando estoy a tu  lado en sueños, te miro de reojo y quiero penetrar dentro de ti donde tienes tus secretos, pero me es imposible descubrirlos.

 Recuerdo cuando te conocí, siendo tú un mozalbete y yo una  jovencita insolente para aquel tiempo, que quería comerme el mundo y que si me descuido, me come a mí.

Me parece que nuestras vidas siempre han ido paralelas en el tiempo y en la distancia.  Cuando tus llamadas me llegan por el sendero de las brisas me son tan familiares, parece que te conozco desde siempre y que cada palabra, cada gesto, cada pensamiento de esa cabeza tuya, son secretos a voces, que sin motivo siempre puedo descifrar.

Al árbol de tu vida no le han faltado grietas en su tronco y durante largas épocas,  te has dedicado a vivir por tu cuenta, a podar a diestro y siniestro, a cultivar y a mimar solamente el dinero y a vivir tu vida de la manera que la empezaste, lejos de mi sombra.

Ahora cuando el tiempo pasó, y de sopetón el destino nos pone frente a frente  de nuevo, es cuando se armó la revolución en mi vida.

Cuando los surcos en tu cara empiecen a brotar debajo de ese árbol, ponte a meditar, si lo conseguiste todo, o te faltó lo principal.


 Encarna Recio Blanco.


lunes, 13 de mayo de 2024

El trece de Mayo...

 


El trece de Mayo se abrieron los Cielos

Para que la Virgen bajara cual Reina

De Cielos y tierra, hasta nuestro suelo.

Entonces, en toda la tierra se hizo el silencio.

Un silencio mágico de luz y misterio

Para que los ojos del mundo la vieran

En carne y hueso.

A su alrededor brillaban todos los luceros

Las brisas cantaban un cantico tierno

El sol relucía con brillos traviesos

Y las flores del mundo al verla, todas se abrieron.

Floreció la campiña, se granó el barbecho.

En el mar las olas antes con lamentos

Entonaban ahora  una suave melodía

Para el sublime encuentro.  

Las guerras y las contiendas se detuvieron.

Los fusiles y las bombas enmudecieron.

El caos, la muerte, el frio,  y el miedo

De la faz de la tierra de pronto, desaparecieron.

El trece de Mayo la Virgen bajaba

Con su manto de esmeraldas lleno

Hasta mi buhardilla donde yo escribía

Mis humildes versos.

Dejé mi tarea de inmediato, y me arrodillé

Frente a Ella en el suelo

Para pedirle  humildemente perdón

Por mí… y por el Mundo entero.


Encarna Recio Blanco.



sábado, 11 de mayo de 2024

Al corazón de la Tierra...


Al corazón de la Tierra

Le están dando infartos

Se retuerce de dolor el pobre

Sin que le den el medicamento

Necesario.

A su alrededor la gente  sigue

Sin enterarse de su gravedad

Y el pobre corazón lleno de cables

Está ya, a punto de expirar.

 Frente a su hospital hay una boda

Las tracas y los petardos retumban

En su habitación

Como el atronador estallido de las bombas.

 Los mandos  hacen panfletos.

Las autoridades  manifiestos.

Y los pueblos sin percatarse de su riesgo

Bailando en carnaval, a pecho descubierto.

 Llega el doctor con semblante serio

Y le agarra de las manos con gran respeto

Diciéndole muy  bajito que se reponga

Que puede haber un mejoramiento.

Muy triste la Tierra responde al médico

Con un gento triste y más bien seco

Que no le mienta porque sabe

Que  su gravedad…no tiene remedio.

 

Encarna Recio Blanco.



jueves, 9 de mayo de 2024

¿Qué fuimos?

 


¿Qué fuimos?

 ¿Amantes, amigos, compañeros o camaradas?

¿Fuimos eternos finitos, truhanes o pecadores?

¿Santos que van a los cielos por sus buenas acciones?

¿O fuimos la luz de las almas con la pasión y el deseo?

 Fuimos tercio de la nada, oraciones de los credos

El amor y la vida, la muerte y el misterio.

Sonriendo llegaste con el anillo, lo pusiste en mi dedo

Y sentí que el universo, era solo nuestro.

Y no recuerdo los meses ni lo que ocurrió aquel día

Pero en el mes de febrero, él me vio de novia vestida.

Yo no iba de su brazo, ni le miré sorprendida

Pero un suspiro cruzamos entre la muerte y la vida.

Y así pasaron los años, y así pasaron los días

Con el corazón preguntando ¿qué sería de su vida?

No volví a verlo en el banco en el que tanto he soñado

Lo busqué por todas partes sin poder encontrarlo.

 En el banco, en la plaza, en el mar ni en la colina.

Por la calle de las ánimas testigo de nuestras citas.

Ya nunca volví a verlo aunque a Dios se lo pedía

En una cama de hielo tiritando en la agonía.

 Siempre me lo imaginaba con su sonrisa prendida

Llamar en noches de luna, junto a mi reja que florecía.

Ahora, acabando mis días, soy una mujer dormida

Que no siente lo que sentía, cuando él me poseía.

 Pronto me iré de este mundo con más de dos mil heridas

Imaginando aquel día…que se fue, con el macuto de su

Cobardía.

Y pienso en aquella tarde cuando me trajo el anillo

Cuando de pasión sus ojos… resplandecían.

Si Dios me dejara ahora elegir  algún recuerdo

Que me ayudara a traspasar la línea de muerta a viva.

Que me perdone mi esposo y que me perdone Dios

Elegiría cualquier momento, que pasamos él y yo.

 

Encarna Recio Blanco.


lunes, 6 de mayo de 2024

En lo alto de una encina...


En lo alto de una encina.

En el monte solitario.

Entre las olas del mar

Un truhán viene cantando.

 Un cantar que yo no entiendo.

Unas letras caducadas.

Una sonrisa fingida

Con una venda tapada.

 Las ninfas y los demonios

Le acompañan en su farsa.

Vienen con la capa negra

Con laúdes y guitarras.

El cortejo se aproxima

A la encina solitaria

Donde yo mecía mi amor

Lejos de  viles patrañas.

Quiero correr y no puedo

Estoy de manos atadas.

Con los ojos bien abiertos

Pero no puedo ver nada.

 El Cielo me abre sus puertas

Para asilar a mi alma

Que huye despavorida

De este mundo que me engaña.

  

Encarna Recio Blanco.



domingo, 5 de mayo de 2024

Madre…cuantas veces mi pluma sencilla


Madre…

Cuantas veces mi pluma sencilla se calla con miedo,

Se queda sin tinta y el papel se rompe.

Nunca pude madre estando consciente hacerte un poema

Como te mereces.

Fui la oveja negra en redil caliente.

Fui la incomprendida, la que quizás no merece

Llevar tu apellido Blanco cual la nieve.

Fue tu primer beso, promesa, fue tu constancia mi guía,

Fueron aquellos cachetes luz, para mis negros días.

Fuiste poniendo pontones a mis desvaríos de niña

Para que fuera muy limpia, no sólo para ir a la escuela

Si no, para ir por la vida.

Un buen día de tu nido voló tu paloma herida

Y se puso sola  remontando sendas valles y colinas.

Lejos de ti comprendió porque tantas regañas

¡El “Ten cuidado! ¡No corras! ¡Y heme aquí con mil heridas!

Ahora me paro y medito, ahora que ya no soy niña,

Y me duele el corazón y me duele el alma mía,

Por no saber si llegué, a lo que soñaste un día.

Recordé tanto mi escuela, a mi maestra,

Y aquella farmacia fría donde yo, aun tan pequeña,

Ya escribía mis poesías.

Poesías que siempre hablaban de lo que desconocía,

De lo que me imaginaba, de lo que después vendría.

¡Al amor pobre de mí! A la vida y era tan niña,

Y esas cosa que hoy conozco antes, que distinta las creía.

Hoy con los años se tornan en realidades tan frías

Que te hielan las entrañas que te aterida tus días.

Por eso añoro las cosas madre de cuando era una niña.

Sé que el mundo me enseñó cosas que tus no sabías

Y que si las conocías…siempre tú las silenciaste

Para no tarar mis días.

Pero como es imposible ir de buenas por la vida,

Porque los golpes te hacen abrir los ojos aprisa.

Se endurecieron mis huesos, trabajé como tú hacías

Y esquivé las zarzas negras que a mi paso florecían.

Y aquí me tienes, ya hecha casi una mujer prendida

De este mundo más bien malo, con mi alma más bien limpia.

Otra vez madre lo intento, pero ya ves, no es poesía,

Fueron suspiros al viento que recoge esta cuartilla.

Otra vez madre será, cuando mis musas dormidas

Despierten, prometo hacerte Madre…

La mejor de mis poesías.

 

Encarna Recio Blanco.

 

viernes, 3 de mayo de 2024

La noche cual espía nos vela...


 La noche cual espía nos vela

Sobre los acantilados

De tus piernas

 Que navegan por mi mar.

 ¡Poséeme te grito!

 Tú me contemplas

 Con cara de ansiedad.

Y los remolinos de mi cara

Se encienden cuando ya…

No puede más.

 La noche cual espía nos vela

 Y nos  deja llegar…

Al infinito oasis

Del placer y de la paz.

 

 Encarna Recio Blanco.



jueves, 2 de mayo de 2024

Aquí, sin ti...


Aquí, sin ti, ya sé lo que es la muerte,

Pero no te lo digo para no entristecerte.

Quiero que te sonrías

Para que siga habiendo claridad en los días.

 Quiero que no se empañe tu mirada,

Pues, si no, no habrá estrellas, ni habrá luna, ni nada.

Y, sobre todo, lo que quiero y quiero

Es un año que tenga doce meses de enero.

Aquí llueve y no importa, pues la lluvia es tan leve

Que al leer esta carta no sentirás que llueve.

Pero cierro los ojos y te recuerdo tanto

Que casi se diría que está lloviendo llanto.

 José Ángel Buesa

 Encarna Recio Blanco.