viernes, 4 de febrero de 2011

Desnuda.



Desnuda bajo la noche
tiemblo entre cuerpos hambrientos
y me entrego a los rufianes
que me pagan con dinero.

No buscan mi belleza
tampoco mi dulzura…
No les importa nada más
que una noche de lujuria.

De pasión desenfrenada
que de los dos, uno siente
yo fingiendo que lo quiero
el creyendo poseerme.

Están lejos de mi alma
pero de cuerpo presente,
aunque les de ésas caricias
que mi corazón no siente.

Desnuda bajo la noche
la lluvia me purifica.
Voy pagar con ése dinero…
la enfermedad de mi hija.

Encarna Recio Blanco





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