domingo, 27 de noviembre de 2016

Escalaba la empinada montaña de la vida...


Escalaba la empinada montaña de la vida sin detenerme.

Muchas veces los pies me sangraban y el sudor inundaba mi frente.

Nada me paralizaba en mi afán ni me fallaban las fuerzas

Quería llegar lo más pronto posible a la cima de mis metas.

Quise atrapar en primicia al amor cual una tigresa

Pero siempre se escapaba por la puerta trasera.

Después, quise parir un hijo y me puse en cuarentena

Lejos del mundanal ruido para que nadie me viera.

Pero no tenia marido ni amante que fecundara mi tierra

Cuando me vine a dar cuenta estaba seca mi huerta.

Después me puse a estudiar lo que en la universidad no enseñan

Y me dijo el profesor que eligiera otra carrera.

 Por ella circulé de prisa con una enorme cartera

Llena de medicamentos que no curaban mi impaciencia.

Después me puse a escribir noche y día sin parar

Como un molino de viento sin granos que machacar.

Después hice muchas cosas  que no puedo enumerar

No paraba ni un segundo en mi loco deambular.

Pero heme aquí preguntándome si alcancé alguna de ellas

Cuando tengo en la frente mil surcos y el corazón con cadenas.

 Cuando ya se me fueron los sueños y de mis ojos sólo pende la pena

Cuando ya de mis labios los besos escaparon de su madriguera.

 Es muy corta la vida, muy corta para tanta faena

Cuando vienes a hacer el recuento la sepultura te espera.

 Y es entonces cuando piensas, que te falta vivir dos o tres vidas más

Para conseguir… lo que pendiente se queda.

 

Encarna Recio Blanco.


 


sábado, 26 de noviembre de 2016

Aquel indigente me miró...


Aquel indigente me miró, y yo sólo le dejé unas cuantas monedas del color de las palabras.

Traté de resguardarlo de la escarcha junto a aquella farola desgranada, agradecido, me dio unos cuantos tesoros que tenía dentro de su chaqueta desgastada, la foto de su madre, y de aquella enamorada,  que lo dejó un día, porque quiso volar y no la dejaban.

 Bebimos, bebimos  juntos en un vaso de papel y  entonces, una guitarra por los aire sonaba, tocaba aquella canción que juntos escribimos, bajo la luna, que extrañada,  jugaba al escondite con nosotros, en mitad de la plaza.

 Pusilánimes las sombras, a nuestro lado pasaban sin detenerse ante el alba, que ya se asomaba.

  Aquel indigente me abrió muchas puertas que tenía cerradas y al despedirme, me dio la llave para que yo las guardara.Un beso en la frente y un hasta nuca, musitó tristemente.

 Lo vi marchar por el callejón de los suspiros cabizbajo, entre las sombras amilanada de la noche, quise correr tras de él, acompañarlo en su peregrinar, pero no pude, no pude, se interpuso el viento, que me devolvió al mundo de los solos.

 

Encarna Recio Blanco. 




viernes, 25 de noviembre de 2016

En el rincón de los sueños...


 En el rincón de los sueños

En las Ondas del amor

Cada noche nos reunimos

Ustedes y yo.

 Mi alma les presto

Mi corazón y mi voz

Y entre música y poemas

Soñamos con el amor.

Juntos intercambiamos

 Melodías y sentimientos

 Alumbrados por las estrellas

 Que arrían en los Cielos.

Se mecen en el horizonte

Muchos corazones perdidos

Y en las Ondas encontramos

Para remitirlos.

Hablamos de historias

Que no sean escritos

De imposibles amores

Que no se han vivido.

Dejen las ventanas abiertas

 Los corazones, de par, en par

Que mi voz quiere regalaros

En estas noches…

¡El Amor y la Paz!

 

Encarna Recio Blanco.




miércoles, 23 de noviembre de 2016

Como crecer-Cuento-

  
Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo.
El Roble le dijo, que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino. Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid.
 Y la Vid se moría, porque no podía florecer como la Rosa.
 La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble.

 Entonces, encontró una planta, una rosa, floreciendo y más fresca que nunca.
 El rey preguntó: ¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?
No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías rosas. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado.

En aquel momento me dije: "Intentaré ser rosa de la mejor manera que pueda". Ahora es tu turno.
Estás aquí para contribuir con tu fragancia. Simplemente mírate a ti mismo.
 No hay posibilidad de que seas otra persona. Puedes o disfrutarlo y florecer regado con tu propio amor por ti, o podes marchitarte, en tu propia condena. J. Bucay
  

Encarna Recio Blanco




Escucha"CUENTOS- COMO CRECER" en Spreaker.

Por la calle de las ánimas nos encontramos los dos...


Por la calle de las ánimas nos encontramos los dos.

Ibas del brazo de otra…pero a mí, no me importó.

 Tocaban a la novena de María Encarnación,

Y las beatas miraban el saludo de los dos.

A murmurar empezaron con sus lenguas afiladas

Diciendo que era un descaro la miraba que te echaba.

Que ya llevabas del brazo a tu esposa Salustiana

Y que aunque era muy fea, ¡La pobre!

Era una buena muchacha.

 Yo iba con minifalda, una blusa de lamé,

Y las pestañas postiza que me compré en  Marrakech.

 Relucía mi sonrisa más que los soles del Cielo,

Porque portaba mi alma más limpia que los luceros.

La culpa fue del destino que se encontraba en las ánimas,

Tan aburrido y hastiado como las negras beatas.

 Me hizo tilín tu mirada, me gustó tu porte fino,

Y pensé para mis adentros ¡Podría ser mi marido!

 Pero como eras de otra…no quise seguir hurgando.

Me planté mi dignidad y me fui de allí, pitando.

 Me subí a mi palomar donde no tengo palomo,

Pero que puedo escribir…lo que me salga del moño.

  

Encarna Recio Blanco.


 

martes, 22 de noviembre de 2016

El romance y la ilusión-Cartas de amor




El romance y la ilusión no habían formado parte de mi vida, hasta el día que lo conocí.
Mi vida, una sucesión de obligaciones y tristezas, apenas desde que tengo uso de memoria, un matrimonio infeliz y muchos años de sueños incumplidos, quería hacer mil cosas, pero se me frustraron todas.

Me casé cuando apenas empezaba a vivir la vida, pensando en que, aquellas mariposas que sentían los protagonistas, de las películas del cine del pueblo, pronto me llegarían, a mí creyendo, que el amor era cuestión de tiempo, ¡Pobre ilusa!! Nunca sentí ese amor, nunca, hasta que sus ojos y los míos se encontraron, en una playa aquel invierno tan frio.

Muchos años de privaciones y de sueños rotos me habían quemado por dentro, ya estaba convencida de que mi vida, no despertaba nada de aquello, de lo que todo el mundo hablaba, y allí estaba él, sentado en una terraza mirando al mar, con la tranquilidad que tiene  aquel, que ha vivido su vida como ha querido, con rastros en la cara de los años que pasan.

Entonces entendí las películas de amor, entendí lo que significaba escuchar canciones en tu cabeza, si, aunque suene cursi, supe lo que el amor es de repente.

 Viví en apenas dos semanas en aquella playa con él, lo que los años y la vida me habían negado, durante tanto tiempo, y descubrí lo que es el amor, cada palabra, cada gesto, cada silencio lo significaba todo, y a la vez, nada, apenas un minuto de distancia hacia parecer en mi, esa intranquilidad juvenil  que me habían descrito, pero que nunca… nunca, había sentido.

 Mi vida estaba llena con él, estaba llena de él…
De esas dos semanas, hace ya varios años y él, sigue conmigo.

Descubrí  el amor, y no lo quiero perder, vivo el amor que nunca conocí, vivo enamorada y no me importa, gritarlo a los cuatro vientos.




Encarna Recio Blanco





Escucha"CARTA DE AMOR-EL ROMANCE Y LA ISLUSION" en Spreaker.

lunes, 21 de noviembre de 2016

Hoy, ha muerto nuestro amor…


Hoy, ha muerto nuestro amor…

Lo has asesinado.

Sin piedad me has condenado

A vivir el desengaño.

 Ambos deberíamos ir de luto

Pero tú, ya te has fugado

Como el bandido que huye

Después de un atraco.

Sola lo llevo a enterrar

A un Campo Santo.

Donde los cipreses callados

Hoy también están llorando.

 En este negro presidio

Hundo en mi pecho la lanza,

Sin notar el dolor en mi cuerpo

Porque tengo ya muerta, mi alma.

Sé que llorarás un día

Como estoy llorando yo

Y regaremos de sangre

Los recuerdos de este amor.

Vivirás encadenado

A la mujer que no quieres

Tu perdición es más fuerte…

¡Que tu ambición!

 

Encarna Recio Blanco.






domingo, 20 de noviembre de 2016

Siempre al acecho te busco...


Siempre al acecho te busco

Entre mis calles solitarias

Entre  los campos abiertos

Entre el tomillo y la jara.

 Entre la lluvia malvada

Entre senderos maltrechos

Siempre en tu búsqueda

Como un lobo hambriento.

Al acecho en aquella estación

Entre raíles calientes

Oyendo el silbido de los trenes

Pero que tú no apareces.

Te espero en la soledad de mi alcoba

Con la mente estrujada

Sin el aire para respirar

 Entre lágrimas heladas.

Un buen día te encontré

En aquel banco sentada

Cuando el otoño venia

Con sus luces apagadas.

Te abracé con devoción

Cual hija descarriada

Que vuelve al redil caliente

De una terrible batalla.

¡Al fin te encontré!

¡Querida  melancolía!


Encarna Recio Blanco.




Aroma de juncos entre tus cabellos...


Aroma de juncos entre tus cabellos

Hiedra verde crece sobre tu cuello.

 Violetas en tus labios carnosos y frescos

Mi cuerpo se enerva cuando me adentro.

 Entre tus brazos ardo, con tu sudor siento

En el vaivén que nos enciende el alma y el cuerpo.

 Emergen otra vez los tallos del deseo

Mientras las horas se desgranan

Entre los jadeos.

 Asidas las manos van por el camino

Del miedo

Ya se aproxima el adiós

¡Por el firmamento!

 

Encarna Recio Blanco.



sábado, 19 de noviembre de 2016

Vuelo a merced del viento-Mini-Relatos.


 Vuelo a merced del viento, de un lado para otro, me tambaleo como la  pavesa enferma de algún cigarrillo. Me enciendo con el rayo de una vil tormenta, la lluvia no me moja ni me despierta, la luna me hace un guiño de muy mala manera y me dice: “Tenias que haber tenido los pies más sujetos a la tierra.

Camino a merced de la niebla, pero nunca me pierdo por ella, porque ya estoy perdida de los pies, a la cabeza. Aparecieron de pronto entre las brumas negra, el amor y el desamor, nos saludamos fríamente  y al bajar la cabeza dijeron al unísono: puso el corazón en aquel que ya tenía dueña.

Grito a merced de mis pulmones que ya se resienten por la dura  batalla de la nicotina, de clamar a lo sordos, y a los que no tiene cabeza, de escribir y escribir versos en las aceras, de rezar y blasfemar, por aquellos que nunca lucharon para ganar  la medalla del amor en toda su grandeza.

Lloro, porque pido perdón todos los días y nadie me perdona, porque las lágrimas, quiero que borren de mi cara alguna huella, algún beso traicionero, el maquillaje sibilino que me pongo, cuando ando entre las fieras.

Bailo, todos los días con mi conciencia, juntas entonamos canciones con mis letras, de vez en cuando,  se asoman  las palomas,  las  estrellas, y  una gata miedosa  que me mira y remira, sin saber el motivo, se relame de gusto la lengua.

Sueño, cuando el cuerpo me abandona tras la dura faena,  con  cosas malas y con cosas buenas, a veces, antes de acostarme escojo un sueño para que otro dañino no me rompa la escena.

Sueño que soy una princesa, una reina, una ninfa del bosque, un hada buena, una madre con hijos, una esposa tierna… ¡O un amor muy grande para el que lo quiera!


Encarna Recio Blanco.





Ascienden los tallos...


Ascienden los tallos

La savia se desmorona

Con el rojo de la sangre

Que te corona.

La noche se despereza

Con la alborada

Para alejar esa niebla

Que tienes en tus pestañas.

Los meridianos del agua

Dibujaron  las sonrisas

Para  desprender de tus ojos

 Las espinas.

En tus labios había promesas

En tu mirada hay nostalgias

En tu cintura había nidos

De caricias retrasadas.

En tu pelo cascabeles

De oro y de plata

Que hacían pecar de envidia

Las cuerdas de mi guitarra.

Pronto apareció la escarcha

Alrededor de tu casa

Al comprender quizás tarde

Que no le amabas.

Moras en cárcel de luto

Con guillotinas y escarchas

Decapitando el amor

Que a los dos nos coronaba.

  

Encarna Recio Blanco.





Acúname y no me despiertes...


Acúname y no me despiertes

Que tus brazos me rodeen

Que el aroma de tus labios

Quiero beber.

Alarga la noche, hazla interminable

Que quiero sentirte hondo

Hasta que el fuego

Nos abrase.

No te detengas y sigue…

Sigue labrando en mí campo

Que ansioso espera la semilla

Para que germine. 

 

Encarna Recio Blanco.

 


jueves, 17 de noviembre de 2016

De luto tengo la mirada...


De luto tengo la mirada

Y cautivo el corazón

Voy sin ganas caminando 

 Tras el apetito de amor.

 Sin  el juego del placer

Bajo las sabanas

Sin el dulce almíbar

De tu fuego en mi garganta.

La luz es puro acero

Que me daña

Las fibras de mi cuerpo

 Se desgranan.

De tu recuerdo impenitente

Soy esclava en un extraño edén

Donde no existen…

Las esperanzas.

 

Encarna Recio Blanco.



miércoles, 16 de noviembre de 2016

Esta noche les dejo…



Esta noche les dejo…

 Un adiós inacabado

Unas rosas sin espinas

Unas cuantas  rutinas

Y el sueño que no he logrado.

Como obsequio mis sonrisas

Y un manantial de te quieros

Les dono todos mis versos

Y mis preciosos sombreros.

Les regalo  mi corazón

Y un alma que me he encontrado

También os dejo a un  ladrón

Que alguna vez, me ha robado.

 Les doy mi barco de vela

Con el timón ajustado

 Un cofre con muchas joyas

De un valor inmaculado.

 Les entrego bellos sueños

Por si pueden despertarlos

Y si los cumplen un día

Intenten resucitarlos ¡Eso sí!

Quiero que mañana vengan

 A la cita prestos…

A este rincón del amor

Donde cada noche les espero.


 Encarna Recio Blanco.




En las manos tengo callos...


 En las manos tengo callos

De escribir lo que nadie lee.

 Tengo un sentir que pesa más

Que todos los sentires de esta tierra.

Tengo en mis labios miles de besos

Que nadie va a recibir.

 Tengo nanas dormidas sin poderlas cantar

 La mente derretida de tanto pensar,

Y las fuerzas ya me fallan de tanto pesar.

 Tengo en mis ojos una venda,

Que nadie osa quitar.

 Y con este cargamento voy a cuestas

Sin que nadie detenga mi camino y me diga:

 ¿Te puedo acompañar?


 Encarna Recio Blanco.




Yo siento que ustedes me escuchan-Reflexiones.


Yo siento Señores, que ustedes me escuchan… Que están cada noche tras de ese transistor arcaico quizás, que guardapolvo en un diván enterrado, o en un aparato de última tecnología, de esos, que algunos todavía no  acertamos a utilizar correctamente.

Pero sea como sea, lo hacen y están ahí, con la luna, se acercan un poco a mí, a mi verdadero hogar que es mi alma, aquí a este rincón donde cada noche nos reunimos.

No sé si escuchan todos mis poemas, pero algunas palabras si se que les llegan, y esto me sirve, para seguir escribiendo y sentir, que tienen sentido mis versos, mis palabras, mis cartas y en esta trastienda de mi corazón ,tienen ustedes todos, un espacio ,tienen  una canción, una melodía que recordaran de años dormidos, que  quizás no volverán.

La luz de las velas se va rebajando y mientras se duermen, yo les sigo hablando. La noche ha caído, se cierran las guerras, los niños ya duermen, no hay nadie en la tierra. Mientras los amantes se siguen besando, y entre sus pasiones, yo me voy colando.

Los sabios cavilan en horas dormidas, algunas mujeres, tejen mil salidas, hay hombres bebiendo en locas tabernas, y otros corriendo en busca de sendas.

Y en estas noches… que estoy con ustedes, les dejo mi voz, mi corazón y mi alma.

Y les doy las gracias, porque sin ustedes, no serian las noches de de Encarna.

 

Encarna Recio Blanco.