miércoles, 15 de octubre de 2008

Fueron tantos días


Fueron tantos días.

Tantas noches.

Tantos momentos…

 Que por más que yo le pida

 A mi fe que siga ardiendo

Ya se  ha negado a alumbrar

 En nuestro mundo secreto.

Me dice que quiere irse

Descansar de éste tormento

Que ya no puede esperar

Ni un momento.

 He atado bien las esperanzas

La pasión y aquellos besos

Y cuando  las di de espaldas

Todas volvieron corriendo.

Me suplican que libere

 A mi pobre corazón

Que llora por las esquinas

Pidiendo perdón.

Sé  que  no pueden salvarse

 De esta condenada de amor

Por un delito con pena

Que la luna me incitó.

La gente mira riendo

Y se burlan de mis pies

Que corren buscando algo

Que no se puede coger.

No me llamas

Y cansada de esta espera picasiana

Grito pidiendo a la Virgen

Que responda a mi llamada.

No le pido que me quieras

Ni que me jures eterno amor

No le imploro  tu presencia

Sólo le pido perdón.

Sólo deseo que  Ella entienda

Que yo ya no puedo más

Que esta carga me atormenta

Y me duele esta verdad

De saber que estoy amando

A quien no me puede amar.


 Encarna Recio Blanco.


Cuando la vida me muestre




Cuando la vida me muestre

Razones para quererte…

Quizás ya no pueda amarte

Ni siquiera retenerte.

Ya no podré olvidar la farsa

Cuando tú me lo propongas.

Es injusto padecer

La agonía de las horas.

 Los minutos, los segundos

Que se paran en el tiempo

Y que me cuentan las mentiras

Que tú me has ido diciendo.

Que encienden todas las luces

Cuando quiero estar dormida.

Que hablan pegando gritos

Cuando el silencio me mina.

Déjame soñar que vuelo

Sin alas entre montañas.

Que no me asusta el invierno

Ni sus escarchas heladas.

 Déjame mirar al Cielo

Y ver que el Sol me ilumina

Para ver con claridad

El  teatro de tu vida.


Encarna Recio Blanco



sábado, 11 de octubre de 2008

Cuantas tardes paseamos...



Cuantas tardes paseamos

Por el jardín del olvido

Por el árbol de los sueños

Y por el bosque prohibido.

 Cuantas noches dibujamos

Con los dedos las estrellas

Escribiendo mil poesías

Sin que la luna nos viera.

 Cuantas veces estas manos

Tocaron tu frío cuerpo

Estudiaron tus lunares

En tálamos de fuegos.

 Cuando surcos sin querer

Hacer daño a mi barbecho

Con tempestades labradas

En verano y en invierno

Siempre queda la esperanza

Dormida bajo un lucero

Mientras se mecen mentiras

En el baúl de los sueños

Sé que no quedan salidas

Salvo que olvide lo nuestro

Pero no puedo olvidar

Algo que llevo tan dentro

 Me castigarán las llagas

De mi corazón maltrecho

Saldará el tiempo las deudas

Que nos perdonó el momento.

Y seguiré caminando

A solas con mis recuerdos

Y con el tormento de amarte

Sin tú tener

El valor de luchar por ello

Aunque sepas cuánto te quise…

 Y cuánto te quiero.


Encarna Recio Blanco