sábado, 10 de febrero de 2018

Te amo…te amo...

Te amo…te amo...

De una manera inexplicable.

 De una forma inconfesable.

 De un modo contradictorio,

 ¡Pero te amo!

Con mis estados de ánimos

Que son muchos, y cambian de humor

 Continuamente. ¡Te amo!

Por lo que sabes, el tiempo, la vida

Y la muerte.

Con el mundo que no entiende.

 Con la gente que no comprende.

Con la ambivalencia de mi alma.

 Y con la incoherencia de mis actos.

Con la fatalidad del destino.

 Con la conspiración del deseo.

 Con la ambigüedad de los hechos.

Aún cuando te digo que no te amo.

 ¡Hasta cuando te engaño, no te engaño!

 En el fondo llevo a cabo un plan

 Para amarte más, y mejor.

¡Te amo!

 Sin  reflexionar, Inconscientemente,

 Irresponsablemente, Involuntariamente.

¡Te amo! con un cuerpo que no piensa.

 Con un corazón que no razona.

 Con una cabeza que no coordina.

 Incompresiblemente, sin preguntarme,

Por qué te amo.

Sin importarme por qué te amo.

Sin cuestionarme por qué te quiero tanto…

 ¡Y te amo tanto!


Encarna Recio Blanco.



lunes, 5 de febrero de 2018

He aquí dos rosas frescas...


He aquí dos rosas frescas mojadas de rocío:

Una blanca, otra roja, como tu amor y el mío.

Y he aquí que lentamente, las dos rosas deshojo:

La roja, en vino blanco; la blanca en vino rojo.

Al beber, gota a gota, los pétalos flotantes

Me rozaran los labios, como labios de amantes;

Y, en su llama o su nieve de idéntico destino,

Serán como fantasmas de besos en el vino.

Ahora, elige tú, amiga cual ha de ser tu vaso:

Si este, que es como un alba, o aquél, como un ocaso.

No me preguntes nada: yo sé bien que es mejor

 Embriagarse de vino que embriagarse de amor…

Y así mientras tú bebes, sonriéndome así,

Yo, sin que tú lo sepas, me embriagaré de ti…

Buesa

Encarna Recio Blanco.



sábado, 3 de febrero de 2018

Para mí la poesía es algo vital...(Reflexiones)


Para mí la poesía es algo vital, algo, que no se puede describir con pocas, o muchas letras.

 Desde muy temprana edad, y gracias a mi primera profesora, que seguramente  vería en mí, algo especial, o tal vez, que era una romántica y soñadora criatura, que ya apuntaba maneras.

Ella puso en mis manos muchos libros, de poesías que devoraba, a Santa Teresa, Juan de la cruz, Bécquer etc. y entonces, comprendí, en todos ellos, que era el aire que yo necesitaba  para respirar.

 Cada cual escribe por sus propias motivaciones, el mío es ese que me dominaba, es algo mágico, escribo y escribo, me lo pide la sangre, el útero, las uñas, las paredes, las personas, el aire, y el sol.

Es ese sutil momento, en el que me quedo ensimismada, sacándome del alma recuerdos, sensaciones, caricias, dolores y besos perdidos.

  Es, como si necesitara traducir lo que percibo con los sentidos, y los sinsentidos a mi propio idioma, es mi manera personal de interactuar con el mundo sin una máscara, pero a la vez, permitiéndome usar todas las máscaras, una forma de medir la realidad, o la mentira que percibo, y preguntarme si no estaré confundiendo una cosa, con la otra.

  Escribo, y creo que esto sólo me pasa a mí, porque cuando lo hago, doy todo lo que soy, todo lo que no soy, dejo de ser lo que soy, y anhelo ser, lo que no quiero ser,  en fin este galimatías, que tal vez, no podáis comprender.

 Escribo porque me siento libre cuando lo hago, porque mi alma se vacía y mi corazón se abre, se llena, me da igual si tienen, o no tienen, valor literario lo que escribo, es una manera de hablar conmigo misma, de gritar, de reír y de llorar, además ¿quién está capacitado para censurar, o valorar los sentimientos?

 Algunas veces pienso, que a donde irán a parar estos folios, cuando me vaya definitivamente de este mundo, ¿Qué será de ellos? ¿Quienes los leerán? ¿Qué epítetos me dirán al ver la cantidad de lamentos, que hay en ellos escrito?

  No pienso romperlos, si acaso, me gustaría donarlos a algún colegio para que las nuevas generaciones lo pudieran leer, pero esa época será tan distinta, que me da miedo hasta pensarlo, si ahora hay ordenadores, móviles, etc.

 ¿Que habrá en esos momentos donde yo esté ya en la luz?

 Me mareo al pensar en ello, así es que seguiré escribiendo y que sea lo que Dios quiera que sea.

Son retazos de mi alma y de mi corazón, pero de lo que si estoy casi segura es,  que aquellos que me lean pensaran: ¡Esta…ha vivido!

 

Encarna Recio Blanco.