domingo, 16 de mayo de 2010

Por qué llevará bastón?


¿Por qué llevará bastón si no cojea?

¿Por qué se pondrá peluca si ya no tiene cabeza?

 ¿Por qué se pinta la cara teniendo el alma tan negra?

¿Por qué está gimiendo y llora cuando dice que es feliz?

 ¿Por qué se pone un collar si al cuello una soga lleva?

¿Por qué pasea ella sola cuando dos hombres la esperan?

 ¿Por qué se planta en la esquina a deshoras, y por el servicio cobra?

¿Por qué está enfadado el cura bendiciendo a todas horas?

¿Y por qué al señor alcalde dicen que le sobra?

¿Por qué  los barrenderos dicen que huele mal y no cobran?

¿Por qué se ha vuelto a juntar con el que le daba leña?

¿Por qué no meten en la cárcel a los sinvergüenzas?

¡Para, Para… cabeza de tanto preguntar!

¿No ves que nadie nos va a contestar?

 

Encarna Recio Blanco.






sábado, 15 de mayo de 2010

Prometo...



Prometo ser mejor desde mañana.

Me quitaré el antifaz tiraré la escopeta.

Soltaré la ira, amarraré la paciencia.

Me coseré la prudencia.

Me engancharé a la enmienda.

Vomitaré la mala leche y beberé de la buena.

 Quitaré los candados de mis entendederas

Para saber discernir las sementeras.

Prometo ser mejor desde mañana…

Lo peor es… que todavía es hoy.


 Encarna Recio Blanco.




martes, 11 de mayo de 2010

Hoy estoy...




Hoy estoy 
Como un barco sin rumbo.

Un lápiz sin tinta.

Una mente sin musas.

Unas manos vacías.

Y un corazón que grita.

Hoy si yo fuera poeta...

No sabría explicar
 Por medio de mi pluma,

Lo que me pasa
Y me pesa.


Encarna Recio Blanco.




domingo, 2 de mayo de 2010

Para mi Madre y todas las Madres del Mundo.


Madre…

Cuantas veces mi pluma sencilla se calla con miedo

Se queda sin tinta y el papel se rompe.

 Nunca pude madre estando consciente

Hacerte un poema como te mereces.

 Fui la oveja negra en redil caliente.

Fui la incomprendida, la que quizás no merece

Llevar tu apellido Blanco cual la nieve.

 Fue tu primer beso promesa, fue tu constancia mi guía,

Fueron aquellos cachetes, luz para mis negros días.

 Fuiste poniendo pontones a mis desvaríos de niña

Para que fuera muy limpia, no sólo para ir a la escuela,

Si no para ir por la vida.

 Un buen día de tu nido, voló tu paloma herida,

Y se fue sola remontando sendas, valles y colinas.

Lejos de ti comprendió, porque tantas regañas el

¡ Ten cuidado y no corras, y heme aquí, con mil heridas!

 Ahora me paro y medito, ahora que ya no soy niña

Y me duele el corazón y me duele el alma mía

Por no saber si llegué, a lo que soñaste un día.

Recordé tanto a mi escuela, a mi maestra,

Y aquella farmacia fría donde yo, aun tan pequeña,

Ya escribía mis poesías.

Poesías que siempre hablaban de lo que desconocía,

De lo que me imaginaba, de lo que después vendría.

¡Al amor! ¡Pobre de mí! A la vida y era tan niña,

Y a esas cosa que hoy conozco, antes que distinta las creía.

Hoy con los años se tornan en realidades tan frías,

Que te hielan las entrañas y te aterida tus días.

Por eso añoro las cosas madre, de cuando era una niña.

Sé que el mundo me enseñó cosas que tus no sabías

Y que si las conocías, siempre tú las silenciaste

Para no tarar mis días.

Pero como es imposible ir de buenas por la vida,

Porque los golpes te hacen abrir los ojos aprisa.

Se endurecieron mis huesos, trabajé como tú hacías

Y esquivé las zarzas negras que a mi paso florecían.

 Y aquí me tienes, ya hecha casi una mujer, prendida

De este Mundo, más bien malo, con mi alma más bien limpia.

Otra vez madre lo intento, pero ya ves, no es poesía,

Fueron suspiros al aire que recoge esta cuartilla.

 Otra vez madre será, cuando mis musas dormidas

Despierten…prometo hacerte la mejor de mis poesías.


Encarna Recio Blanco.