viernes, 28 de junio de 2013

Necesito la calma del mar...


 Necesito la calma del mar.

Aire limpio para respirar.

Encontrarme contigo y conmigo

En la soledad.

Con la distancia me encaro.

Con el silencio me alío.

Lejos del mundo y de todos hoy…

Me despido.

 

Encarna Recio Blanco.



sábado, 15 de junio de 2013

Me olvidé de decirte...



Me olvidé de decirte, muchas cosas en el alba

Cuando la luna risueña me dictaba

Las cartas que te mandaba.

Me olvidé de pedirte, los besos que no me diste

Las promesas que callabas

Y lo que no me dijiste.

Me olvidé de rebuscar, más la verdad en tu alma

Porque creía firmemente

Que me amabas.

Me olvidé de rezarte, una plegaria al pensar

Que el buen Dios a los dos

Nos perdonaba.

Me olvidé, que tenías dueña y otra vida…

Pero mi corazón me repetía

Que era a mí a quien querías.

Me olvidé de reclamarte, más amor 

Del que me dabas, el fuego, la pasión

Y todas tus esperanzas.

No me olvidaré decirte, una vez más…

Que te quise y que te quiero

Hasta que mi corazón

Deje de latir por este sueño.

 

Encarna Recio Blanco.

 


viernes, 14 de junio de 2013

Ya te llamo yo...



¡Ya te llamo yo!

No era el mensaje de una paloma, ni unas líneas despistadas,

Ni una oración gramatical, ni el vaticinio de una carta del tarot

 Falsificada.

Era una frase de hielo saturada, una sentencia penada,

La miel envenenada, una borrachera de miedos, y de espadas.

 ¡Ya te llamo yo!

 Y me senté en el banco de la plaza esperando la  a la muerte,

Con la vida que yacía entre brumas de negras cenizas.

 ¡Ya te llamo yo!

Seguía esperando a las puertas del olvido, en las murallas

Del hambre, en los acantilados de la esperanza, aquella llamada.

Mayo se despedía del almanaque y aquella frase

Ya te llamo yo, se deshojó cayendo desplomada...

En un adiós cobarde  y sin palabras.

 

Encarna Recio Blanco.


 

 

domingo, 2 de junio de 2013

Aquí estoy...


 Aquí estoy, borracha entre poesías

Que voy a pilando de la noche al día.

Sin el maquillaje profano, desnuda,

 Como una hoja que el viento va dejando

 De esquina, en esquina.

 Aquí estoy, releyendo aquellos mensajes

Que el alba sonriente siempre me traía.

Tragándome las lágrimas y bebiéndome

El acíbar copa, a copa, sin importarme

La noche, ni el día.

 Aquí estoy, sin sentirme y sin oírte,

Sin esperar que los sueños me acunen

Ni que el tiempo esté paralizado y sin eco

Entre los muros de una soledad

 Que me muere.

Aquí creo estar, pero no estoy esperándote

Aunque te sigo  amando, con locura,

Con la piel hecha jirones  de color púrpura,

Con el alma desmayada por tu silencio...

¡Que es mi sepultura!

 

Encarna Recio Blanco.





sábado, 1 de junio de 2013

No voy a parar...



No voy a parar de parir versos

Aunque terminen por ahí desperdigados

Ni acallar a mi garganta que grita

Sin que nadie perciba mi lucha, por lo que amo.

Voy con una copa de más en mis labios

Del más dulce veneno

Que me hace ir de esquina en esquina

Sin el equilibrio en mis huesos.

No voy a parar hasta encontrarte

Aunque estés entre volcanes de fuego

Entre montañas heladas

En el Cielo o en el infierno.

 Te busco entre los surcos de mi alma

En los acantilados de mi impaciencia

En las noches entre brumas

En el sol, o en las estrellas.

 No voy a parar hasta que un soplo de vida

Me quede en el cuerpo.

Eres parte de mi vida

Y sin ti… nada quiero.

 

Encarna Recio Blanco.


  


Yo soy...



Yo soy la fruta prohibida

En el edén de tus sueños.

Ya no nos dejan soñar...

Ni en el viento.

¡Ni en el viento!

 

Encarna Recio Blanco.