martes, 24 de junio de 2008

Huele a verano amor



Huele a verano amor…

Hay Cielos de plata

Que me susurran calor.

Atardeceres suaves

Que atrapan mi corazón.

El sol se arrastra revolviéndome

En su adiós.

Déjame entre las sombras

A solas con mi dolor

Quiero atardecer contigo, amor

Aunque  nunca salga el sol.


 Encarna Recio Blanco.




lunes, 23 de junio de 2008

Otro día mis amigos...


Otro día mis amigos

Hablaremos de hipericón

Que como todos sabéis

Es en la fitoterapia un titan

 Como el sol.

 Hoy estoy más bien a oscuras

Porque el sol se constipó,

Así es que escribo sin ver

Renglón, tras renglón.

Al Sur le mando saludos.

Al Norte una confesión.

Al Este un ramo de azahar

Y al Oeste el corazón.

A México y a Bolivia

Un poema inmaculado

Para los argentinos

 Un tango bien apretado.

 A todos los que lleguéis

Aunque vengáis despistados

Pensar que en mi pensamiento

Todos estáis bien atados.


Encarna Recio Blanco.



Urano padre ...



Urano padre un buen día

Se adentró en mi Blog

Y se topó con la torpeza

Que había escrito yo.

Después de darle las gracias

Por su amable corrección

Paso a decirle con gusto

A lo que me refería.

Al Hipericun perforato

Que está comercializado

Como Hipérico en boticas

En grageas o en pastillas.

También se llama hierba de san Juan

Altamisa, corazoncillo, etc.

Sirve para los nervios

Y muchos desequilibrios.

  No obstante le doy las gracias

Por su ayuda que agradezco

La fitoterapia no es mi fuerte

Pero me gusta y la entiendo.


  Encarna Recio Blanco.



domingo, 22 de junio de 2008

Estoy harta de la gente


Estoy harta de la gente que habla sin saber

De los que nunca hablan.

De los que callan más de lo que dicen

De los que dicen y no callan.

Estoy cansada de palabras vacías.

De injusticias mundanas

Y de que en los hospitales falten camas.

 De que la  gente enferma esté esperando en  colas

Sin atenciones.

Harta de caminar y no llegar a ninguna parte.

Harta de asesinos  y cansada de esclavos

Harta de la mentira que nace de este suelo

 Harta de decir credos y nefastos epitafios

Cansada de santificar los  que están matando

  Harta de no adorar a esos que están luchando

Harta de ver mil pateras con cuerpos agonizando

 Cansada estoy de este mundo sin soluciones

De políticos nefastos y de este apocalipsis

Que nos está exterminando

 Harta estoy, muy harta... de tantas injusticias.

 Encarna Recio Blanco.





sábado, 21 de junio de 2008

Hiperico es una planta



Hipérico es una planta

Que se vende en las farmacias

Y sirve para calmar

Las más duras esperanzas.

Una flor hoy me has mandado

Con esas dulces palabras

No te olvides de este blog…

Hipericón de mi alma.


 Encarna Recio Blanco.





Ten cuidado que puedes...



Ten cuidado que puedes tropezar.

¿Una vez más?

No que está el camino llano.

Los ojos despejados

Y la escopeta al hombro

Por si acaso…

Encarna Recio Blanco.


Era la noche estrellada...


Era la noche estrellada, venía la primavera

Y el azahar perfumaba el entorno y la verde huerta.

¡Muerte! Yo me tropecé contigo y no quise saludarte

Venias con la guadaña y un cajón para guardarme.

En mis sentidos estruendos que no puedo descifrar

El miedo ya me podía, me costaba respirar.

Entre chatarra y estruendo mi cuerpo se debatía

Queriendo salir a flote de aquella angustia tan fría

Empecé a mirar mis manos con las que tanto escribía

Mis pies no me soportaban y el cuerpo se me caía

Sentí la guadaña negra que ya segaba mi vida

Pero dando un giro me aparte de tu dantesca cogida.

 A cenizas olía el campo a violetas ya marchitas

Mil voces que daban gritos, mi cuerpo se resistía

Un túnel allá en el fondo vi que de pronto se abría

Pero  me quede muy quieta por si una ayuda venia.

En un segundo pasaron películas de mi vida

Todos seres queridos que tan lejos les tenían

Las cosas que ya había hecho quizás las mejoraría

Las que tenía pendientes tal vez, no terminaría.

Me batía con tu fuerza ¡Muerte! pero más me resistía

Saqué el león que dormía en mí y te espantó de mi vista.

Fueron segundos tal vez, pero la eternidad que es amiga

Me susurraba al oído que contigo no me iría.

Me incorporé como pude, mis pies ya me sostenían

Y en mis ojos apagados, la luz de nuevo volvía.

Miré al Cielo que estrellado ahora sí, me sonreía

Y le di gracias a Dios porque por fin…te vencía.

Hoy me propongo el futuro de una manera distinta

De saborear las cosas simples, buenas y sencillas.

Propósitos a cumplir sin pereza y sin medida

Los que merezcan la pena en esta efímera vida.

 El amor que di y me dieron pequeño me parecía.

Los besos que me quedaban nuevamente los daría.

Cuando vengas otra vez… ¡Muerte!

Ya no me resistiré, porque tendré los deberes

Impecables en mi haber.


Encarna Recio Blanco.


El alma tengo aterida...



El alma tengo aterida

Mi corazón con dolor

Las manos llenas de heridas

De escribir tanto al amor.

 Bulle la calle y estoy sola

Nadie me dice ni adiós

Un perro que se ha perdido

Me sigue sin condición.

Las campanas de la iglesia

Tienen un sonido extraño

Y las viejas con mantillas

En el duelo van llorando.

Ya las luces de neón

Empiezan a saludarme

Y por los Cielos la brisa

Me dice que se hace tarde.

Yo me río descarada

Y sigo en mí deambular

¡Se me hizo tarde parir!

Lo demás… ¿Qué importa ya?

 

Encarna Recio Blanco.



viernes, 20 de junio de 2008

Este es mi parto



Este es mi parto...

El grano que siembro

Día tras día, en mi tierra

Es mi gran cosecha

Y que hoy florece.

 Mi hijo es el verso…

La rima que anhela
Salir a la luz…

!Sin tu sementera!

 

Encarna Recio Blanco






jueves, 19 de junio de 2008

Tu querías mil poemas



Tú querías mil poemas y esperabas cada noche

A mis Ondas pasajeras que te contara el secreto

Lo que en mi alma tuviera.

 Yo escribía mil cuartillas con anónimos mensajes

Por las Ondas del espacio, por los cielos y los mares.

Para que  llegaran a tu jaula y a tu huerto tan desierto

Y que alegraran las noches de tus negros cementerios.

No había lunas ni estrellas que pudiéramos contar

Pero perdimos mil noches y esas… ya no volverán.

Las dejamos pasar creyendo que volverían

Y te aferraste al dolor sabiendo que te perdías.

Esos años, esas noches, esas tardes y esos días

Esos minutos cansados en los que siempre decías…

Que al mirar por la ventana a mí nunca me veías.

 Te escribí tantos poemas, cartas, versos fantasías

Canciones que en el olvido quedarán sin melodías.

¿Por qué quisiste escucharlas, recordando nuestra vida?

 Ya cuando todo se acabe para ti o para mí

Pensaremos en el tiempo que no pudimos vivir

Y pediremos a Dios que nos deje por un rato

Vivir unos años más… como si fuera un regalo.


 Encarna  Recio Blanco.