sábado, 31 de diciembre de 2016

Anhelantes esperamos...


Anhelantes esperamos

Despedir un año que se nos va,

Y con la misma ilusión recibiremos

Al que llama a nuestra puerta

Para entrar.

Felices aquellos que lo vean llegar

Entre familia y amigos, risas

Parabienes, buenos deseos

Y en champán.

 Bienaventurados aquellos

Que ya no están en nuestra mesa

Que se fueron para siempre

Hacia esa luz, que a todos

Tarde o temprano, nos llegará.

 Entre copa y copa la alegría

Las lagrimas, se mezclarán

Brindando por el  año nuevo

Que esperamos sea de Paz.

 Por las calles esta noche huele

A despedidas y bienvenidas

A propósitos firmes

De ser mejores cada día

De nuestra vida.

Desde mi rincón amigos

Os deseo lo mejor…

Y os mando un abrazo cálido

Envuelto en poesías.

 

Encarna Recio Blanco.




miércoles, 28 de diciembre de 2016

Te conocí una noche...


Te conocí una noche, que ni siquiera había estrellas.

Ni una luna se mostraba, ni había rayos, ni centellas.

No sonaban las campanas ni melodías al viento.

No vi pasar ningún ángel por aquellos derroteros.

Saltaron en mi vientre de repente, las semillas del deseo.

Y volaron mil mariposas por encima de mis pechos.

Te conocí en verano cuando lucen los almendros.

¿O tal vez, fuera en primavera, bajo el azul de algún Cielo?

Yo seguía caminando como si nunca te viera,

Y tú pasaste de largo como el que no se da cuenta,

Aunque estuvieras casado y yo, con hombre a mi vera.

Te conocí aquella noche y el fuego nos devoró

En un tálamo desgajado nos confesamos amor.

Más tarde nos encontramos a la orilla del deseo

Nos miramos a los ojos y solamente hablaban ellos.

Se desbordaron los mares y hasta el Sol se despertó

Cuando tu cuerpo y el mío en éxtasis se desplomó.

Lo que el destino depara,  no hay fuerza que lo detenga.

Lo que Dios quiere que pase, se cumpla de igual manera.

Te conocí aquella noche y las estrellas brillaron.

Hasta que nos llegó el alba, nos estuvimos besando.

  

Encarna Recio Blanco.




lunes, 26 de diciembre de 2016

¡María Dolores! ¿Me escuchas? (Sátira)


¡María Dolores! ¿Me escuchas?

Yo de maridos no entiendo

Pero de veras me gusta, el del anillo

 Que tú, pusiste en su dedo.

 Y te digo que no entiendo,

Porque me quedé soltera,

Esperando que algún día

Él a mi lado volviera.

 Pero cuando lo encontré

 Tú ya lo habías cazado,

Con el maldito dinero

De la herencia de tu abuelo.

A tus dolores constantes

Lo tienes crucificado,

En una mansión de paja

Con la cruz de su calvario.

María Dolores ¿me escuchas?

Nunca quise hacerte daño

Pero lo quiero a rabiar

¡Mujer, no te enfades tanto!

Y no  puedo soportar este dolor

Sólo a Dios pido consuelo,

Por quererlo sin remedio,

Estando tú, de por medio.

Él te quiere, y a mí me ama

Tal vez nos mienta a las dos

Cosa que yo lo perdono

Pero tú, creo que no.

 Partirlo en dos no podemos

Dame tú una solución…

!María Dolores! ¿Me escuchas?

¡Creo que no!


Encarna Recio Blanco.



Sobre tu piel quiero...


Sobre tu piel quiero escribir mis fantasías,

Con el pincel y la pluma entre mis dedos.

Dibujando mil colores, cual arco iris refulgente,

Deja que mis manos se afanen por el barbecho

Y siembren.

Duerme…duerme, con la placidez de saber

Que nuestros corazones, se aman locamente.

Déjame que te tatúe de besos todo el cuerpo,

Que me pierda por la descontrolada respiración,

Que me estremece.

En nuestro lecho, cuajado de madreselvas,

El perfume nos envuelve, abanicando las sabanas

 Mojadas…el alba, se entretiene.

 

Encarna Recio Blanco.

De mi último libro…

“Atardeceres de Fuego”




domingo, 25 de diciembre de 2016

…Y aquí seguimos amigos, sembrando(Reflexiones)


…Y aquí seguimos amigos, sembrando en estas noches de Amor y de Paz, sembrando amor, porque es la única forma, como se cosecha el amor, de recogerlo nuevamente.

A veces pensamos que, decimos, que muchas veces, perdimos muchas cosas, pero junto a ese perder, sabéis que  está el valor de ganar, porque siempre es posible luchar por lo que amamos, y sobre todo, saber que siempre  hay tiempo para empezar de nuevo, no importa en qué momento de la vida, lo que importa es, que siempre es posible y necesario recomenzar, y tenemos que recomenzar dándonos cuenta que  tenemos una nueva oportunidad, hay que renovar las esperanzas en la vida, y lo más importante es creer, en nosotros mismos.

A veces sufrimos mucho en estos periodos, tenemos que saber que es un aprendizaje, y cuando lloramos mucho, sabéis que el llorar mucho, es la limpieza del alma, lo que no hay que sentir son rencores el rencor también nos enseña a perdonar y cuando estamos en solitario  en algunos momentos es, porque nosotros mismos cerramos las puerta ¡hay! Cuantas veces cerramos las puertas sin darnos cuenta que tenemos que dejarla abierta de par, en par.

¿Te sientes solitario? Pues mira a tu alrededor, encontraras a mucha gente esperando tu sonrisa para acercarse a ti.

Recomencemos esta noche, para empezar, un nuevo proyecto de vida, donde queramos llegar mirar alto, soñar alto, anhelar lo mejor, todo lo bueno, porque la vida nos trae todo aquello que anhelamos, si nos paramos en pensar en lo pequeño, pues lo pequeño nos viene, y si pensamos firmemente en lo positivo y luchamos por alcanzarlo, lo mejor vendrá a nuestras vidas, ¡qué vida, solo tenemos una, y hay que luchar por ello!

Esta noche quiero que hagamos limpieza, una limpieza  mental, tiremos todo lo que nos encadene del pasado a la basura, todo  lo que nos haga daño, limpiemos el corazón, vamos a  hacer que esté listo, para una nueva vida, ahora que ya llega el niño, ahora que ya llegan nuestros queridos hermanos, que vamos a abrazar a nuestra madre que está tan lejos.

Vamos a estar juntos vamos a empezar con la savia nueva, de un año nuevo, con el entusiasmo y la fuerzas, y  sobre todo, con el amor.

La vida  amigos, está llena, y te invita a una nueva aventura, a un nuevo camino a un nuevo viaje, a un nuevo desafío, vamos a proponernos esta noche, que haremos todo lo posible para alcanzar nuestros objetivos.

Confiar en la vida y sobre todo, confía en ti y en mí, que estoy esta noche a tu lado.

Encarna Recio Blanco.




sábado, 24 de diciembre de 2016

Al portal de Belén me voy…


Al  portal de Belén  me voy…

Ha nacido Jesús

En un pobre pesebre

Sin mantas y sin luz.

Al llegar veo,

Que tiene en su carita

Dos soles que alumbran

A todo el que los mira.

En sus manos tan pequeñas

Tiene prendida la Paz,

De su sonrisa el Perdón,

Y de su cuerpo, el Amor.

 La noche es muy fría

 Está empezando a nevar.

Pero en el pesebre hay

Calor de hogar.

Niño no te duermas

Que te estoy rezando.

 Ante tus pies, el perdón,

 Te estoy suplicando.

El Cielo despide alegrías.

El Niño mira hacia arriba

Y una tímida sonrisa florece,

En la cara de su  madre…

¡La Virgen María!

¡Aleluya, aleluya!

Ha nacido Dios.

Eliminemos para siempre

De la Tierra…

La guerra y el desamor.

 

 

Encarna Recio Blanco




Escucha"AL PORTAL DE BELÉN" en Spreaker.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Y así pasó, que te vi del brazo...


 Y  así pasó, que te vi del brazo de otra mujer,

Con cara de circunstancias sin sonrisas que ofrecer.

 Os miré a los dos de frente como se tiene que hacer,

Cuando nada hay que ocultar en las cosas del querer.

 Me pareció verla  feliz, tú sonreías también,

Pero cuando me divisaste se tornó tu cara en hiel.

No vi una cara, vi cera, cera de la que tiene que arder,

Te soltaste de su brazo y de su talle también.

Nada os dije y seguí, por la senda del olvido,

Tú seguiste por la tuya pero con el corazón partido.

Y así paso, que volviste,  otro día a mi camino,

Pero ya estaba ocupado, por mi olvido… de tu olvido.

 

Encarna  Recio Blanco.



viernes, 16 de diciembre de 2016

Estamos a las puertas-Reflexiones-


Estamos a las puertas de la Navidad. Una Navidad que se presenta  felices para algunos, tristes para otros y amargos, para todos aquellos que no pueden soportar las duras ausencias de sus seres queridos, que se fueron para siempre. Indiferentes para aquellos, que no tienen creencias en nada, y a veces, ni en ellos mismos.

 Por eso, hoy quiero mandar este manifiesto al mundo entero,  para que detengan cuanto antes la barbarie, de esta guerra sangrienta en Alepo.

 El mundo tiene que verlo, de la misma manera que yo lo veo, pero las masas callan como borregos, no oigo voces a lo lejos, ni a lo cerca, ni a los que   gobiernan este mundo, no respiran las Naciones Unida, la ONU, esos que dicen ser los defensores de los derechos humanos, y que deben de actuar en todas partes.

 Tanto en los estados que están divididos por conflictos armados, internos, o estables, en los no democráticos, y en los que en el ejercicio de la democracia, está firmemente asentado ¿Dónde está Unicef? todos están en silencio, solo se oyen las bombas, allá a lo lejos.

 Se me parte el alma, al ver llorar a tantos niños, imbuidos en esas contiendas tan cruentas sin cobijo,  sin familia, entre metrallas, entre el frío, la nieve, el hambre, muriendo cada día.

 En sus caritas el  miedo hace estragos, en sus carnes, las heridas están sangrando, y de sus ojitos los ríos de lágrimas se están desbordando.

 ¡Ángeles tan pequeñitos, si alas, desplomándose! ¡Dios mío!

 De un lado para otro van, como fardos de paja, como mercancías baratas, como si a nadie importara el dolor de esos seres humanos, que han tenido la mala suerte, de nacer en una tierra de nadie, bajo el mando y la fuerza de unos  salvajes.

 Se me rompen las venas al ver que la gente se afana en preparar  el árbol, el Nacimiento, los  regalos de los  Reyes Magos y las cenas, para la noche, de Noche Buena.

 Al ver tal genocidio, se me desgarra el corazón, no me a cabe en la cabeza, que los  hombres de este suelo, permanezcan indiferentes ante tanto dolor.

 Sola, no puedo hacer nada, solo escribir y  escribir para denunciando el horror y el desamor, para pedir que se eleven las voces y podamos entre todos, parar esta barbarie para siempre, no solo en Alepo, sino  en toda la faz de esta Tierra.

 ¡La Paz está  herida de muerte!

  Encarna Recio Blanco.






jueves, 15 de diciembre de 2016

El canto de una sirena.


El canto de una sirena

El abrazo más pueril

Unas tristes campanadas

 Al ver a un niño con su fusil.

 La calle huele a tomillo

A menta y romero,

Cuando dos enamorados

Se acoplan en silencio.

Una rosa en su rosal,

Lleva una espina enclavada,

Pero no puede llorar

Porque un clavel la reclama.

Por el mercado se ofrecen

Caricias frescas.

Se regalan sonrisas

Que estén abiertas.

La fraternidad suspira

En grandes espuertas,

Pero la gente sigue a su aire

Con la carga a cuestas.

Están rebajadas las ilusiones,

Las caricias, las emociones

Los besos y los abrazos,

Y nadie se para, a catarlos.

Se donan los corazones

Sin precio por medio

Para dar la vida

A quien está maltrecho.

 El amor se regala por el mercado,

De muchos colores

Y a grandes gajos…

Y nadie se para, a saborearlo.

Sigue el bullicio en la explanada

Sin que nadie perciba,

Que  estos regalos, no hay dinero

En el mundo, para comprarlos.

  

Encarna Recio Blanco





miércoles, 14 de diciembre de 2016

Sólo el abismo nos vigila.


Sólo el abismo nos vigila

Para engullirnos en sus infiernos,

Nuestros cuerpos, destilando amor,

Se hunden por el misterio.

El fuego de la carne nos abrasa

Las palabras enmohecidas se atragantan

Bajo la noche que nos ronda

En el tálamo escarlata.

Sabor a pimienta  entre nuestros labios,

El fuego arrasa nuestras almas,

Por el adiós que se aproxima,

Sin concluir, nuestra labranza.

  

Encarna Recio Blanco.




martes, 13 de diciembre de 2016

La soledad a veces-Reflexiones-


La soledad es a veces un refugio, un lugar, un espacio donde calmar los miedos, donde encontrarse  con nosotros mismos, con nuestros pensamientos, sentimientos, dudas, temores y demás familia.

 Eso es lo que tiene la soledad, que en pequeñas dosis es buena, es buena, cuando la elegimos nosotros, pero cuando aparece sin querer estar con ella, es la peor de las compañías.

Tenemos  que aprender a estar solos con nosotros mismos, a convivir con nuestras soledades, como la mejor, o la peor de las compañías, pero  hay veces, que la soledad duele, y puede ser, el más grande de los martirios.

El otro día fui a dar un recital de poesías a un Centro Social, cuando traspasaba aquellas puertas, mi corazón empezó a latir de una forma acelerada al ver, la cantidad de viejecitos, sentados en sus sillas de ruedas, al ver aquellos  ojos sin la ilusión en ellos ,  con la mirada perdida muchos de ellos, al ver que aunque estaban muy cuidados, todos ellos estaban solos, muy solos, con la soledad del alma, de los recuerdos de sus familias.

Uno tras de otro,  me fueron contando sus historias, unos con el abandono de sus hijos, otros porque sus esposas ya se habían marchado para siempre, otros porque no tenían a nadie en el mundo,  se me encogía el corazón a cada minuto  al ver, aquel panorama tan lleno de soledades.

Así es que ni corta ni perezosa me puse las lentejuelas ,el abanico de plumas, los collares, me puse las  pestañas postizas y empecé a recitarles sátiras  alegres,  sainetes, poesías, se me pasaron dos horas oyéndoles  reír a carcajadas  aquellos  viejecitos, estaban alegres,que hacía mucho tiempo que no se lo pasaban tan alegremente y tan bien.

Cuando volví a mi casa rota y cansada de tanto dar… ¿Sabéis con quien me encontré al abrir la puerta de mi casa? Pues allí estaba ella…allí estaba la maldita soledad,  la increpé de mal humor y le dije: ven que tú y yo, tenemos que hablar.


Encarna Recio Blanco.




lunes, 12 de diciembre de 2016

Hoy quiero comenzar estas letras...


Hoy quiero comenzar estas letras con el Recio coraje

 Que me llena, Y al instante se escapa, por la corriente

Estrepitosa de mis venas.

Ya estoy cansada de reír a carcajadas, entre payasos

De feria, sin que ninguno perciba que llevo,

La carga del llanto a cuestas.

Ya estoy harta del  maquillaje dorado

De los días de fiesta,

 Sonriendo  a diestro y siniestro, entre bufones

De estómagos llenos.

 Ya estoy indignada de ver a otra mujer por los suelos

A manos de un amante,  de un esposo,

De un hermano o de su propio hijo.

Ya estoy que ardo en el fuego, de las injusticias

 De los  desahuciados, de los políticos que amañan

Contratas, hacia sus paraísos.

De las leyes envueltas en togas mohosas

Que dictan sentencias, a los poderosos

Que salen indemnes, y a los indefensos

Metidos entre rejas.

 Hoy estoy con el Recio coraje en mis huesos

Que ya no soportan, ni a mi esqueleto

Al ver que los mendigos harapientos,

Duermen sin mantas por los suelos.

Hoy quiero terminar mis letras vestida

De un  Blanco inmaculado, para pedirle

A Dios, postrada ante sus pies,

Que si su Justicia Divina, no nos ampara...

 Estamos muertos... aquí en la tierra.

 

 Encarna Recio Blanco.




sábado, 10 de diciembre de 2016

Me prohibieron los Cielos amarte...


Me prohibieron los Cielos amarte,

El brillo de tus ojos  me negó,

Mi cuerpo entre tus abrazos

Y el fuego de tus labios.

 Caminé con el martirio

De verte entre la escarcha y la marea,

Cuando la luz del sol  desaparecía

Era la luna quien me acogía.

Murieron  entonces las gaviotas

De los mares de la tierra

Se secaron los ríos y las fuentes,

Y las nubes se tornaron amarillas.

A vivir me condenaron de rodillas

Mis sueños  despertaron a la ira,

Aún sabiendo el buen Dios, que mi vida,

De ti dependía.

El suicidio de mi calma fue rotundo,

En mi alma sembré melancolía,

Al ver que con grilletes te llevaban

Hacia un castillo de arenas movedizas.

No tiene culpa la sangre que derramo

Ni del fuego que  a los dos nos consumía

El difunto ya se nota en el ambiente

Con el tañer, de campanadas enmohecidas.

Me vetaron  tu mirada a media noche,

Del aroma que tu cuerpo desprendía,

Del silencio de las horas sin relojes

Cuando la madrugada nos sorprendía.

A  los surcos de mi vientre  le negaron

Tu semilla, en constantes desvelos

Mis noches, regaban de besos

La cama, donde te dormías.

Mi corazón  a latir ya resiste,

Le dieron vacaciones de por vida,

Que es lo mismo, que matarlo…

¡A sangre fría!


Encarna Recio Blanco.






jueves, 8 de diciembre de 2016

Se duerme la noche...


Se duerme la noche está muy cansada,

De ver a un mendigo tirado en la plaza.

 Se despierta el alba de mala manera,

Viendo que a un chiquillo lo mató la guerra.

La luna se  esconde tras de las montañas,

Con mucha vergüenza de ver, tantas armas.

 Se avecina la tormenta por las colinas,

Para espantar a las mentes ennegrecidas.

Ya duermen los niños, se cierran las guerras,

Amantes perdidos trajinan con penas.

 Salen los bohemios de sus madrigueras,

Para recitar sus versos, en una plazuela.

 Las brujas murmuran detrás de las rejas,

Cuando ven besarse a dos quinceañeras.

 Se despierta el alba de mala manera,

Viendo como escribo en una palmera.

  

Encarna Recio Blanco.




miércoles, 7 de diciembre de 2016

No quiero guardar mis versos...


No quiero guardar mis versos en arcones de madera.

Quiero que vean la luz de este sol que hay en tierra.

Quiero que vean los ojos de seres que van con pena,

 De aquellos que enamorados,  brillan más que las estrellas.

Quiero que salten gozosos por las brisas marineras

O cuando las rosas se abren en floridas primaveras

En otoños amarillos cuando las musas despiertan

 Arrancando las espinas del corazón de una hembra.

Quiero que prueben la sal de unas aguas cristalinas

De mares que están en calma con sirenas cantarinas

Que bailen entre tormentas cuando los Cielos se irritan

 Y que sus rayos iluminen el corazón de aquel, que las sienta.

No quiero esconder mis versos en arcones de madera

Quiero que vean las lágrimas del dolor y de la pena

De la alegría, el amor, el desamor, las tristezas

De la rabia,  la tortura, del hambre y la guerra.

No soy trovador y escribo, soy transgresor de las letras

Ni me importan los veredictos del mundo ¡No soy poeta!

 

Encarna Recio Blanco.




domingo, 4 de diciembre de 2016

En los momento más inesperados (Reflexiones)


En los momento más inesperados de nuestra vida, suceden las cosas más, inverosímiles, justo cuando creemos que nuestra vida no puede ir a peor, en ese instante, en el que tiramos la toalla por la borda de nuestro barco, que está a punto de naufragar.

Entonces, nos  llega un nuevo camino, en forma de lo que sea, en el lugar más insospechado y bajo el antifaz más extraño.

Por lo inesperado, nos deja totalmente paralizados, como si el mundo antes, no hubiera existido, como si no fuéramos nada más, que ese tren, que espera en la vía adormilado, para que ese transeúnte, que quiera emprender un viaje.

Empezamos entonces a pensar, que nuestras tormentas fueron pasajeras, y que esos  malos presagios se convierten de repente en  ilusiones, con un ápice de enorme de realidad.

Las pieles gastadas se rejuvenecen, como si la vida, nos diera una segunda oportunidad, y aunque no estamos seguros de poder contra el viento, la sensación es increíble, se nos olvida la lucha contra el mundo, y aunque nunca hemos visto a Dios en persona, dibujamos sus formas en las sabanas blancas de nuestro lecho.

Cuando menos te lo esperas, surge el milagro detrás de una calle, en  forma de paloma, en alas de un destino despistado, de un corazón lleno de espinas, o entre los que circulan a tu paso, tal vez, con las mismas agonías.

Es imposible comprender el por qué de estas cosas, sin preguntar nada, entonces comprendemos, que ha llegado nuestro momento, aunque realmente seamos incapaces de saber con exactitud, cuánto nos durará esa felicidad, la Cruz del calvario, se nos antoja lejana, y en esas nubes, no queremos bajar a la tierra y todo  empieza a ser conmovedor.

En esta vida, lo que más daño nos hace, son las espinas del amor en toda su grandeza, cuando nuestros padres se marchan para siempre, cuando una enfermedad nos  fustiga, cuando nuestros hijos sufren, cuando la penuria nos persigue, y cuando ves que tu corazón, no puede más con la carga.

En los momentos más inesperados, aparece el milagro, puede ser tarde para algunos, y puede ser pronto para otros.

 El  día que tengamos que partir para siempre, pronto  o tarde, nos iremos con nuestras maletas llenas de ilusiones incumplidas, de pecados cometidos, sin pensar en esos momentos, que  sólo hay un motivo que nos pueda salvar, solo uno, y ese será, haber vivido cada día de nuestra vida, repartiendo amor.

 Encarna Recio Blanco.




sábado, 3 de diciembre de 2016

Apresaron mis manos de repente


 Apresaron mis manos de repente

Unas palomas, no quieren soltarse,

 Parecen decirme que me  afane,

En la sublime tarea de la labranza

Me exigen que confiese mis pecados,

Sentimientos, y deseos, y ellas cuales jueces

Dictarán la sentencia, si soy inocente, o reo.

 

En la cima de un roble, han posado mis manos.

 A lo lejos los zagales, vienen candando,

Hacia el tentadero, con los becerros adormilados.

Me han traído pámpanos ambarinos,

Estolones de sarmientos,

Y en sus picos, unas gotas de agua

Para que me sirvan de tintero.

 Haciendo un círculo han permanecido

Silenciosas las palomas, viendo como escribo

 Con sus plumas y el tintero

En la cima de este roble amarillento.

Les he dejado mis folios, prendidos

De este tronco y del viento,

Y  han dejado mis manos

Entre sus hijos, recién nacidos.

…Y aquí bajo éste roble sigo esperando

 Que bajen las palomas de sus nidos,

Para que me den…su veredicto.

 

Encarna Recio Blanco.