domingo, 24 de noviembre de 2019

En memoria de Francisco Javier Pérez.


Vas galopando jinete a lomos de tu caballo

Y con las bridas le incitas, para  que aligere el paso.

Vas galopando  jinete, con tu juventud a cuesta.

Con las muchas ilusiones que pendientes se te quedan.

No quieres mirar atrás  para ver tristeza y llanto de aquellos

Que hoy te lloraron sin que les dieras,  tu último abrazo.

Era la tarde lluviosa.  El Cielo, ya lloraba entonces

Presagiando  que tu barco se encallaba

 Como el pez, que nunca ve el dedal   que lo atrapa.

 Sin percatarte del peligro te zambulliste entre aquellas  aguas,

Para que otra vez… El Señor  te bautizara.

Para que cuando llegaras  ante el Dios de los Cielos

Te viera muy limpio… El cuerpo y el alma.

Traspasas nubes azules. Mares que  te están mimando.

Campos de un Lugar tranquilo, donde se te quiso tanto.

Temprano levantó la muerte el vuelo  una tarde oscura y helada…

Donde ya los villancicos  por el mundo se asomaban.

Mientras que el recuerdo persista...  Francisco

Nadie muere del todo porque siempre…

¡Te recordaremos!

 

Encarna Recio Blanco.

 



miércoles, 13 de noviembre de 2019

He sido capitana de muchos barcos-Reflexiones-


He sido capitana de muchos barcos piratas, algunas  veces, en mares a la deriva. Líder en  fracasos, intentos, empeños,  buscando siempre el máximo elixir, que podía regalarme  la vida.

He caminado, por tierras pedregosas que  laceraban mis pies, las heridas curaba con bálsamos de aprendiz.

He tropezado con corazones crueles,  que intentaban arrancar de mi cuerpo el mío, aunque lo tenía a gran recaudo pero,  algunas veces, fue alcanzado por sus lacerantes y feroces  cuchillos.

Quisieron hacerme llorar y lo lograron, pero  en otras ocasiones, solo vieron sonrisas en mis labios.

Me hicieron  temblar de miedo y de espanto, al ver a sanguinarios perseguirme, pero en otras ocasiones, aceleraba mis pasos y apretaba mis manos para paliar, posibles movimientos.

Y en esta carrera  impenitente, también conocí a grandes pensadores, a sabios  y a ignorantes, a transeúntes de etiquetas, a espíritus dormidos, a muertos andantes, a farsantes con levitas,  a mujeriegos maquillados,  a corredores de bolsas sin un duro, a farsantes con chalecos negros, y de todos o de casi todos,   aprendí algo.

De los ingenuos, su feliz travesía, de los sabios, la grácil sapiencia de sus años, de los otros, no quise aprender nada, pero siempre,  prestando atención en cada movimiento  en este camino, donde las flores y las espinas, se conjugaban siempre a mi paso.

Ahora, contrasto mis errores con mis logros y veo complacida, que las lecciones  las aprendí,  con mis heridas.

Por todo ello, hoy tengo entre mis manos,  una limpia  y brillante licenciatura.


Encarna Recio Blanco.



lunes, 4 de noviembre de 2019

He calculado las horas-De mi último libro (Atardeceres de Fuego)


He calculado las horas segundo a segundo.

Me fugué por las escaleras que las sombras

Me han construido como salida de emergencia.

Estoy atrapada en un laberinto sin poder escapar.

Era nuestra hora, nuestro espacio,

Nuestro momento. Y en esta ventana estoy

Por si te veo pasar, pero las horas se suceden

Sin poderlas controlar.

Pido a Dios desde mi rincón secreto

Que me deje un ratito sola entre tu pecho.

Que se acabe el mundo y se muera hasta el silencio.

Y que se marchen todos los tristes

Que esta noche, vinieron a mi entierro

 

Encarna Recio Blanco.

 


domingo, 3 de noviembre de 2019

Me parieron una mujer...



Me parieron una mujer.

Recia de genio.

Blanca por dentro.

Con un corazón

De fuego y  de versos.

El mundo me transformó…

¡Sin yo quererlo!

Porque confié en aquellos…

Que tenían azúcar en su boca

Y veneno en su corazón.

 

Encarna Recio Blanco.



viernes, 1 de noviembre de 2019

Hacia el Cielo de los justos...


Hacia el Cielo de los justos

Hoy se caminan las rosas

Para aquellos que se fueron

Hacia la luz milagrosa.

Bajo el Sol de la esperanza

Lucen las velas quejosas,

En las losas duras y frías,

Permanecen silenciosas.

Por aquellos que se fueron

Y dejaron de escribir poemas

 En la partitura de nuestras

 Vidas.

Por aquellos que lucharon

Por ser felices, sin conseguirlo

Y nos dejaron sus sonrisas,

Prendidas en las espinas.

Por aquellos amores tempraneros

 Que no pudieron saciarse

De aquellos besos…a tiempo.

Por aquellos que sufrieron

El amor prohibido en silencio

Y  que a escondidos se amaban,

Con la luna por testigo.

Por aquellos amigos

 Tan verdaderos…

Que se fueron tan pronto

Sin previo aviso.

¡Ya sois polvo de estrellas!

¡Ya estáis en la luz!

 Sin embargo…

 La ausencia nos duele

Cual clavo en la cruz.

Con  lágrimas en los ojos.

Con la pena y la zozobra

Miramos desconsolados

Las frías losas.

 Bajo el Sol de la esperanza

Pido a Dios en este día…

Que desde su lado me guíen

 Aquellos…

¡A los que tanto quería!

  

Encarna Recio Blanco.