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lunes, 29 de octubre de 2018

No me preguntes...


No me preguntes cuantos años tengo.

Pregúntame si tengo sueños si todavía soy

Joven o viejo.

Lo que importa es que soy un hervidero de sueños.

Si no, soy un fardo de la esperanza muerta.

 No me preguntes cuantos años tengo.

Si no cuantos besos di, besos de amor.

Si la juventud en mi es todavía una fiesta.

Si aprovecho cada instante.

Si bebo de la taza de la vida gota a gota.

Entonces…

 Poco me importan cuántas gotas quedan.

¡No me preguntes cuantos años tengo!


Encarna Recio Blanco



domingo, 27 de mayo de 2012

Parece que estoy en calma





Parece que estoy en  calma
que mi león se ha dormido
que se ha vuelto a reponer
mi boca de aquel suspiro.

Parece que ya las nubes
atrás dejaron los truenos
porque que salió el arco iris
en mi puerto hoy sereno.

¡Silencio! que nadie turbe
los sueños que estoy sintiendo
que vuelvo a escribir
aquellos bellos sonetos.

Parece que las estrellas
en el Cielo se alinean
para decirme que siga
afanosa en mi tarea.

Que no me despierte nadie
ni me cambien el rubor
ni me maquillen los besos
que tengo llenos de amor.

Marchar  los malos augurios
que salgan las tentaciones
que mi camino es muy limpio
en todas las direcciones.



Encarna  Recio Blanco











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jueves, 23 de febrero de 2012

Quiero bordar






Quiero bordar en papel
unos cuantos pensamientos
unas muchas ilusiones
y los besos que se fueron.

Tengo la aguja y el hilo
tengo también mucho tiempo
las ganas se despertaron
cuando llegaste a mi puerto.

Quiero bordar una rosa
y me sale un frío momento,
el hilo se me ha torcido
y la aguja no encuentro.

Quiero sembrar con abono
coger la cosecha luego,
de este amor que está ciñendo
el surco en mi campo abierto.

Tengo en mi  cuerpo semillas
que se mueren en silencio
porque no pueden nacer,
con huracanes por medio.

Tengo aún las ilusiones
que nos dejó aquel momento
cuando juntos nos besamos
adosados a un lucero.

No tengo quizás paciencia
de esperar un imposible…
Las puertas ya se me  cierran
pero nunca me resigno.

Mira lo que te he bordado
con la aguja y sin el hilo
un remiendo de dolores
en el camposanto mío.



Encarna Recio Blanco 







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