sábado, 20 de septiembre de 2014

Aquella tarde intenté ser jardinera...




Aquella tarde intenté ser jardinera

Trepando aquel árbol

Con calor y sin fuerzas.

Por más que lo intentaba

Aquella rama se debatía con mi torpeza

Diciéndome que cesara

En mi ardua tarea.

Pero como soy tenaz

Y pocas cosas las dejo en la trastienda

Más se afanaba mi empeño en talar

Aquella rama ya seca.

Tú pasabas por allí

Tal vez, por casualidad,

Y gentilmente me prestabas

Un poquito de tu fuerza.

 Un mucho de tu sonrisa traviesa

Cual una fuente que mana

Agua cristalina y fresca.

El sol alborotando los sentidos

Se burlaba jocoso

De unas almas…

Con las puertas abiertas.

…Y me quedé suspirando

Sin saber a ciencia cierta

Si era el fuego lo que me quemaba

O la desazón de que te fueras.

 Cada vez que veo aquel árbol

Lo acaricio…

Por si dejaste en su tronco grabado

Una canción, o un poema.

 Y los Cielos me reprenden

Y este sol que hoy no me quema

Me susurran al oído…

¡No seas necia!

Que el ya tiene de por vida

En su jardín...jardinera.

 

Encarna Recio Blanco.