Mostrando entradas con la etiqueta espinas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta espinas. Mostrar todas las entradas

miércoles, 17 de abril de 2019

No me mueve, mi Dios...


No me mueve, mi Dios, para quererte

El cielo que me tienes prometido,

Ni me mueve el infierno tan temido

Para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor, muéveme el verte

Clavado en una cruz y escarnecido,

Muéveme ver tu cuerpo tan herido,

Muéveme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,

Que aunque no hubiera cielo, yo te amara,

Y aunque no hubiera infierno, te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera,

Pues aunque lo que espero no esperara,

Lo mismo que te quiero te quisiera.

Anónimo

Encarna Recio Blanco.





domingo, 1 de abril de 2018

Estando a la vera tuya...



Estando a la vera tuya

Se me van todas las penas

Y cuando oigo tus pasos

Se me rompen las cadenas.

 Estando a tu vera…

Mi vida ya es de colores

Que se encienden como el sol

En mil reflejos de amores.

 Cuando te espero y no vienes

El mundo se me oscurece,

Y me talan las espinas

De un rosal cuando se muere.

 Yo quiero estar a tu vera…

¡Toda mi vida!

Y cuando la eternidad nos llame

Allí podremos seguirla.

 

Encarna Recio Blanco

  

domingo, 11 de marzo de 2018

Gabriel… ¡Apareciste Angelito!


Gabriel… ¡Apareciste Angelito!

Pero con tus alas rotas y un escozor en mi alma

No me deja respirar por el dolor que hoy, a todos nos asola.

 ¡Quién te cortó tus alitas! ¡Quién te privó de la vida!

¡Quién fue capaz de matarte, a sangre fría!

¡Quien se atrevió a despojarte de de tu risa y tu alegría!

¡De tus ojos que se abrían a primaveras floridas!

 ¡Quien osó destrozar esa ilusión que tenías en tu carita!

 Cual presa inocente caíste,  en esas manos cobardes

Y asesinas.

 Tú eras el amor andante. Tú tenías por delante, toda una vida

 Para aprender que hay senderos, sólo poblados de las espinas.

 Para comprender que hay seres humanos que tienen 

Buenos sentimientos.

Y para saber que también existen otros, que están repletos

De odio.

 Eras tan niño que no sabías que hay manos sucias

Que asesinan.

Sin corazón, ni compasión talando  un rosal y dejarnos

Las espinas.

Preguntas y más preguntas, que nunca tendrán respuestas,

Al ver tu cuerpo cual fardo sin vida,  en una negra maleta.

Ahora ya estás en la Luz. Dios te acogió con los brazos abiertos.

Te compuso tus alas para volar por el infinito…

¡Con tus bracitos abiertos! Descansa en Paz Gabriel.

 

Encarna Recio Blanco

 


lunes, 5 de junio de 2017

Agazapada en el silencio...


 Agazapada en el silencio

Aquella tarde te llamaba a gritos,

Sentada en la vieja estación

De nuestros  encuentros furtivos.

 Las horas pasaban lentamente

Entre aquella nebulosa  peregrina,

Y en mi cuerpo se imbuía

Como afiladas espinas.

Trenes pasaban a gran velocidad

Sin detenerse en aquella estación,

Chirriando se perdían de mi vista

Entre los hierros  de la negra vía.

Pasaron muchos trenes esa tarde

Muchos, de ninguno te vi bajar

Me volví con mis silencios

Y me propuse no esperarte más.

 

Encarna Recio Blanco.


  


jueves, 15 de diciembre de 2016

El canto de una sirena.


El canto de una sirena

El abrazo más pueril

Unas tristes campanadas

 Al ver a un niño con su fusil.

 La calle huele a tomillo

A menta y romero,

Cuando dos enamorados

Se acoplan en silencio.

Una rosa en su rosal,

Lleva una espina enclavada,

Pero no puede llorar

Porque un clavel la reclama.

Por el mercado se ofrecen

Caricias frescas.

Se regalan sonrisas

Que estén abiertas.

La fraternidad suspira

En grandes espuertas,

Pero la gente sigue a su aire

Con la carga a cuestas.

Están rebajadas las ilusiones,

Las caricias, las emociones

Los besos y los abrazos,

Y nadie se para, a catarlos.

Se donan los corazones

Sin precio por medio

Para dar la vida

A quien está maltrecho.

 El amor se regala por el mercado,

De muchos colores

Y a grandes gajos…

Y nadie se para, a saborearlo.

Sigue el bullicio en la explanada

Sin que nadie perciba,

Que  estos regalos, no hay dinero

En el mundo, para comprarlos.

  

Encarna Recio Blanco





sábado, 19 de noviembre de 2016

Ascienden los tallos...


Ascienden los tallos

La savia se desmorona

Con el rojo de la sangre

Que te corona.

La noche se despereza

Con la alborada

Para alejar esa niebla

Que tienes en tus pestañas.

Los meridianos del agua

Dibujaron  las sonrisas

Para  desprender de tus ojos

 Las espinas.

En tus labios había promesas

En tu mirada hay nostalgias

En tu cintura había nidos

De caricias retrasadas.

En tu pelo cascabeles

De oro y de plata

Que hacían pecar de envidia

Las cuerdas de mi guitarra.

Pronto apareció la escarcha

Alrededor de tu casa

Al comprender quizás tarde

Que no le amabas.

Moras en cárcel de luto

Con guillotinas y escarchas

Decapitando el amor

Que a los dos nos coronaba.

  

Encarna Recio Blanco.





domingo, 11 de noviembre de 2012

Muchos caminos





Muchos caminos anduve.
Muchas sendas con espinas.
Siempre buscando y buscando
donde anclar el alma mía.

Estaba lejos el puerto
y a mis fuerzas atizaba
cual un animal con la carga
que a veces se derrumbaba.

Pocos compañeros
en mi viaje…
Ninguna mano tendida
para ayudarme.

Nunca llegué donde quise
con mi enorme cargamento
El destino se encargó
de llevarme hasta tu puerto.


Encarna Recio Blanco




Ir a descargar

martes, 22 de mayo de 2012

Algo falla...



  
Algo falla en mi mente
la tengo averiada,
alguna espina candente me quema
sin poder apagarla.

Mis manos las tengo agarrotadas
sin poder escribir
y recito en voz alta mis versos
para que el Cielo los escriba por mí.

Una gaviota se sienta a mi lado
y me susurra un secreto.
Las golondrinas revolotean
cantando uno de mis versos.

Un niño sin padre descalzo camina
se pone a mi lado de rodilla
le pongo unas botas azules
y se larga deprisa.

Las campanas de la iglesia
tocan a gloria…
La avería de mi mente
se arregló sola.


Encarna Recio Blanco.



Ir a descargar