Yo de
maridos no entiendo
Pero de
veras me gusta, el del anillo
Que tú, pusiste en su dedo.
Y te digo que no entiendo,
Porque
me quedé soltera,
Esperando
que algún día
Él a mi
lado volviera.
Pero cuando lo encontré
Tú ya lo habías cazado,
Con el
maldito dinero
De la
herencia de tu abuelo.
A tus dolores constantes
Lo tienes
crucificado,
En una
mansión de paja
Con la
cruz de su calvario.
María Dolores ¿me escuchas?
Nunca
quise hacerte daño
Pero lo
quiero a rabiar
¡Mujer,
no te enfades tanto!
Y no puedo soportar este dolor
Sólo a
Dios pido consuelo,
Por
quererlo sin remedio,
Estando
tú, de por medio.
Él te quiere, y a mí me ama
Tal vez
nos mienta a las dos
Cosa
que yo lo perdono
Pero tú,
creo que no.
Partirlo en dos no podemos
Dame tú
una solución…
!María
Dolores! ¿Me escuchas?
¡Creo
que no!
Encarna Recio Blanco.
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