El
abrazo más pueril
Unas
tristes campanadas
Al ver a un niño con su fusil.
La calle huele a tomillo
A
menta y romero,
Cuando
dos enamorados
Se
acoplan en silencio.
Una rosa en su rosal,
Lleva
una espina enclavada,
Pero
no puede llorar
Porque
un clavel la reclama.
Por el mercado se ofrecen
Caricias
frescas.
Se
regalan sonrisas
Que
estén abiertas.
La fraternidad suspira
En
grandes espuertas,
Pero
la gente sigue a su aire
Con
la carga a cuestas.
Están rebajadas las ilusiones,
Las
caricias, las emociones
Los
besos y los abrazos,
Y
nadie se para, a catarlos.
Se donan los corazones
Sin
precio por medio
Para
dar la vida
A
quien está maltrecho.
El amor se regala por el mercado,
De
muchos colores
Y
a grandes gajos…
Y
nadie se para, a saborearlo.
Sigue el bullicio en la explanada
Sin
que nadie perciba,
Que estos regalos, no hay dinero
En
el mundo, para comprarlos.
Encarna
Recio Blanco