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martes, 28 de febrero de 2017

Alza la mano y siembra...



Alza la mano y siembra  con un gesto impaciente.

En el aire, en la arena,  en el surco, en el mar.

 Sembrar, sembrar, infatigablemente sembrar.

En mujer, surco o sueños sembrar.

Yérguete ante la vida con la fe de tu siembra;

Siembra amor y sonríe al pasar.

En el arena del desierto, en el vientre de la hembra.

Bajo tu gesto próvido quieren fructificar.

Desdichados aquellos  que la vida maldijo.

Que no soñaron nunca  ni supieron amar.

Hay que sembrar un ansia, un sueño, un árbol, un hijo.

Porque la vida es eso: ¡Sembrar!

¡Infatigablemente sembrar!

 

Encarna Recio Blanco.




J.A. Buesa
Escucha"ALZA LA MANO Y SIEMBRA" en Spreaker.

sábado, 4 de febrero de 2017

Si algún día llega la Paz


¡Si algún día llega la Paz al mundo y estoy dormida…!

¡Despertarme por favor! ¡Que quiero sentirla!

Con todas las armas  haré, una hoguera maldita,

Para que todas se extingan y se queden en cenizas.

¡Despertarme si yo duermo!

Que quiero ver a  los niños del mundo entero

Con  pan, con sonrisas,  y sin miedos.

Que no quiero ver más las calles llenas de manos tendidas,

Ni cuerpos muertos de frío, tirados por las esquinas.

¡Despertarme si yo duermo!!!

Que no quiero ver más a los hombres buscando trabajo,

Ni a mil gobernantes, sin gobernarnos.

Que quiero ver a los pueblos trabajando mano a mano,

Sin misiles por el medio y sin fieros sanguinarios.

¡Despertarme si duermo!!!

Quiero justicia para el desalmado.

Patria para el desterrado, cobijo  para el  perdido

 Y auxilio para el mendigo.

Que no quiero ver más a los hombres con banderas ondeando

Clamando por tantas injusticias, que estamos soportando.

¡Despertarme si yo duermo!

Quiero ver a los pueblos faenando  con arados y cantares.

Que quiero soñar despierta, después de tantos  desastres.

Quiero ver un mundo con la paz entre los dedos,

Con la sonrisa en los labios, con el amor de por el medio.

Y que  el mundo sea de todos, ni  príncipes ni lacayos,

Ni reyes con coronas de espinas que  tanto nos laceraron.

 Con nuestras manos unidas volveremos a sembrar,

En las ruinas que quedaron, el trigo de nuestro pan.

Y con el amor a flote, con la calma y el sosiego,

Podremos hacer un mundo, sin las armas de por medio.

¡Despertarme si yo duermo!

 Pero si me hubiera muerto

Recordar que cada día de mi vida, luché para conseguirla…

¡Con el fusil de mis poesías!


Encarna Recio Blanco.



Escucha"SI ALGUN DIA LLEGA LA PAZ AL MUNDO" en Spreaker.

lunes, 26 de diciembre de 2016

Sobre tu piel quiero...


Sobre tu piel quiero escribir mis fantasías,

Con el pincel y la pluma entre mis dedos.

Dibujando mil colores, cual arco iris refulgente,

Deja que mis manos se afanen por el barbecho

Y siembren.

Duerme…duerme, con la placidez de saber

Que nuestros corazones, se aman locamente.

Déjame que te tatúe de besos todo el cuerpo,

Que me pierda por la descontrolada respiración,

Que me estremece.

En nuestro lecho, cuajado de madreselvas,

El perfume nos envuelve, abanicando las sabanas

 Mojadas…el alba, se entretiene.

 

Encarna Recio Blanco.

De mi último libro…

“Atardeceres de Fuego”




sábado, 24 de diciembre de 2016

Al portal de Belén me voy…


Al  portal de Belén  me voy…

Ha nacido Jesús

En un pobre pesebre

Sin mantas y sin luz.

Al llegar veo,

Que tiene en su carita

Dos soles que alumbran

A todo el que los mira.

En sus manos tan pequeñas

Tiene prendida la Paz,

De su sonrisa el Perdón,

Y de su cuerpo, el Amor.

 La noche es muy fría

 Está empezando a nevar.

Pero en el pesebre hay

Calor de hogar.

Niño no te duermas

Que te estoy rezando.

 Ante tus pies, el perdón,

 Te estoy suplicando.

El Cielo despide alegrías.

El Niño mira hacia arriba

Y una tímida sonrisa florece,

En la cara de su  madre…

¡La Virgen María!

¡Aleluya, aleluya!

Ha nacido Dios.

Eliminemos para siempre

De la Tierra…

La guerra y el desamor.

 

 

Encarna Recio Blanco




Escucha"AL PORTAL DE BELÉN" en Spreaker.

domingo, 27 de noviembre de 2016

Escalaba la empinada montaña de la vida...


Escalaba la empinada montaña de la vida sin detenerme.

Muchas veces los pies me sangraban y el sudor inundaba mi frente.

Nada me paralizaba en mi afán ni me fallaban las fuerzas

Quería llegar lo más pronto posible a la cima de mis metas.

Quise atrapar en primicia al amor cual una tigresa

Pero siempre se escapaba por la puerta trasera.

Después, quise parir un hijo y me puse en cuarentena

Lejos del mundanal ruido para que nadie me viera.

Pero no tenia marido ni amante que fecundara mi tierra

Cuando me vine a dar cuenta estaba seca mi huerta.

Después me puse a estudiar lo que en la universidad no enseñan

Y me dijo el profesor que eligiera otra carrera.

 Por ella circulé de prisa con una enorme cartera

Llena de medicamentos que no curaban mi impaciencia.

Después me puse a escribir noche y día sin parar

Como un molino de viento sin granos que machacar.

Después hice muchas cosas  que no puedo enumerar

No paraba ni un segundo en mi loco deambular.

Pero heme aquí preguntándome si alcancé alguna de ellas

Cuando tengo en la frente mil surcos y el corazón con cadenas.

 Cuando ya se me fueron los sueños y de mis ojos sólo pende la pena

Cuando ya de mis labios los besos escaparon de su madriguera.

 Es muy corta la vida, muy corta para tanta faena

Cuando vienes a hacer el recuento la sepultura te espera.

 Y es entonces cuando piensas, que te falta vivir dos o tres vidas más

Para conseguir… lo que pendiente se queda.

 

Encarna Recio Blanco.


 


miércoles, 16 de noviembre de 2016

Esta noche les dejo…



Esta noche les dejo…

 Un adiós inacabado

Unas rosas sin espinas

Unas cuantas  rutinas

Y el sueño que no he logrado.

Como obsequio mis sonrisas

Y un manantial de te quieros

Les dono todos mis versos

Y mis preciosos sombreros.

Les regalo  mi corazón

Y un alma que me he encontrado

También os dejo a un  ladrón

Que alguna vez, me ha robado.

 Les doy mi barco de vela

Con el timón ajustado

 Un cofre con muchas joyas

De un valor inmaculado.

 Les entrego bellos sueños

Por si pueden despertarlos

Y si los cumplen un día

Intenten resucitarlos ¡Eso sí!

Quiero que mañana vengan

 A la cita prestos…

A este rincón del amor

Donde cada noche les espero.


 Encarna Recio Blanco.




viernes, 28 de octubre de 2016

Dentro de tu cuerpo estoy perdida...


Dentro de tu cuerpo

Estoy perdida

Cual  pez que dentro del mar

Se despereza.

Y en el túnel  busco la salida

Con la luz que desprende

Una luciérnaga.

 

Te arranco los suspiros.

Te acompaño en los quejidos

Cual hembra

Que quiere parir

Y no la dejan.

 

Laberintos de placer riegan

Mi cabellera

Los bebes cual sediento

A dentelladas placenteras.

 

Despidiendo a la noche.

Que se empapa.

Tu cuerpo en mi cuerpo

Por el túnel se escapan.

 

Encarna Recio Blanco.




domingo, 1 de mayo de 2016

Madre… Cuantas veces mi pluma sencilla...

 

Madre…

Cuantas veces mi pluma sencilla se calla con miedo.

 Se queda sin tinta y el papel se rompe.

Nunca pude madre estando consciente,

Hacerte un poema como te mereces.

Fui la oveja negra en redil caliente…

Fui la incomprendida, la que quizás no merece

Llevar tu apellido Blanco cual la nieve.

Fue tu primer beso, promesa, fue tu constancia mi guía.

Fueron aquellos cachetes luz para mis negros días.

Fuiste poniendo pontones a mis desvaríos de niña

Para que fuera muy limpia, no sólo para ir a la escuela

Sino para ir por la vida.

Un buen día de tu nido voló tu paloma herida,

Y se fue sola remontando sendas, valles y colinas.

Lejos de ti comprendió porqué tantas regañas.

El “¡ten cuidado! ¡No corras! y ¡heme aquí con mil heridas!

 Ahora me paro y medito, ahora que ya no soy niña.

Y me duele el corazón y me duele el alma mía

Por no saber si llegué, a lo que soñaste un día.

Recordé tanto mi escuela, a mi maestra…

Y aquella farmacia fría donde yo, aun tan pequeña,

Ya escribía mis poesías.

Poesías que siempre hablaban de lo que desconocía.

De lo que me imaginaba, de lo que después vendría.

¡Al amor, pobre de mí!

 A la vida y era tan niña, y a esas cosa que hoy conozco

 Antes, que distinta las creía.

Hoy con los años se tornan en realidades tan frías,

Que te hielan las entrañas, que te ateridan tus días.

 Por eso añoro las cosas madre, de cuando era una niña.

Sé que el mundo me enseñó cosas que tus no sabías.

Y que si las conocías… siempre tú las silenciaste

Para no tarar mis días.

Pero como es imposible Ir de buenas por la vida,

Porque los golpes te hacen abrir los ojos aprisa.

Se endurecieron mis huesos. Trabajé como tú hacías.

Y esquivé las zarzas negras que a mi paso florecían.

…Y aquí me tienes, ya hecha, casi una mujer prendida,

De este mundo más bien malo, con mi alma más bien limpia.

Otra vez madre lo intento, pero ya ves, no es poesía…

Fueron suspiros al viento que recoge esta cuartilla.

Otra vez madre será… Cuando mis musas dormidas

 Despierten. Prometo hacerte, Madre…

La mejor de mis poesías.


Encarna Recio Blanco.


viernes, 18 de marzo de 2016

Tanto me acompañaba la soledad...



Tanto me acompañaba la soledad

Que empecé a cogerla mucho cariño.

A veces no me hablaba

Pero me acariciaba.

Cuanto yo estaba triste

Le contaba mis penas

Y en su regazo lloraba

Como una niña pequeña.

 Cuando estaba alegre me decía:

Me voy a dar una vuelta

Que no te soporto

Con tanta juerga.

Se despistaba uno o dos días

Y volvía la pobre con una cara

Que me decía:

¿Me dejas a tu lado para hacerte compañía?

 Y entonces, era ella la que hablaba

Era ella quien lloraba

Al contarme las triste historias

Que por el mundo encontraba.

 

Encarna Recio Blanco.




martes, 16 de febrero de 2016

Te haría el amor...


Te haría el amor ahora entre estas cuatro paredes.

Con mi alma con mi cuerpo, con mis manos con mi mente. 

Te besaría en los labios como el sol besa mi frente

Y mordería los  hilos que me atan y me hieren.

 Arrastraría el pecado de quererte a mi manera

Te  arañaría el costado y tú pecho que es de cera.

 Aferraría tu carne acariciando tu espalda

Y dejando que el silencio me envolviera en esta estancia.

 Tejería con mis manos los minutos traicioneros

Que amenazan con que llegue la hora en la que te espero.

 Quiero saciarme en tu cuello con mi lengua que es muy sabia

Para prenderme en tu fuego y arder entre tu brasas.

 Bordaría con mis manos la estampa de la locura

Que nos llena de ése halo de amor y de calenturas.

 Lamería con mis labios los tuyos que son de fuego

y haría una parada en la estación del deseo.

 Te haría el amor ahora o en cualquier hora del día…

Te estaría haciendo el amor cariño

Hasta que me quede un soplo de vida.

 

Encarna Recio Blanco.




miércoles, 6 de enero de 2016

Te quiero entre mi piel cuando arde.

 

Te quiero entre mi piel cuando arde.

Te quiero en mis caminos entre rocas.

Entre la espina de nuestro destino

y en la soledad de mi alcoba.

 Te quiero en mis otoños con más fuerzas.

En la distancia de nuestras primaveras.

En el despertar sin tu abrazo

Y en el filo de la espera.

Te quiero por siempre

Y para siempre…

Hasta que el último suspiro

Salga de mi boca.

 

Encarna Recio Blanco.




miércoles, 21 de octubre de 2015

Era una noche cualquiera

 

Era una noche cualquiera

Sin tormentas y con luna

Cuando salí de mi casa

Entre la  rosa y la espina.

 

Yo pasé por tus portales

Para ver si te veía

Con una vara de nardos

Y en mi pecho golondrinas.

 

La calle estaba desierta

Los becerros no se oían

En los tejados los gatos

 En  amor se debatían.

 

Desde la cercana charca

Los renacuajos  reían

 Y un farol parpadeante

Iluminaba la esquina.

 

Me sobresaltó el cantar

De  un mozuelo en la otra orilla

Que también muerto de amores

 Cantaba a su prometida.

 

Tres vueltas le di a tu calle

Para ver si te veía…

Tu puerta estaba cerrada

 Pero sentí que me veías.

 

Unas viejas solitarias

Con su paz de cementerio

Rezaban a coro juntas

Letanías y misterios.

 

Descorrieron los visillos

Cuando me vieron pasar

Para ver si entraba en tu casa

Y  poder murmurar.

 

Unas campanadas tocaron

En la torre de la ermita

Que me parecieron tristes

Y recé un Ave María.

 

Tres vueltas le di a tu calle

Para ver si te veía.

 

Encarna Recio Blanco.