lunes, 13 de mayo de 2024

El trece de Mayo...

 


El trece de Mayo se abrieron los Cielos

Para que la Virgen bajara cual Reina

De Cielos y tierra, hasta nuestro suelo.

Entonces, en toda la tierra se hizo el silencio.

Un silencio mágico de luz y misterio

Para que los ojos del mundo la vieran

En carne y hueso.

A su alrededor brillaban todos los luceros

Las brisas cantaban un cantico tierno

El sol relucía con brillos traviesos

Y las flores del mundo al verla, todas se abrieron.

Floreció la campiña, se granó el barbecho.

En el mar las olas antes con lamentos

Entonaban ahora  una suave melodía

Para el sublime encuentro.  

Las guerras y las contiendas se detuvieron.

Los fusiles y las bombas enmudecieron.

El caos, la muerte, el frio,  y el miedo

De la faz de la tierra de pronto, desaparecieron.

El trece de Mayo la Virgen bajaba

Con su manto de esmeraldas lleno

Hasta mi buhardilla donde yo escribía

Mis humildes versos.

Dejé mi tarea de inmediato, y me arrodillé

Frente a Ella en el suelo

Para pedirle  humildemente perdón

Por mí… y por el Mundo entero.


Encarna Recio Blanco.



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