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domingo, 24 de noviembre de 2019

En memoria de Francisco Javier Pérez.


Vas galopando jinete a lomos de tu caballo

Y con las bridas le incitas, para  que aligere el paso.

Vas galopando  jinete, con tu juventud a cuesta.

Con las muchas ilusiones que pendientes se te quedan.

No quieres mirar atrás  para ver tristeza y llanto de aquellos

Que hoy te lloraron sin que les dieras,  tu último abrazo.

Era la tarde lluviosa.  El Cielo, ya lloraba entonces

Presagiando  que tu barco se encallaba

 Como el pez, que nunca ve el dedal   que lo atrapa.

 Sin percatarte del peligro te zambulliste entre aquellas  aguas,

Para que otra vez… El Señor  te bautizara.

Para que cuando llegaras  ante el Dios de los Cielos

Te viera muy limpio… El cuerpo y el alma.

Traspasas nubes azules. Mares que  te están mimando.

Campos de un Lugar tranquilo, donde se te quiso tanto.

Temprano levantó la muerte el vuelo  una tarde oscura y helada…

Donde ya los villancicos  por el mundo se asomaban.

Mientras que el recuerdo persista...  Francisco

Nadie muere del todo porque siempre…

¡Te recordaremos!

 

Encarna Recio Blanco.

 



martes, 6 de junio de 2017

Nadie muere del todo...

 Nadie muere del todo, si deja sus semillas en la tierra

 Regadas con los buenos sentimientos de su vida

Los cuales germinarán algún día.

Somos trozos del fruto que madura en una tierra

 Entre vientos y mareas, que nos va zarandeando

Con fuerza y sin medida.

Con pinceles del alma dibujemos los versos en la orilla

Para  cualquier corazón, que necesite amor y compañía.

  Con las espinas y las alegrías sembraremos la cosecha,

Para que nuestra estela siga su ruta eterna.

Nadie muere del todo, si deja en esta tierra prendidas

Sus  limpias semillas.

 

Encarna Recio Blanco.



martes, 23 de mayo de 2017

Otra vez las campanas del mundo...


Otra vez las campanas del mundo tocando a duelo.

Otra vez la barbarie  nos asola, dejando a nuestros  

Seres queridos lacerados y muertos por los suelos.

Otra vez la triste  estampa de muchos niños,

 De muchos  jóvenes, que encontraron la muerte

 Por el simple hecho, de ir a un  concierto.

Otra vez el dolor,  hace añicos a tantas familias

 Que lloran sin comprender la crueldad de esos locos

Que por las calles deambulan  sueltos con el negro

Cargamento.

Otra vez el mundo clamando al Cielo

 Pidiendo a gritos que este salvajismo termine,

Y que la sangre de tantos inocentes no se derrame más

Por el cemento.

Ya no sirven las palabras al viento  de los gobiernos

Ni las coronas de flores, ni las velas ardiendo.

La autoría del atentado no lo conocemos,

Un atentado terrorista dicen, eso es lo que sabemos.

Otra vez las campanas del mundo tocando a duelo.

Y esas madres llorando a lágrima viva

Sin encontrar entre los escombros a sus hijos.

Ayer, hoy, y  mañana tal vez, volveremos a ver

  La sangre derramada de  muchos inocentes

Que no comprenden, porqué se abren cada día

Las puertas del infierno.

De nada nos sirven palabras  que se van al viento.

Si nos niegan la Paz  al mundo entero.

Hoy pienso con el dolor en mi corazón que la Paz

¡También está  herida de muerte!

 

Encarna Recio Blanco.




sábado, 11 de marzo de 2017

Fue negro, muy negro...Reflexiones-


Fue negro, muy negro, aquel fatídico Once de Marzo,

Y aunque pasen muchos años, jamás podremos olvidarlo.

 Ciento de seres murieron, miles de heridos postrados,

Entre aquellos negros hierros, por los suelos mutilados.

La sinrazón, la barbarie, la rabia contenida

Se apoderaba de un mundo que no comprendía…

Y sin poder hacer nada para salvarles la vida.

 El horror clamaba en aquel entorno, lleno de  fuego

 Y de cenizas viendo aquellos inocentes inmolados que

 Agonizaban entre las negras vías.

 Recordarlos día tras día, año tras año, es un acto de respeto,

 De solidaridad, de exigencia moral,

Por eso, quiero hacer con mis letras un alegato a la decencia,

A la solidaridad, y a los derechos humanos.

 Valores que por desgraciadamente no tienen

 Los que siembran el terror, los que empuñan las armas,

Los que matan por matar sin pensar, que es Dios

El dueño de nuestras vidas.

 Mi oración y mi recuerdo en este día, por los que se fueron,

 Por sus familias, hijos, padres, hermanos,

Que también ellos, quedaron mutilados y muertos en vida.

 

Encarna Recio Blanco.





Escucha"FUE NEGRO MUY NEGRO" en Spreaker.

martes, 10 de enero de 2017

Entre ramajes de plata...

  

Entre ramajes de plata envejecidas

Mi cabeza reposaba meditando,

Oyendo el murmullo y la belleza

De pájaros amilanadas.

 Lo vi llegar por la senda al cazador...

Con su rifle a la espalda, me dio

Los buenos días y yo…

Le di la espalda.

La tormenta bramaba

Y los plomizos movimientos

 De las aves, se amilanaban

 Al compás de la lluvia, que arreciaba.

De repente se oyó un estruendo

Del bronco gruñido de la pólvora,

Aquel cazador, hambriento de vidas

Con la muerte, de la belleza se apoderaba.

 

Encarna Recio Blanco.





Escucha"ENTRE RAMAJES DE PLATA" en Spreaker.

lunes, 21 de noviembre de 2016

Hoy, ha muerto nuestro amor…


Hoy, ha muerto nuestro amor…

Lo has asesinado.

Sin piedad me has condenado

A vivir el desengaño.

 Ambos deberíamos ir de luto

Pero tú, ya te has fugado

Como el bandido que huye

Después de un atraco.

Sola lo llevo a enterrar

A un Campo Santo.

Donde los cipreses callados

Hoy también están llorando.

 En este negro presidio

Hundo en mi pecho la lanza,

Sin notar el dolor en mi cuerpo

Porque tengo ya muerta, mi alma.

Sé que llorarás un día

Como estoy llorando yo

Y regaremos de sangre

Los recuerdos de este amor.

Vivirás encadenado

A la mujer que no quieres

Tu perdición es más fuerte…

¡Que tu ambición!

 

Encarna Recio Blanco.






lunes, 27 de mayo de 2013

No quería vivir mi vida...


No quería vivir mi vida sin tu sueño

Y a través de la distancia mendigando…

Logré un trocito del Cielo como regalo.


Y duró, lo que dura un suspiro atragantado

Lo que dura la flor en el naranjo helado

 Lo que dura un te quiero amurallado

Lo que dura un segundo en un cuerpo

Agonizando.

 

No quería vivir mi vida sin tu abrazo

Sin el fuego de tu cuerpo en mi costado

Sin tus palabras trasnochadas en el alba

Desde un mar que siempre azota

A mi barco encallado.

No quería vivir mi vida sin ti.

Por eso hoy… te la regalo.

  

Encarna Recio Blanco.


sábado, 11 de mayo de 2013

Un dolor de fuego.


Un dolor de fuego abre mis venas

Dejando que mi sangre

Riegue la tierra.

Por el laberinto de  la noche

Mi alma vuela hasta tu puerta.

Está cerrada, nadie contesta

La noche gruñe y yo, estoy muerta.

 

Encarna Recio Blanco.

  


sábado, 21 de junio de 2008

Era la noche estrellada...


Era la noche estrellada, venía la primavera

Y el azahar perfumaba el entorno y la verde huerta.

¡Muerte! Yo me tropecé contigo y no quise saludarte

Venias con la guadaña y un cajón para guardarme.

En mis sentidos estruendos que no puedo descifrar

El miedo ya me podía, me costaba respirar.

Entre chatarra y estruendo mi cuerpo se debatía

Queriendo salir a flote de aquella angustia tan fría

Empecé a mirar mis manos con las que tanto escribía

Mis pies no me soportaban y el cuerpo se me caía

Sentí la guadaña negra que ya segaba mi vida

Pero dando un giro me aparte de tu dantesca cogida.

 A cenizas olía el campo a violetas ya marchitas

Mil voces que daban gritos, mi cuerpo se resistía

Un túnel allá en el fondo vi que de pronto se abría

Pero  me quede muy quieta por si una ayuda venia.

En un segundo pasaron películas de mi vida

Todos seres queridos que tan lejos les tenían

Las cosas que ya había hecho quizás las mejoraría

Las que tenía pendientes tal vez, no terminaría.

Me batía con tu fuerza ¡Muerte! pero más me resistía

Saqué el león que dormía en mí y te espantó de mi vista.

Fueron segundos tal vez, pero la eternidad que es amiga

Me susurraba al oído que contigo no me iría.

Me incorporé como pude, mis pies ya me sostenían

Y en mis ojos apagados, la luz de nuevo volvía.

Miré al Cielo que estrellado ahora sí, me sonreía

Y le di gracias a Dios porque por fin…te vencía.

Hoy me propongo el futuro de una manera distinta

De saborear las cosas simples, buenas y sencillas.

Propósitos a cumplir sin pereza y sin medida

Los que merezcan la pena en esta efímera vida.

 El amor que di y me dieron pequeño me parecía.

Los besos que me quedaban nuevamente los daría.

Cuando vengas otra vez… ¡Muerte!

Ya no me resistiré, porque tendré los deberes

Impecables en mi haber.


Encarna Recio Blanco.


viernes, 21 de diciembre de 2007

Llegaste cansada




Llegaste cansada, melancólica y fría.

Como la tormenta que cae sin llamar.

Llenaste de lodo las calles vacías

Envolviendo  todo con tu soledad.

 Clavaste las uñas, donde más dolía.

Fuiste despiadada y fuiste muy cruel.

Compasión te falta más que caridades.

Quien oye tu risa, ya no vuelve a ver.

Aquella mañana yo miraba al Cielo

Un Cielo desnudo y sin compasión

Lanzando preguntas a otro vil espacio

Ni  un eco responde a mi desazón.

Quien tapa tu manto no ve más el día.

Quien tienta tu calma no vuelve a surgir.

Porque eres huraña, tacaña y hastía.

Tú no tienes alma...te faltó vivir.

Muchos tienen miedo de tu fuerte azada

Que arranca de cuajo todo en derredor.

Y te importa poco el llanto y la rabia

Que cause tu mano, sin ningún pudor.

 Tú te lo llevaste sin pedir permiso.

A todos nos buscas antes o después.

No te importa el tiempo ni entiendes de halagos.

En tu agenda negra tu lista relees.

Pero que crueles fueron esas manos.

Para despedirnos, tiempo no nos dio.

Sabiendo que existes no te tengo miedo.

El día que vengas nos veremos tú, y yo.

Déjanos entrar en el Reino Eterno

Allí todos juntos a parar iremos

Donde nada existen ni clases ni edades

Los ricos los pobres...juntos y en unión.

Ten piedad del mundo y de sus desdichas.

No te lleves algo a tan temprana edad.

Contigo me encaro, ¡Muerte en esta tarde!

Por esta jugada...por este dolor.

 

Encarna Recio Blanco