He
aquí dos rosas frescas mojadas de rocío:
Una
blanca, otra roja, como tu amor y el mío.
Y
he aquí que lentamente, las dos rosas deshojo:
La
roja, en vino blanco; la blanca en vino rojo.
Al beber, gota a gota, los pétalos flotantes
Me
rozaran los labios, como labios de amantes;
Y,
en su llama o su nieve de idéntico destino,
Serán
como fantasmas de besos en el vino.
Ahora, elige tú, amiga cual ha de ser tu vaso:
Si
este, que es como un alba, o aquél, como un ocaso.
No
me preguntes nada: yo sé bien que es mejor
Embriagarse de vino que embriagarse de amor…
Y
así mientras tú bebes, sonriéndome así,
Yo,
sin que tú lo sepas, me embriagaré de ti…
Buesa
Encarna Recio Blanco.