Gabriel… ¡Apareciste Angelito!
Pero con tus alas rotas y un escozor en mi alma
No me deja respirar por el dolor que
hoy, a todos nos asola.
¡Quién fue capaz de matarte, a sangre
fría!
¡Quien se atrevió a despojarte de de tu risa y tu alegría!
¡De tus ojos que se abrían a
primaveras floridas!
Cual presa inocente caíste, en esas manos cobardes
Y asesinas.
Para aprender que hay senderos,
sólo poblados de las espinas.
Buenos sentimientos.
Y para saber que también existen otros, que están repletos
De odio.
Que asesinan.
Sin corazón, ni compasión talando un rosal y dejarnos
Las espinas.
Preguntas y más preguntas, que nunca tendrán respuestas,
Al ver tu cuerpo cual fardo sin vida, en una negra maleta.
Ahora ya estás en la Luz. Dios te acogió con los brazos abiertos.
Te compuso tus alas para volar por el
infinito…
¡Con tus bracitos abiertos! Descansa
en Paz Gabriel.
Encarna Recio Blanco
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