martes, 22 de mayo de 2012
Algo falla...
domingo, 28 de septiembre de 2008
Hoy tengo la mente en blanco
Hoy tengo la mente en blanco
Y no me llegan las
musas
Con el calor se
adormecen
Y no puedo sacarlas
punta.
Ellas se cansan también
De mis llamadas
constantes
De buscar en el baúl
Lo que pueda
serenarme.
El ordenador dormido
Y a mi mente la
reprendo
Porque está vaga
conmigo.
Necesito vomitar cada noche
En el papel que impaciente me
espera
Cada noche o en la
mañana
En verano o en primavera.
Porque hoy leyendo la
prensa
Se desataron mis
nervios
Cual fieras que
estaban presas.
Dejar a tu hijo al cuidado
De pécoras que se
ensañan
Con la inocencia de
un niño
Por sus vicios de
alimañas.
Pensaste que en buenas manos
A tu corazón dejabas…
Pero tu niño ya tiene
En el corazón la llaga.
He dejado de leer
Porque seguir no
podía
Y en la siguiente
noticia
Las arcadas me
volvían.
Detrás de mis
celosías
Y otra vez quise
cerrarlas
Por los dramas que
veía.
Así es, que aquí estoy delante
De este ordenador
dormido
Tecleando sin parar
Por lo que muero y no
vivo.
Tengo tal necesidad de paz
Que soy como aquel
mendigo
Que busca para
saciarse algo
Aunque el bocadillo esté podrido.
Encarna
Recio Blanco
martes, 29 de abril de 2008
Se repiten en mi mente
Se repiten en mi mente la historia de nuestra vida, y pasa tan presurosa
que apenas me da la dicha de quedarse entre mis sueños, de aportarme la
alegría, de tocarme con sus dedos, de calmar esta agonía.
Se repite ya cansada de tanto ir y venir, de tantas noches furtivas, que yo jamás te pedí. Las horas entre tus brazos se escapaban veloces, la pasión nos consumía cuando en las noches de invierno, en mi alcoba aparecías, amándome sin medida, sin reservas y sin miedos, a tu lado parecía que no existía el infierno.
Las palabras son pasos y los verbos se terminan, para explicar lo que siento en esta noche tan fría. De quererte sin sentido cuando ya todo se fue, de seguir en este túnel del que ya no sé volver.
No te pido que regreses ni que me pidas perdón, ni siquiera unos meses a solas juntos tú, y yo. Te pido que me recuerdes y que no olvides por Dios…
Aquellos besos que nos dimos, y los que el tiempo nos robó.
Encarna Recio Blanco.