Vivo por donde las ánimas pasean.
Por
donde los sepelios se suceden.
Por
donde las campanas repican
Unas
veces alegres, otras cansinas.
Cuatro palmeras frente a mis ventanas
Impenitentes
hacen guardia.
Por
donde las beatas van al rosario
Con
sus lenguas afiladas.
Por donde los niños corren y saltan
Mientras
sus madres se toman la horchata,
Anunciando
a voz en grito
Que una boda viene, para fisgonearla.
Llenas
de folios, poemas y cartas,
Que
voy escribiendo,
Y
guardando en el arca.
Vivo por amor y para amar a la vida,
Y
a todos aquellos que me lo demandan,
No
distingo colores ni razas.
Amo,
como quisiera…
¡Que a mí me amaran!
Encarna
Recio Blanco