viernes, 23 de noviembre de 2018

Y ahora que te digo...



¿Y ahora que te digo, si  ya te vas del todo?

Se me nubla la mente y no  sé qué decir.

Quizás un hasta luego, o tal vez, un hasta pronto.

En momentos como éstos es necesario mentir.

Qué fácil es olvidar lo que en falsedad se vive.

Qué difícil es decir que no sientes la verdad,

Que las palabras te duran, justo el tiempo que las dices,

Pero los muchos momentos que son tan sólo un suspiro.

¿Por qué suelen perdurar?

Tus besos, tu piel caliente, tus palabras, tu emoción,

Tu sencilla devoción con ojos fijos y ardientes.

Yo sé que el alma no miente en las cosas del amor.

¿Y ahora  que me queda si tú tienes que marchar?

Ya sé… un raro perfume, un necesitar soñar.

Porque esto, ha sido un sueño.

¡No me despiertes jamás!

 

Encarna Recio Blanco





martes, 13 de noviembre de 2018

Llegará la mañana...


Llegará la mañana en que no me levante.

Llegarán esos besos que no pediré.

Llegará algún te quiero a destiempo y distante,

Y tal vez entonces, tú llegues con él.

Marcharás muy cansado anulando al destino

Por haberme dejado tan fría la piel,

Y entonces, no importará lo que digas o hagas

Porque ya será tarde, para echar a correr.

Servirán de castigo esas noches en vela,

Esa pálida luna, ese hueco sin ser

Esa noche apagada en el reloj de tu tumba

Y un letrero que explique, el dolor de mi piel.

Y en un tiempo borroso que no recuerde

 Ni el viento, en un sitio espantoso andaremos

Tú y yo.

Y sintiendo en el alma el dolor de tus ojos

Estaremos muy juntos y distantes los dos.

El porqué me quisiste y dejaste de hacerlo.

Y por qué yo te quiero y te quise también.

Ahórrate el tiempo y no lo preguntes

Pues auguro claro, que no lo sabré.


Encarna Recio Blanco.




sábado, 10 de noviembre de 2018

Ahora que te fuiste...

Ahora que te fuiste te diré que te quiero.

Ahora que no me oyes, ya no debo callar.
Tú seguirás tu vida y olvidarás primero
Y yo aquí, recordándote a la orilla del mar...

Hay un amor tranquilo que dura hasta la muerte,

Y un amor tempestuoso que no puede durar.
Acaso aquella noche no quise retenerte
Y ahora estoy recordándote a la orilla del mar…

Tú que nunca supiste lo que yo te quería

Quizás entre otros brazos lograrás olvidar.
Tal vez mires a otra, igual que a mí aquel día…
Y yo aquí recordándote a la orilla del mar.

Buesa

 

 Encarna Recio Blanco

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viernes, 2 de noviembre de 2018

Apareció el otoño de pronto...


“Madre, la muerte no existe.
La gente solo muere cuando la olvidan.
Por eso tú, siempre vivirás en mí,
Porque siempre te recordaré.”




Apareció el otoño de pronto, con sus notas de melancolía.

El Cielo  se vistió de luto y mis lágrimas en la tierra seca,

 Se derretían.

Apareció el otoño  de pronto con sus melodías de cenizas.

De caracolas muertas, de barcos anclados,  sin  las brisas.

De ríos dormitando de rebaños asustados, de hojas

Por el suelo alfombrando las puertas  de mi llanto.

Este otoño no es como los otros porque se ha llevado

Los brazos de mi madre aquellos brazos que siempre

 Me estaban abrazando, esta mañana de otoño

Estoy triste muy triste… porque ya no tengo

 Los besos de mi Madre, por eso ahora…

  ¡Ya no quiero los besos de nadie!

 

Encarna Recio Blanco.




lunes, 29 de octubre de 2018

No me preguntes...


No me preguntes cuantos años tengo.

Pregúntame si tengo sueños si todavía soy

Joven o viejo.

Lo que importa es que soy un hervidero de sueños.

Si no, soy un fardo de la esperanza muerta.

 No me preguntes cuantos años tengo.

Si no cuantos besos di, besos de amor.

Si la juventud en mi es todavía una fiesta.

Si aprovecho cada instante.

Si bebo de la taza de la vida gota a gota.

Entonces…

 Poco me importan cuántas gotas quedan.

¡No me preguntes cuantos años tengo!


Encarna Recio Blanco



sábado, 27 de octubre de 2018

Y no podrás olvidarme...


Y no podrás olvidarme, por mucho que te lo propongas

 El corazón no es la mente, y generalmente enciende

 Esa llama poderosa del suplicio de quererme.

Cuando llegues a tu lecho y te acuestes con el hielo

No busques allí  calor,  lo dejaste en mi cuerpo.

 Doy cien vueltas a esta noria, que no se quiere mover

Soy una bestia salvaje con hambre, y con sed.

Todo queda en la estacada de un abismo que suicida

                            A este amor, que ya zozobra, por tu poca valentía.              

Dejo a un lado la coraza de mendiga para decirte esta noche

Que soy la reina de mi vida, y de tu vida.

 En estas sombras sin fin, bajo un cielo sin estrellas,

Quiero morir si no encuentro, en este túnel, la salida.

Es la primera vez de todas, que no suplico un te quiero.

 ¡Hoy está llorando Dios! ¡Hoy está llorando el Cielo!

 

Encarna Recio Blanco.