domingo, 27 de enero de 2008

Una estación.Mil destinos...




Una estación.Mil destinos.

Seres errantes que buscan

Otros caminos.

Sonrisas es las esperas tranquilas.

Lágrimas en el adiós temido.

Silban con furias las maquinas

En un momento preciso.

Es la llegada…o la vuelta.

Una estación.Mil destinos.

Nebulosa la noche

Dice adiós al desconocido.

Queda solo en el andén

Un equipaje perdido….

Un bulto de carne humana

Sin billete ni cobijo.

 

Encarna Recio Blanco.



jueves, 24 de enero de 2008

Un grito hondo en la selva...


 Un grito hondo en la selva

Una madre en cautiverio

Un dolor que se acentúa

En su alma y en su pecho.

En manos de un campesino

Le dejaron a Emmanuel

Le parecían a su madre, milenios

El tiempo, lejos de él.

 Como ellos mucha gente

Que muertos en vida están

Prisioneros de las guerras

De la muerte y la maldad.

Sus corazones partidos

Y muy lejos de su hogar

Buscando entre sus sueños

Un poco de libertad.

 Muchas madres muchos hijos

Los nietos que no verán

El dolor que se desgrana

Sin poderlo controlar.

Un silencio que termina

Con un disparo en la noche

Una sombra que se esconde

Llena de odio y reproches.

A esos que no ven la luz

A los que están en tinieblas

Nada se puede decir…

Cuando se habla de guerras.

Un grito hondo en la selva

Unos brazos de mujer

Una madre con su hijo,

Que al fin lo ha podido ver.

No me coserán mi boca

Para que siga gritando

Por todo lo que en el mundo…

Día a día está pasando.

¡Que se terminen las guerras!

¡Que los secuestros paren!

Que la violencia se aleje…

Y la paz nos acompañe.

 

Encarna Recio Blanco.




En mi mundo apareciste...



En mi mundo apareciste

Cual regalo en navidad

Cuando la ciudad bullía

Con cantos de amor y paz.

 

Yo estaba enferma de amores

De los que hacen heridas

De esperas y de llegadas,

Que nunca se sucedían.

 

Tú el sanador de los males

Que en mi vida aparecías

Con la receta mágica

Que a mi alma curaría.

 

No me preguste Cupido

Por qué tu flecha atrapé.

¿Fueron sus ojos de noche?

¿En los que me cobijé?

 

Fueron aquellas palabras,

Que sin pronunciar me dijo

¿O fueron aquellos besos?

¿Que en alba los perdimos?

 

¿O tal vez aquellas noches?

Entre su sueño y el mío,

Que las almas se encontraran

Y que  perdimos el juicio.

 

Si ya estaba enferma de amores,

Y me quería curar…

¿Cómo llegaste  a mi vida?

¿Con tu receta mortal?


Encarna Recio Blanco




domingo, 20 de enero de 2008

En noches, de madrugada...



En noches, de madrugada

Cuando sólo hay silencio.

Calma la sed la esperanza

De que vuelvas a mi lecho.

Recapitulo labranzas

Con pensamientos certeros

De capitanes de barcos

Que perdieron sus veleros.

A la aurora la he rogado,

Que mande diez mandamientos,

Y que amarte sea uno,

Y que se repita luego.

La piel es mi testimonio.

El tatuaje del alma.

Y la cruz que llevo a cuestas

Por no saber si me amas.

Nadie entenderá lo nuestro.

La soledad, el castigo.

Pero seremos tan libres

Que no supondrá un suplicio.

 Calma tu sed con mi cuerpo,

Bebe hasta que te quedes lleno

Envenéname la carne

Y vuelve a tomarme luego.

Nunca dejes de quererme

Que sea tu penitencia,

Amarme entre las sombras

Será tu penitencia.

Y cuando todos se vayan

Y nos envuelva el silencio,

Susúrrame que me amas

Y hazme creer que es eterno.

 

Encarna Recio Blanco.




lunes, 14 de enero de 2008

Querida hija: (Carta de Dios)


Querida hija: 
Hace tiempo que quería escribirte para decirte: Que ya va siendo hora de que las niñas se conviertan en mujer y se levanten más temprano.

Que dejes de soñar con fantasías y vivas realidades. Que ése corazón que tanto encierra, no sufra por cosas tan banales. No sigas malgastando tus noches y tus días. ¡Ya es bastante!

 Sal de ésa abulia que adormecen tus cosas tan reales.

Sé que me quieres y que quieres igual a tus hermanos no sólo los de sangre. Pero te di los sentidos sanos, te di toda una vida por delante y en mitad de ella te digo: ¡Mejor te ordeno! no la malgastes.

 Aprovecha cada instante que te queda en cosas y causas beneficiosas.

Porque si no, cuando llegues a mi casa ¡si es que llegas! no lo tendrás tal fácil.

No te culpo a ti del todo por lo que pueda pasarte. Es necesario el dolor, el mar en tempestad, las tentaciones, para saber el precio y la medida, cuando se pierde o se gane. Empieza con semilla limpia a labrar en tu campo, la sementera estará abonada por tus obras.

El pan lo quiero muy limpio, para darme en comunión a personas como tú, que tienen hambre. Deja de retozar que ya está bien el tiempo que has perdido…Mira que luego se te hace tarde.

 Las heridas que llevas…No me culpes, pues yo te di dos ojos, no grandes, pero vez lo que tienes por delante.

¡De prisa! A levantarte, mira que llevas un minuto más perdido y esta, es mi última carta, ya lo sabes. Es duro el camino, hacia delante.

Y cuidado no tropieces, que tropiezas bastante.

Hasta aquí eras una niña, y era normal, pero ya vas para abuela, y no has pasado por madre… ¿Ves? Se te hizo tarde.

Encarna Recio Blanco.










viernes, 11 de enero de 2008

No soy de aquí, ni del viento...



No soy de aquí, ni del viento

Ni de las musas del mar

Mi origen está lejano

No lo puedo desvelar.

De donde nace la tierra

Y se llena de color

Donde no existe la guerra

Donde siempre sale el sol.

Soy de raíces certeras

Difíciles de arrancar

No se tocan con los dedos

A mi alma has de buscar.

Yo nací bajo la arena

Entre las olas del mar

Mi madre es la alegría

Mi padre la soledad.

Crecí entre verdes prados

Sobre ellos caminé

No conocí la mentira

Ni la desdicha después.

Pero al bajar a este mundo

Lo primero que encontré

Fue dolor y tanta rabia

Que me desquicié.

Estuve en muchas batallas

Sin rifles y sin fusil

Y nadie quiso ayudarme

A escapar de allí.

Quise volver a mi mundo

Donde no existía el mal

No encontraba la salida

Para poder escapar.

Por que manché de pecados

Mi alma tan virginal

Que lo malo con lo bueno

Es difícil de ligar.

 Ya no vi más a mis padres

No sentía felicidad

En los años que restasen

Pagaría mi pecar.

Sólo sé que cuando arrancas

Un rosal de su raíz…

Aunque después lo trasplantes

Nunca vuelve a resurgir.

Así arrancaron mi cuerpo

Le enseñaron a pecar

Y un alma tan agotada

Jamás vuelve a caminar.

 

Encarna Recio Blanco