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viernes, 1 de junio de 2018

En aquel desierto de suspiros...


 En aquel desierto de suspiros, apareció la tormenta,

Inundando de arena su boca  que silenciaba sus penas.

 Se llenó el Cielo de lágrimas, la tarde, se tornó en algarabías,

Y los rayos junto a ella serpenteando sin piedad, caían.

 Miraba embelesada con temor, la danza de las palmeras

Entre el viento huracanado y el rugir de la tormenta.

 Masticando el perfume de la tierra mojada,

Su cuerpo se desplomaba, como una alondra sin alas.

 Sus ojos entornados y su boca musitaba  una plegaria,

Para acallar a sus adentros en tan dura batalla.

 En un preciso instante  apareció una paloma blanca.

Con un mensaje en su pico que decía;

No suspires ni llores por alguien…

¡Que no te ama!


Encarna Recio Blanco.




sábado, 28 de abril de 2018

Hoy no quiero estribillo...


Hoy no quiero estribillo,

Ni mirlo, ni estrofa,

Ni música, ni caracolas,

Solo quiero llegar…

A tu fugaz firmamento,

Y entre el calor de tu pecho

Prenderme y arder

 En tu fuego.

 Y que tus ojos sean mi luz

En el negro sendero,

Cuando tú no estás

En mi frío lecho.

¡Hoy no quiero temores!

Ni pienso en un mañana

 Que no existe.

Hoy solo quiero,

 Beberme tus besos.

Y en la arena callada

Fundirme de nuevo,

Y que el mar me devuelva

La sal de tu cuerpo.


Encarna Recio Blanco






viernes, 11 de enero de 2008

No soy de aquí, ni del viento...



No soy de aquí, ni del viento

Ni de las musas del mar

Mi origen está lejano

No lo puedo desvelar.

De donde nace la tierra

Y se llena de color

Donde no existe la guerra

Donde siempre sale el sol.

Soy de raíces certeras

Difíciles de arrancar

No se tocan con los dedos

A mi alma has de buscar.

Yo nací bajo la arena

Entre las olas del mar

Mi madre es la alegría

Mi padre la soledad.

Crecí entre verdes prados

Sobre ellos caminé

No conocí la mentira

Ni la desdicha después.

Pero al bajar a este mundo

Lo primero que encontré

Fue dolor y tanta rabia

Que me desquicié.

Estuve en muchas batallas

Sin rifles y sin fusil

Y nadie quiso ayudarme

A escapar de allí.

Quise volver a mi mundo

Donde no existía el mal

No encontraba la salida

Para poder escapar.

Por que manché de pecados

Mi alma tan virginal

Que lo malo con lo bueno

Es difícil de ligar.

 Ya no vi más a mis padres

No sentía felicidad

En los años que restasen

Pagaría mi pecar.

Sólo sé que cuando arrancas

Un rosal de su raíz…

Aunque después lo trasplantes

Nunca vuelve a resurgir.

Así arrancaron mi cuerpo

Le enseñaron a pecar

Y un alma tan agotada

Jamás vuelve a caminar.

 

Encarna Recio Blanco