sábado, 19 de noviembre de 2016

Vuelo a merced del viento-Mini-Relatos.


 Vuelo a merced del viento, de un lado para otro, me tambaleo como la  pavesa enferma de algún cigarrillo. Me enciendo con el rayo de una vil tormenta, la lluvia no me moja ni me despierta, la luna me hace un guiño de muy mala manera y me dice: “Tenias que haber tenido los pies más sujetos a la tierra.

Camino a merced de la niebla, pero nunca me pierdo por ella, porque ya estoy perdida de los pies, a la cabeza. Aparecieron de pronto entre las brumas negra, el amor y el desamor, nos saludamos fríamente  y al bajar la cabeza dijeron al unísono: puso el corazón en aquel que ya tenía dueña.

Grito a merced de mis pulmones que ya se resienten por la dura  batalla de la nicotina, de clamar a lo sordos, y a los que no tiene cabeza, de escribir y escribir versos en las aceras, de rezar y blasfemar, por aquellos que nunca lucharon para ganar  la medalla del amor en toda su grandeza.

Lloro, porque pido perdón todos los días y nadie me perdona, porque las lágrimas, quiero que borren de mi cara alguna huella, algún beso traicionero, el maquillaje sibilino que me pongo, cuando ando entre las fieras.

Bailo, todos los días con mi conciencia, juntas entonamos canciones con mis letras, de vez en cuando,  se asoman  las palomas,  las  estrellas, y  una gata miedosa  que me mira y remira, sin saber el motivo, se relame de gusto la lengua.

Sueño, cuando el cuerpo me abandona tras la dura faena,  con  cosas malas y con cosas buenas, a veces, antes de acostarme escojo un sueño para que otro dañino no me rompa la escena.

Sueño que soy una princesa, una reina, una ninfa del bosque, un hada buena, una madre con hijos, una esposa tierna… ¡O un amor muy grande para el que lo quiera!


Encarna Recio Blanco.





Ascienden los tallos...


Ascienden los tallos

La savia se desmorona

Con el rojo de la sangre

Que te corona.

La noche se despereza

Con la alborada

Para alejar esa niebla

Que tienes en tus pestañas.

Los meridianos del agua

Dibujaron  las sonrisas

Para  desprender de tus ojos

 Las espinas.

En tus labios había promesas

En tu mirada hay nostalgias

En tu cintura había nidos

De caricias retrasadas.

En tu pelo cascabeles

De oro y de plata

Que hacían pecar de envidia

Las cuerdas de mi guitarra.

Pronto apareció la escarcha

Alrededor de tu casa

Al comprender quizás tarde

Que no le amabas.

Moras en cárcel de luto

Con guillotinas y escarchas

Decapitando el amor

Que a los dos nos coronaba.

  

Encarna Recio Blanco.





Acúname y no me despiertes...


Acúname y no me despiertes

Que tus brazos me rodeen

Que el aroma de tus labios

Quiero beber.

Alarga la noche, hazla interminable

Que quiero sentirte hondo

Hasta que el fuego

Nos abrase.

No te detengas y sigue…

Sigue labrando en mí campo

Que ansioso espera la semilla

Para que germine. 

 

Encarna Recio Blanco.

 


jueves, 17 de noviembre de 2016

De luto tengo la mirada...


De luto tengo la mirada

Y cautivo el corazón

Voy sin ganas caminando 

 Tras el apetito de amor.

 Sin  el juego del placer

Bajo las sabanas

Sin el dulce almíbar

De tu fuego en mi garganta.

La luz es puro acero

Que me daña

Las fibras de mi cuerpo

 Se desgranan.

De tu recuerdo impenitente

Soy esclava en un extraño edén

Donde no existen…

Las esperanzas.

 

Encarna Recio Blanco.



miércoles, 16 de noviembre de 2016

Esta noche les dejo…



Esta noche les dejo…

 Un adiós inacabado

Unas rosas sin espinas

Unas cuantas  rutinas

Y el sueño que no he logrado.

Como obsequio mis sonrisas

Y un manantial de te quieros

Les dono todos mis versos

Y mis preciosos sombreros.

Les regalo  mi corazón

Y un alma que me he encontrado

También os dejo a un  ladrón

Que alguna vez, me ha robado.

 Les doy mi barco de vela

Con el timón ajustado

 Un cofre con muchas joyas

De un valor inmaculado.

 Les entrego bellos sueños

Por si pueden despertarlos

Y si los cumplen un día

Intenten resucitarlos ¡Eso sí!

Quiero que mañana vengan

 A la cita prestos…

A este rincón del amor

Donde cada noche les espero.


 Encarna Recio Blanco.




En las manos tengo callos...


 En las manos tengo callos

De escribir lo que nadie lee.

 Tengo un sentir que pesa más

Que todos los sentires de esta tierra.

Tengo en mis labios miles de besos

Que nadie va a recibir.

 Tengo nanas dormidas sin poderlas cantar

 La mente derretida de tanto pensar,

Y las fuerzas ya me fallan de tanto pesar.

 Tengo en mis ojos una venda,

Que nadie osa quitar.

 Y con este cargamento voy a cuestas

Sin que nadie detenga mi camino y me diga:

 ¿Te puedo acompañar?


 Encarna Recio Blanco.