miércoles, 21 de marzo de 2018

¡Poesía! ¡Quiero felicitarte amada mía!



¡Poesía!

 ¡Quiero felicitarte amada mía!

Te llevo  tan dentro que eres parte de mi vida

Si no te tengo a mi lado no sé lo que haría.

 Cual droga te busco para que me calmes

Para que me alegres, para que me ames.

Eres esa dulce melodía que me emborracha

Cuando el amor a mi puerta llama.

 ¡Te necesito!

Cuando el dolor siento, el desamor presiento

Cuando la risa me llena y  cuando la tristeza acecha.

 Eres compañera de mis fechorías

Cuando mi pluma a veces, se dispara con osadía.

Tratas de enmendarme pero soy tozuda

En el pensamiento y en la altanería.

 Eres un oasis por donde me pierdo

Cuando ya no puedo más con mi enorme cargamento.

Eres  mi paz  mi sosiego, alimento de mi alma

Compañera de fatiga en las batallas.

 ¿Qué te diría poesía en este día?

Si mi amor está muy lejos, y en otra compañía.

Que vivo y que muero, que grito y que lloro

Y que los cielos hoy, tienen mil cerrojos.

 Siempre te cuento mis cuitas y todo lo que acontece

En este mundo de locos, donde mi pluma perece.

Siempre demandando paz, sembrando esperanzas

Para aquellos que estén tristes

Florezca luz en sus almas.

 No sé si mi métrica será la adecuada.

No sé si los ritmos están  engarzados.

No sé si la estrofa está desmedida

Sólo sé, que es el corazón y el alma, quien me  lo dictan.

 Eres ésa dulce  pócima que me emborracha

Con el néctar de tu aroma mi corazón descansa.

Eres indescriptible, etérea bella por dentro y por fuera

¡Quien tuviera la llave para abrir tu puerta!

 "Decía León Felipe:”

Deshaced este verso, quitarles los caireles de la rima

El metro, la cadencia y hasta la idea misma.

¿Qué importa que la estrella esté rémora?

Y deshecha la rosa.

Aún tendremos el brillo y el aroma.

Aventad las palabras y si después queda algo todavía

Eso será…La poesía.

¡Felicidades…Amada mía!


Encarna Recio Blanco.




lunes, 19 de marzo de 2018

Puedo escribir los versos...


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,

Y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como éstas, la tuve entre mis brazos.

La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.

Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.

Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.

La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.

Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.

Mi corazón la busca, y ella, no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos

Árboles.

Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.

Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro será de otro, como antes de mis besos.

Su voz, su cuerpo claro, sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.

¡Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido!

Porque en noches como ésta, la tuve entre mis

Brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,

Y éstos sean los últimos versos, que yo le escribo.

Neruda

 Encarna Recio Blanco.




miércoles, 14 de marzo de 2018

Me gusta- Me disgusta-Reflexione-


Me gusta- Me disgusta…

 Me gusta  la noche porque todo calla. Se cierran las tabernas, los  coches se paran, se Encienden las luces, se apaga el sol, y aparece la luna que nos mira, a veces, Extrañada. Las lenguas malditas descansan. La noche es muy buena para escribir, Descansar, amar,  y dormir abrazada.

 Me disgusta y me duele la guerra, los políticos, la, ira, la falta de trabajo, la altanería, la Incomprensión. No me gusta ver, la gente tirada en las aceras o de esquina en esquina, Sin casas ni mantas.

 La fama de hojalata me disgusta,  la incultura, el desprecio, los jueces sin justicia, y Sin aplicar la ley, a los que roban o matan, a mano armada.

 Me gusta la madrugada, porque llega el alba y el Cielo con sus resplandores nos Anuncia, otro nuevo día, de trabajo, de ilusiones, de esperas, de conseguir metas,  de Crear y de darnos  a manos llenas, al que lo necesita, de estar con mi perro que Escucha encantado, todas mis poesías.

 Me disgusta  ver a los mayores  solos  sin familia,  sin que nadie pueda darles alegría, Sin comprender sus manías, y sin la paciencia necesaria para sobrellevarlas, sin  Darles sus medicinas con una sonrisa, sin avivarles  los  recuerdos buenos, que tuvo En su vida.

 Me gusta la gente, que mira a los ojos de frente, que se imbuye en las causas que Creemos perdidas, andar por mi casa desnuda y sin zapatillas, el mar, la arena caliente, El campo en primavera,  recordar a  mi madre, cada momento del día, y hablar  con  la Virgen María, que es, mi íntima amiga.

 Me disgusta esperar, ver como algunos no tienen conciencia, el aburrimiento de Aquellos, que están casados, y casi se miran, la falta de emociones, de sencillez,

 Sin lealtad, sin alegría, que van  caminando ya muertos, por la vida.

 Lo que más me gusta, sobre todas las cosas del mundo es…! El Amor! En toda la Extensión de la palabra, en todas sus facetas.

  Amar a ese hombre que esperas enamorada, y compartirlo todo con él, junto a la Madre Naturaleza, acompañar a ese amigo que pasa una mala racha, o al mendigo que Te tiende la mano en cualquier esquina, ayudar al emigrante, saludar al barrendero, o a La mujer que vende su cuerpo, por la cocaína.

 Expandir amor, regalar sonrisas es algo, que no cuesta ni dinero ni trabajo, somos Boomerang…

Lo que damos, tarde o temprano, nos lo devuelve la vida.

  

Encarna Recio Blanco




domingo, 11 de marzo de 2018

Gabriel… ¡Apareciste Angelito!


Gabriel… ¡Apareciste Angelito!

Pero con tus alas rotas y un escozor en mi alma

No me deja respirar por el dolor que hoy, a todos nos asola.

 ¡Quién te cortó tus alitas! ¡Quién te privó de la vida!

¡Quién fue capaz de matarte, a sangre fría!

¡Quien se atrevió a despojarte de de tu risa y tu alegría!

¡De tus ojos que se abrían a primaveras floridas!

 ¡Quien osó destrozar esa ilusión que tenías en tu carita!

 Cual presa inocente caíste,  en esas manos cobardes

Y asesinas.

 Tú eras el amor andante. Tú tenías por delante, toda una vida

 Para aprender que hay senderos, sólo poblados de las espinas.

 Para comprender que hay seres humanos que tienen 

Buenos sentimientos.

Y para saber que también existen otros, que están repletos

De odio.

 Eras tan niño que no sabías que hay manos sucias

Que asesinan.

Sin corazón, ni compasión talando  un rosal y dejarnos

Las espinas.

Preguntas y más preguntas, que nunca tendrán respuestas,

Al ver tu cuerpo cual fardo sin vida,  en una negra maleta.

Ahora ya estás en la Luz. Dios te acogió con los brazos abiertos.

Te compuso tus alas para volar por el infinito…

¡Con tus bracitos abiertos! Descansa en Paz Gabriel.

 

Encarna Recio Blanco

 


sábado, 10 de marzo de 2018

¿Te has perdido en el mar pescadito?

 ¿Te has perdido en el mar pescadito? ¿Te ha cazado con su red algún pescador furtivo? ¿Acaso estás herido entre las rocas? ¿O estás en cualquier cueva oscura y Negra?

  ¡Donde estas niño precioso! lejos de tu padre y de tu madre; que lloran Desconsolados tu ausencia, sin tener el consuelo de nadie.

Todos te estamos buscando, por el mar y la montaña, por los senderos rocosos, Cerca Y lejos de tu casa.

 Gritamos para que vuelvas…y si una mano cruel te tuviera amordazado…

Quiera Dios que lo ilumine para que te deje libre y puedas volver sano y salvo.

 Me duele al alma pescadito (Como te llaman tus padres) al ignorar tu paradero.

Mi corazón sufre por tu ausencia y el tremendo dolor de tus padres.

Desde mis letras pido clemencia al cielo para que te liberen, y no te hagan más daño Gabriel…vuelve que tienes que volver a cantar la canción de los girasoles.

 

Encarna Recio Blanco



En vela de noche y día...


En vela  de noche y día,  paso contando las horas,

Por tu querer traicionero la pena, me está matando.

 En penitencia  pregunto al Dios que nos da la vida,

Por qué te fuiste con ella si era a mí, a quien querías.

Llevo tus labios pegados a mi boca, vida mía.

Tus ojos son en mis noches las estrellas que me avivan.

Los dolores de mi alma tan sólo los calmarías

Si volvieras  a mi lado para el resto de mi vida.

En vela de noche y día, se agudizan mis tormentos,

Al pensar, que en otros brazos se está quebrando tu cuerpo.

Y yo sé, que tú me quieres, que me buscas a escondidas,

Por la calle de las ánimas vas, con la cruz de la agonía.

Sé que me añoras en tu cama cuando tu cuerpo se enciende,

 Y que se  apaga al ver…a la que a tu lado duerme.

 Maldita sea la conjura. Maldito sea el dinero.

Que no podrá comprar nunca un amor tan verdadero…

¡Como el nuestro!

 

Encarna Recio Blanco.




lunes, 5 de marzo de 2018

Hoy te he vuelto a ver-Cartas de amor-


Hoy te he vuelto a ver, después de mucho tiempo, un tiempo interminable, inmisericorde y cruel, un tiempo maldito, deshojando miles de recuerdos entre fotos muertas.

Y como me parece haber pasado un siglo sin ti, y sin embargo, fue ayer el eterno laberinto de nuestras pasiones. He recorrido con la vista el cuerpo que fue mío, y que puede hoy ser de otra.

 Fui pionera de tus deseos, y esclava de de tus pasiones, viajamos por el mundo girando por los caminos de un cuento, que alguien había narrado alguna vez.

 ¿Y cómo fue que esta tarde volví a cabalgar por el edén de tus caderas? ¿Y cómo fue, que un minuto, pudo transformarse en largas horas? ¿Y cómo fue capaz el sol dejar salir a la luna, a la hora del café?

 ¡Te esperé! Te esperé siempre, aunque jamás te lo dije, que es lo mismo que no esperar, te odié aunque nunca lo supiste, que es lo mismo que amar, y te añoro aunque con toda franqueza,  jamás lo sabrás.

Seguiré con mi vida y haré grandes cosas, y habrá tardes y ratos, que no piense en ti, y tu harás lo mismo, seguirás por tu rumbo, por tu camino,   pero al ver una rosa, o al venir por aquí, sin lugar a dudas, y con toda franqueza sé, que te acordarás de mí.


Encarna Recio Blanco