lunes, 16 de junio de 2008

He visto a Dios



He visto a Dios esta tarde

Sentado en aquella plaza

Tenía los ojos muy tristes

Y una barba muy poblada.

Mucha gente caminaba

Con sus problemas o asuntos

Y nadie se percataba

De aquellos ojos del cielo.

Con timidez me acerqué

Y le dije sonriente

Si necesitaba algo

O si podía socorrerle.

Sus ojos fijos en mí

Me hablaron sin decir palabra

Y sentí toda la dicha

Acumulada en mi alma.

Aquellos ojos me dijeron

Porque había tanta oscuridad

Si el sol brilla cada día

En los Cielos y en la mar.

Que nos dio la buena tierra

Para poderla sembrar

Y recolectar el trigo

Para ganarnos el pan

Que nos dio los sentimientos

Para poder faenar

Con el que estuviera triste

Poderlo consolar.

Indiferente pasaba

Mucha gente alrededor

Y nadie se daba cuenta

De con quien estaba yo.

Sólo quedó el vagabundo

Con su vaso de cerveza

Y mis besos y sonrisas

Que dejé sobre la mesa.


 Encarna Recio Blanco.


domingo, 15 de junio de 2008

Sin mas que fijemos



Sin más que fijemos nuestra vista un rato

Entre los rincones  hallaremos algo

Sin más que miremos con algo de asombro

Veremos paisajes y viejos tesoros.


 Puede que para usted sea el mejor día

Pero estoy segura que le llena la melancolía

Mientras en el mundo hay alguien naciendo

En otros lugares hay gentes muriendo.

 

Mientras en las calles lloran los mendigos

Se besan con ansias amantes dormidos.

En las madrugadas de ancianas en vela

Hay niños soñando con barcos de vela.

 

Todo es prescindible y se reutiliza

Excepto nosotros que somos de tiza.

Si algo se rompe tenemos recambio

Y se nos olvida la labor de antaño.

 

Que vaga memoria la del ser humano

Se olvida de aquello que no empleamos

Hasta el sentimiento  pronto lo perdemos

Y cuando ya es tarde lo reconocemos.

 

Parece la vida un fusil callado

Que siempre está quieto pero preparado

El mundo gira y gira en nuestro costado

Por eso esta noche si no les importa

Les mando una flor y mejor callo

Les mando un poema y me callo

 

Encarna Recio Blanco.



jueves, 12 de junio de 2008

No fui Reina de tu casa.



No fui Reina de tu casa

Ni rama de tu cerezo

Pero me dejé la vida

Queriéndote más que ellos.

Besaba tu frente triste

Sabiendo que perdería

Nada me importó la gente

Ni la falsa hipocresía.

Escondí bien mi secreto

Y no se lo dije a nadie

Simulé que era muy fría

Y a veces hasta distante.

 De vez en cuando una risa

Se escapaba de mi boca

Y la escondía corriendo

Por la playa silenciosa.

Lo que jamás se ha vendido

Tú lo quisiste comprar

Pero con dinero hay cosas

Difíciles de alcanzar.

 Así es que puedes marcharte

Y cuando busques perdón

No te molestes cariño

En subir a mi balcón.

 Tú te marchaste con otra

Y yo te estaba esperando...

Que duro fue tu despecho

Que me dejaste llorando.

 Un día buscarás abrazos

Y no tendrás quien te quiera

Y también querrás tenerme

Sin encontrar la manera.

Hay que ver la cobardía

Que tienes como ser humano

Cuando tenías mi vida

Se te vuela de las manos.

 Un día querrás cariño

Y pensarás que me amaste

Pero ya seremos viejos

No podremos ser amantes.


 Encarna Recio Blanco.




Mi mar está en calma



Mi mar está en calma

Reducido y en silencio

Está durmiendo tranquilo

Puede ser que se haya muerto.

En la calma de la noche

Cuando vuelven los deseos

Mi mar se queda callado

Aunque en los cielos hay truenos.

Despiertan las tempestades

Me abrasan con sus misterios

Y me piden que te espere

A la orilla de este infierno.

Las olas antes opacas

Parecen ahora  de fuego

Se mueven sin darme cuenta

Se rompen entre mis sueños.

Nunca saldré a flote

Ya no veré más el Cielo

Las mareas se tragaron

Mi salvación y el silencio.

 De nuevo vuelve la calma

Ha pasado la tormenta

Las olas están calladas

Y parece que están quietas.

Pero vuelven  pesarosas

Se las ha tragado el viento

Y se oye  desde lejos

El rugir de algún lamento.

 En la orilla  te espero

Donde nunca pasa el tiempo

Para perdernos sin prisa

Por nuestro rincón secreto.


 Encarna Recio Blanco.



Buenos días DIOS.



Buenos días Dios.

 Tengo que decirte tantas cosas, que no sé por dónde empezar.

Me veo en un Mundo donde no existe la Paz, y mira que por donde voy intento que la haya a toda costa, pero nada, están casi todos sordos tristes y agobiados.

 Me miran como una ilusa con mi cuaderno de versos, como si ahora fuera aquella colegiala, nadie me hace caso nadie sólo Tú…y estás tan ocupado.

Bien sabes que tengo llagas en mi piel, callos en mis manos y heridas incurables en el corazón, pero me quedan aún muchas fuerzas para seguir y soportarlas gracias te doy por ello, Dios mío.

 Un mundo donde veo por un lado guerras, hambre y soledad, niños sin padres, volcanes encendidos, mares contaminados, hoy por ejemplo, camiones haciendo huelga, para ganarse el pan nuestro de cada día  y los mandatarios reunidos en banquetes de cinco estrellas.

Veo mansiones llenas de lujo y por dentro pirañas que las habitan, dinero negro de la droga, que rula hasta hacer de los hombres, piltrafas humanas.  El trabajo parado, teniendo tanta faena acumulada por hacer.

 A emigrantes de todos los colores y razas, con ojos de tristezas que vienen de tan lejos dejando allá a toda su familia para integrarse en un mundo, que creían era mejor que el que dejaron.  Veo a la soledad dando paseos si acompañar a esos mayores que aunque tengan hijos, no pueden hacerse cargo de ellos.

 Veo bodas diariamente a través de mis ventanas, vestidos blancos, coches de lujo tracas y cohetes, ágapes de siete estrellas y a la vuelta de un corto espacio de tiempo, se divorcian. 

Niños sin padres, y con el amigo de la madre o del padre. Muchas preguntas me hago diariamente Dios…

 ¿Es tan difícil vivir en armonía?¿Como puede ser tan difícil la Paz ¿Cuál sería la fórmula mágica que deshiciera estos entuerto y pudiéramos se felices en la corta vida que nos has asignado?

 Espero y deseo Dios mío que me puedas quitar un poco este pesar, que me sigas dando la luz suficiente para afrontarlas y que por supuesto, voy a seguir en la brecha de que por lo menos en mi pequeño entorno gritar frente al micrófono noche tras noche, mis mensajes de amor y de Paz.  Sé que tienes mucha faena ahí arriba, te doy las gracias porque me escuchas.

Hablando contigo me quedo más tranquila y sé que vas a poner Tus Santas manos en tantos desastres como nos acucian, en este Mundo.

 

 Encarna Recio Blanco.


miércoles, 11 de junio de 2008

Hay momentos en mi vida.


Hay momentos en mi vida

En los que paro a pensar

En toda la hipocresía

De nuestra vil sociedad.

 Está mal visto ser pobre

¿Y como se come eso?

Es un rol que no se elige

Aunque lo llevemos puesto.

Pero cuando ves a gentes

Que al pobre le dan monedas

Porque es muy elegante

La caridad cuando te vean.

 La rica tiene un amante

Y critica a su vecina...

Porque dice que se acuesta

Con el hombre de la esquina.

En el té de la mañana

Ponen verde a Josefina

Porque se ha comprado un coche

Teniendo la ruina encima.

Cuando llegan a sus casas

A preparar la comida

Con las zapatillas puestas

Y los rulos de desidias.

 Empiezan con sus maridos

Le sacan de sus casillas

Con las letras con los niños…

Con la suegra Catalina.

Critican las minifaldas

Los escotes…las sortijas

Y se las ponen corriendo

Cuando a ellas no las miran.

 Opinan del miserable

Del rico…del influyente

Y matan con sus puñales

El honor de mucha gente.

Hablar no cuesta dinero

Pero tengan dignidad

Y si esto no es suficiente

Háganlo por caridad.

Tal vez si te sucediera

Lo que vas a criticar

Seria más bondadosa

La hipócrita sociedad.


 Encarna Recio Blanco.