miércoles, 19 de diciembre de 2007

No quiero ser una mas...




¡No quiero ser una más!

Que se mueve entre los hilos de ésta feria.

No quiero ser rifada cual mísera papeleta.

Ni comprada con dinero  por alguien..

Que no me llega.

No quiero que me posean payasos de una caseta.

Ni una muñeca de cartón en un escaparate

Con una etiqueta puesta.

Tanto tienes, tanto vales decía un necio en la puerta.

No señor…el valor de una persona

No está solo en las monedas.

¡No quiero ser una más! que se mueve entre los hilos

De esta feria.

Río cuando tengo ganas. Amo, cuando el amor me llena.

Canto sin miedo al ridículo porque ello me serena.

No soy poeta y escribo. Hablo con el alma puesta

En esas noches que estoy entre Ángeles y estrellas.

¡No quiero ser una más! Quiero ser, Encarna 

 Blanca por dentro y Recia por fuera.

Tal vez una incomprendida…

Pero que no se vende ni se compra entre los  hilos

De ésta feria.


Encarna Recio Blanco





lunes, 17 de diciembre de 2007

En las manos tengo...




En las manos tengo callos

De escribir lo que nadie lee.

Tengo un sentir que pesa más

Que todos los sentires de esta tierra.

Tengo en mis labios miles de besos

Que nadie va a recibir.

Tengo nanas dormidas sin poderlas cantar.

La mente derretida de tanto pensar

 Y las fuerzas ya me fallan de tanto pesar.

Tengo en mis ojos una venda que nadie osa quitar.

Y con este cargamento voy a cuestas

Sin que nadie detenga mi camino y diga:

 ¿Te puedo acompañar?

 

Encarna Recio Blanco



viernes, 14 de diciembre de 2007

Las verdes praderas de mi Extremadura...


Las verdes praderas de mi Extremadura

Se visten de gala con mantos bordados.

Blancas son sus gentes, verdes sus praderas

Y negra la pena de los que están fuera.

! Verde...Blanca...Negra! Esa es tu bandera

! Ay mi Extremadura qué pena!

Qué pena de tus emigrantes.

Sudores nos cuesta no poder dar más,

Para levantar ésa nuestra tierra.

Volvemos cansados de la gran ciudad

Donde sólo hay humos, prisas por llegar,

Pisos que son nidos trozos tan pequeños

De esa joya grande que es…

¡LA LIBERTAD!

Pero nos esperas con esa alegría de madre

Que anhela, abrazar al hijo que se fue de ella.

Te pones tus galas, las flores primeras

Aires perfumados, Sol que brilla y quema.

¡Extrema en amores! ¡Dura en las partidas!

 Tierra de poetas. Tierra de pastores

De trigo y de olivos, ¡De Conquistadores!


 Encarna Recio Blanco.



Ya no soy la niña Recia


Ya no soy la niña Recia que tenía un mar de llanto

Que caminaba descalza entre afilados barrancos.

Ya no soy la niña Blanca que miedo tenía por todo.

 Cuando la tormenta asomaba  me tapaba bien los ojos.

 Ya no soy aquella loca que desnuda se mostraba

En esta jauría de fieras que tanto miedo me daban.

Ni el qué dirá...Ni si dicen me lo cargaba a la espalda

Adosándome las fuerzas que a los otros les faltaban.

Caminé con paso firme aunque los otros pensaran

Que mi vida, y que mis actos, estaban descarriadas.

Sola me enfrentaba al mundo con mi maleta pesada.

Con mi bagaje de amor aunque a nadie le interesara.

Gritaba y nadie me oía, lloraba y sola limpiaba

Las lágrimas de mis ojos, cuando nadie me espiaba.

Fuerte me hizo éste Mundo para ganar las batallas

Que  salían a mi encuentro como Dios me lo mandaba.

En mil bancos escribí lo que nadie leería.

Me hice poeta a la sombra con gran mi osadía.

Ya no soy la niña Recia que amargos sorbos bebía

De fuentes contaminadas que emborrachaban mis días.

Ni de aquella niña Blanca que en su apellido llevaba

La castidad no perdida, ni tampoco regalada.

La que daba amor a cambio de unas bonitas palabras,

Porque estaban rebosando  mi corazón y mi alma.

Me sigo desnudando y nadie me reconoce.

Cuando llevo el antifaz me saludan con honores.

Ya no soy aquella niña. Ahora soy una mujer

Con el cuerpo tatuado y arañazos en mi piel.

Pero en el fondo del alma y del corazón también…

¡Qué pena, Señor!  ¡Qué pena!

¿Nadie me pueda entender?


 Encarna Recio Blanco




Temblorosa mi mano...


Temblorosa mi mano cogió la tuya

También fuerte, pero más niña.

Se sonrojó tu cara, se sonrojó la mía,
Cual ola que quiere ahogar

Irreales fantasías.

 En la quietud de la alcoba

Muy despacio me decías:

No quiero rozar siquiera

Ni esta piel, ni esta mejilla.

Pero aún sin saber

El porqué de tus caricias...

¡Ámame sólo esta noche!

Aunque después

¡Te maldiga!

 

Encarna Recio Blanco




Es triste y por eso







Es triste y por eso hoy os lo cuento.
Sería extraño que alegre os lo dijera.
Aquí estoy, preguntándome...
! Para qué!

Llorando más tiempo que riendo.
Gritando sin encontrar el eco.
Mirando sin ver cual el camino.
Ganándome la vida con esfuerzos.

Esperando la muerte con la vida.
Suspirando y callando sin remedio.
Si os contara otra cosa…
Quizás me entenderíais.

Nadie comprender al triste quiere,
y adulan al risueño que esforzado...
se quita la careta…
Cuando nadie lo ve.


Encarna Recio Blanco