Temblorosa mi mano cogió la tuya
También fuerte, pero más niña.
Se sonrojó tu cara, se sonrojó la mía,
Cual ola que quiere ahogar
Irreales fantasías.
En la quietud de la alcoba
Muy despacio me decías:
No quiero rozar siquiera
Ni esta piel, ni esta mejilla.
Pero aún sin saber
El porqué de tus caricias...
¡Ámame sólo esta noche!
Aunque después
¡Te maldiga!
Encarna Recio Blanco