martes, 12 de febrero de 2008

La gente al pasar


 La gente al pasar me mira

¿Que estará escribiendo?

 Sentada no descanso, escribo.

De rodillas rezo y escribo.

De pie, en pie de guerra escribo.

Y la gente…mira que te mira.

Yo no veo a nadie y sigo en mi faena

De echar de mi mente lo que me envenena.

Pasa un mendigo y al lado se sienta

Le doy un poema y se lo merienda.

Y pasa el lotero, me mira riendo

Del desaguisado que yo estoy haciendo.

 Un guardia me dice que no puedo estar

Sentada en el banco sin talones dar.

El cura me dice que me vaya a misa

Porque se perdonan las falsas sonrisas.

 No escucho a nadie y sigo escribiendo

Cuando pasa  un niño con un padre nuevo.

Se me  acerca un viejo ¿Que estás escribiendo?

Yo no le contesto y le doy mil besos.

 La luna aparece con pañuelo nuevo

Me dice que suba, que pare,

Que me estoy muriendo.

Encarna Recio Blanco










sábado, 9 de febrero de 2008

Apresúrate Maria. " Atardeceres de Fuego"

 
La plaza de un pueblo cualquiera…
En frente, la iglesia....Tocan al rosario.
Ellas van…Critican…y Rezan.




Apresúrate... Maria que ya tocan AL rosario.

Hoy lo reza el padre Antonio y ayer estaba tan guapo.

 No te olvides, María Antonia de meter a los canarios:

Si repite el temporal, al volver, estarán ahogados.

Con sus decentes toquillas, las cuatro van al rosario.

Sus cabezas protegidas con tul de encajes bordados.

 Al entrar en la parroquia, se santiguan con recato,

Fingen gran recogimiento, pero miran con descaro.

Al salir, en la explanada, se quedan cuchicheando.

Vamos a casa de Aurora es pronto para acostarnos.

Detrás  de aquél ventanal las cuatro fiscalizando.

¡Mira, mira! ¡Qué descaro! ¿Pues no que se van besando?

¡Dónde vamos a llegar!!! ¡Ay! ¡Qué sobo la está dando!

¡Mira por donde la toca! ¡Cállate y mira Rosario!

Ahora pasa la fulana. Vaya un lujo que ha sacado;

Porque tiene veinte años presume demasiado.

Pues nosotras fuimos honradas. Siempre todo lo guardamos.

¿A mí besarme? ¡Jesús! Perdóname por pensarlo.

 Honradas hasta la muerte, dicen a coro las cuatro.

Al menos que quede alguien…esas no tienen recato.

 Vámonos a descansar que la noche va llegando…

Y si nos ven salir tarde... Pueden muy bien criticarnos.

 Cuando a solas en sus cuartos ven sus cuerpos destrozados

Desentumecen y sacan las ansias que están guardando.

 ¡Para qué Señor  pusiste estos pechos que están flácidos!

 ¡Para qué!  Si nadie quiso tocarlos.

 Nuestros ojos ya sin brillo, caras  y cuellos surcados.

Bocas seca  y sin brío y estas piernas que son palos.

 Las cuatro, azotan su honra con deseos  inhumanos.

Sueñan miles de caricias… Que a ellas nunca les llegaron.


Encarna Recio Blanco.


El dosel de la cama saltó…



El dosel de la cama saltó…

Y la bata negra de encaje,

Rodó por la alfombra.

El macho y la hembra

Engendraron unas horas

De hastío

Que valían…

Sólo unas monedas.

 

Encarna Recio Blanco




martes, 29 de enero de 2008

Cuando el tiempo pase




Cuando el tiempo pase…

Y el cemento de nuestra unión persista.

Cuando las lenguas callen al ver nuestra dicha

Y las calles desiertas nos saluden.

Cuando a los montes veamos llorar porque arden

Llenándolo todo de negra ceniza.

Cuando los ríos se duerman porque van sin agua.

Cuando el mendigo llame y se le dé comida.

 Cuando no tengas madre que pueda besarte

Ni amigos ni amigas para acompañarte.

Cuando el tiempo pase…

Y ya nuestros cuerpos acusen desastres.

Cuando los dramas terminen sus actos

Y  las caretas no puedan tapar los desaguisados

De esta sociedad.

Ni  las riquezas nos puedan comprar.

 Ni aquel peregrino pueda caminar.

Ni aquella manceba preñada se quede.

Ni aquel fiero lobo a su presa aceche.

Ni el cura en la iglesia pudiera rezar…

Porque Dios no es sordo y sabe escuchar.

Cuando las familias vuelvan a rezar

Y no se oigan gritos...Sólo susurrar.

 Cuando el tiempo pase...

¿Qué puede importar?

Si en nuestras conciencias

Exista la Paz.

 

Encarna Recio Banco





domingo, 27 de enero de 2008

Intenté volar un un día...



Intenté volar un un día

Y que el aire me arrastrara,

Por océanos de paz,

Y que nadie me encontrara.


Intente subir al Cielo,

Pero era una osadía,

Pues me dijeron que antes,

Tendría que  dar  mi vida.

 

Intente escalar al monte,

Cual  leona enfurecida.

Y me quedé  en la pendiente,

Con las fuerzas  fallidas.

 

Intente ir a parar…

Todas las guerras del mundo.

Cogí el fusil del amor,

Bien repleto de cartuchos.

 

Intente  coger las manos,

A los que solos veía,

Y compartir mi comida,

Con  los que no la tenían.

 

Intenté que un caminante,

Fuera por otro camino,

Pero me dijo que él…

Sólo seguía a su destino.

 

Aún lo sigo intentando…

Cada día un desatino.

Porque presiento que nadie

Entiende lo que le digo.

 

Encarna Recio Blanco.






Era la noche callada…




Era la noche callada…

Ni el viento soplaba entonces.

Ni las estrellas del Cielo

Me pronunciaron tu nombre.

 

Me llamabas desde lejos

Con aquel tenue susurro

Y mi alma alborozada

Sintió de pronto tu embrujo.

 

Noté como me besabas.

Como tomabas mi cuerpo,

Y en aquel dulce letargo

Se esfumaron mis tormentos.

 

Era la noche callada…

Y el viento venia contento.

Y las estrellas del Cielo

Alumbraron nuestro encuentro.

 

Locura entre las locuras

Del alma y del corazón…

De este amor tan infinito

Que sólo lo sabe…

 Dios.

 

 

Encarna Recio Blanco.