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jueves, 11 de marzo de 2010

Por la calle de las ánimas



Por la calle de las ánimas nos encontramos los dos

Ibas del brazo de otra pero a mí no me importó.

Tocaban a la novena de María Encarnación

Y las beatas miraban el saludo de los dos.

A murmurar empezaron con sus lenguas afiladas

Diciendo que era un descaro la miraba que te echaba.

Que ya llevabas del brazo a tu esposa Salustiana

Y que aunque era muy fea la pobre era una buena muchacha.

 Yo iba con minifalda una blusa de lamé

Y las pestañas postiza que me compré en  Marrakech.

Relucía mi sonrisa más que los soles del Cielo

Porque portaba mi alma más limpia que los luceros.

 La culpa fue del destino que se encontraba en las ánimas

Tan aburrido y hastiado como las negras beatas.

Me hizo tilín tu mirada, me gustó tu porte fino

Y pensé para mis adentros ¡Podría ser mi marido!

 Pero como eras de otra… no quise seguir hurgando

Me planté mi dignidad y me fui de allí pitando.

Me subí a mi palomar donde no tengo palomo

Pero que puedo escribir lo que me sale del moño.

 

 Encarna Recio Blanco.



sábado, 25 de abril de 2009

Por la calle de las ánimas van...


Por la calle de las ánimas van tres beatas con mantillas.

Las campanas de la iglesia tocan que tocan, a misa.

Me miran con gran descaro porque llevo minifalda,

El pelo tirando a rubio y una melena muy larga.

 

En vez de correr me paro delante de estas fanfarrias,

Para decirles que recen por las que estén descarriadas.

Por las que tienen maridos y amantes meten en casa.

Por las que abortan maridos de las que están bien casadas.

 

Por el jefe de su hija que la tiene colocada

Y se dice por el pueblo que le ha comprado una casa.

Por el marido de la otra que a la cárcel fue a parar,

Porque dio talones falsos a quien tenía que pagar.

 

Por su suegra en un asilo cuando la herencia cogieron

Dejando a la pobre vieja que se pudriera allí dentro.

 Ahora me miran con rabia de oír lo que yo les digo

Y se arreglan la mantilla con un mohín encendido.

 

¿Que pedirán al Señor al rezar el Padre Nuestro?

¿Qué les perdonen las culpas o la envidia que sintieron?

Falsas monedas portaban con un grande Crucifijo.

Por la calle de las ánimas…murmuraban los tres bichos.

 

Encarna Recio Blanco.






sábado, 9 de febrero de 2008

Apresúrate Maria. " Atardeceres de Fuego"

 
La plaza de un pueblo cualquiera…
En frente, la iglesia....Tocan al rosario.
Ellas van…Critican…y Rezan.




Apresúrate... Maria que ya tocan AL rosario.

Hoy lo reza el padre Antonio y ayer estaba tan guapo.

 No te olvides, María Antonia de meter a los canarios:

Si repite el temporal, al volver, estarán ahogados.

Con sus decentes toquillas, las cuatro van al rosario.

Sus cabezas protegidas con tul de encajes bordados.

 Al entrar en la parroquia, se santiguan con recato,

Fingen gran recogimiento, pero miran con descaro.

Al salir, en la explanada, se quedan cuchicheando.

Vamos a casa de Aurora es pronto para acostarnos.

Detrás  de aquél ventanal las cuatro fiscalizando.

¡Mira, mira! ¡Qué descaro! ¿Pues no que se van besando?

¡Dónde vamos a llegar!!! ¡Ay! ¡Qué sobo la está dando!

¡Mira por donde la toca! ¡Cállate y mira Rosario!

Ahora pasa la fulana. Vaya un lujo que ha sacado;

Porque tiene veinte años presume demasiado.

Pues nosotras fuimos honradas. Siempre todo lo guardamos.

¿A mí besarme? ¡Jesús! Perdóname por pensarlo.

 Honradas hasta la muerte, dicen a coro las cuatro.

Al menos que quede alguien…esas no tienen recato.

 Vámonos a descansar que la noche va llegando…

Y si nos ven salir tarde... Pueden muy bien criticarnos.

 Cuando a solas en sus cuartos ven sus cuerpos destrozados

Desentumecen y sacan las ansias que están guardando.

 ¡Para qué Señor  pusiste estos pechos que están flácidos!

 ¡Para qué!  Si nadie quiso tocarlos.

 Nuestros ojos ya sin brillo, caras  y cuellos surcados.

Bocas seca  y sin brío y estas piernas que son palos.

 Las cuatro, azotan su honra con deseos  inhumanos.

Sueñan miles de caricias… Que a ellas nunca les llegaron.


Encarna Recio Blanco.