Mostrando entradas con la etiqueta rosarios. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta rosarios. Mostrar todas las entradas

lunes, 20 de marzo de 2017

Tengo una felicidad a veces...


Tengo una felicidad a veces que es insoportable.

¡Perdonarme!

La locura es  mi oficio.

Prefiero la imaginación la locura a estar atada

Sin amor toda una vida.

Amo mi locura mi gran interés

Por lo que está roto y quiero coser.

Tejiendo, escribiendo, amando, riendo,

Me paso las horas sin reloj por medio.

En un mar en calma con el Cielo negro

Entre mil batallas de corsarios fieros.

Entre la mentira que en el entorno veo

Voy sacando ramos que luego los quemo.

Entre los infieles regalo rosarios.

Doy a los mendigos un beso en los labios.

Entro en  la trastienda del ejecutivo y

Le robo unas horas que son su suplicio.

Escalo montañas, me bebo los valles

Tengo por amigos un coro de Ángeles.

Si mi felicidad envidiáis…

¡Acompañarme!

 

Encarna Recio Blanco.

 




sábado, 9 de febrero de 2008

Apresúrate Maria. " Atardeceres de Fuego"

 
La plaza de un pueblo cualquiera…
En frente, la iglesia....Tocan al rosario.
Ellas van…Critican…y Rezan.




Apresúrate... Maria que ya tocan AL rosario.

Hoy lo reza el padre Antonio y ayer estaba tan guapo.

 No te olvides, María Antonia de meter a los canarios:

Si repite el temporal, al volver, estarán ahogados.

Con sus decentes toquillas, las cuatro van al rosario.

Sus cabezas protegidas con tul de encajes bordados.

 Al entrar en la parroquia, se santiguan con recato,

Fingen gran recogimiento, pero miran con descaro.

Al salir, en la explanada, se quedan cuchicheando.

Vamos a casa de Aurora es pronto para acostarnos.

Detrás  de aquél ventanal las cuatro fiscalizando.

¡Mira, mira! ¡Qué descaro! ¿Pues no que se van besando?

¡Dónde vamos a llegar!!! ¡Ay! ¡Qué sobo la está dando!

¡Mira por donde la toca! ¡Cállate y mira Rosario!

Ahora pasa la fulana. Vaya un lujo que ha sacado;

Porque tiene veinte años presume demasiado.

Pues nosotras fuimos honradas. Siempre todo lo guardamos.

¿A mí besarme? ¡Jesús! Perdóname por pensarlo.

 Honradas hasta la muerte, dicen a coro las cuatro.

Al menos que quede alguien…esas no tienen recato.

 Vámonos a descansar que la noche va llegando…

Y si nos ven salir tarde... Pueden muy bien criticarnos.

 Cuando a solas en sus cuartos ven sus cuerpos destrozados

Desentumecen y sacan las ansias que están guardando.

 ¡Para qué Señor  pusiste estos pechos que están flácidos!

 ¡Para qué!  Si nadie quiso tocarlos.

 Nuestros ojos ya sin brillo, caras  y cuellos surcados.

Bocas seca  y sin brío y estas piernas que son palos.

 Las cuatro, azotan su honra con deseos  inhumanos.

Sueñan miles de caricias… Que a ellas nunca les llegaron.


Encarna Recio Blanco.