sábado, 10 de marzo de 2018

¿Te has perdido en el mar pescadito?

 ¿Te has perdido en el mar pescadito? ¿Te ha cazado con su red algún pescador furtivo? ¿Acaso estás herido entre las rocas? ¿O estás en cualquier cueva oscura y Negra?

  ¡Donde estas niño precioso! lejos de tu padre y de tu madre; que lloran Desconsolados tu ausencia, sin tener el consuelo de nadie.

Todos te estamos buscando, por el mar y la montaña, por los senderos rocosos, Cerca Y lejos de tu casa.

 Gritamos para que vuelvas…y si una mano cruel te tuviera amordazado…

Quiera Dios que lo ilumine para que te deje libre y puedas volver sano y salvo.

 Me duele al alma pescadito (Como te llaman tus padres) al ignorar tu paradero.

Mi corazón sufre por tu ausencia y el tremendo dolor de tus padres.

Desde mis letras pido clemencia al cielo para que te liberen, y no te hagan más daño Gabriel…vuelve que tienes que volver a cantar la canción de los girasoles.

 

Encarna Recio Blanco



En vela de noche y día...


En vela  de noche y día,  paso contando las horas,

Por tu querer traicionero la pena, me está matando.

 En penitencia  pregunto al Dios que nos da la vida,

Por qué te fuiste con ella si era a mí, a quien querías.

Llevo tus labios pegados a mi boca, vida mía.

Tus ojos son en mis noches las estrellas que me avivan.

Los dolores de mi alma tan sólo los calmarías

Si volvieras  a mi lado para el resto de mi vida.

En vela de noche y día, se agudizan mis tormentos,

Al pensar, que en otros brazos se está quebrando tu cuerpo.

Y yo sé, que tú me quieres, que me buscas a escondidas,

Por la calle de las ánimas vas, con la cruz de la agonía.

Sé que me añoras en tu cama cuando tu cuerpo se enciende,

 Y que se  apaga al ver…a la que a tu lado duerme.

 Maldita sea la conjura. Maldito sea el dinero.

Que no podrá comprar nunca un amor tan verdadero…

¡Como el nuestro!

 

Encarna Recio Blanco.




lunes, 5 de marzo de 2018

Hoy te he vuelto a ver-Cartas de amor-


Hoy te he vuelto a ver, después de mucho tiempo, un tiempo interminable, inmisericorde y cruel, un tiempo maldito, deshojando miles de recuerdos entre fotos muertas.

Y como me parece haber pasado un siglo sin ti, y sin embargo, fue ayer el eterno laberinto de nuestras pasiones. He recorrido con la vista el cuerpo que fue mío, y que puede hoy ser de otra.

 Fui pionera de tus deseos, y esclava de de tus pasiones, viajamos por el mundo girando por los caminos de un cuento, que alguien había narrado alguna vez.

 ¿Y cómo fue que esta tarde volví a cabalgar por el edén de tus caderas? ¿Y cómo fue, que un minuto, pudo transformarse en largas horas? ¿Y cómo fue capaz el sol dejar salir a la luna, a la hora del café?

 ¡Te esperé! Te esperé siempre, aunque jamás te lo dije, que es lo mismo que no esperar, te odié aunque nunca lo supiste, que es lo mismo que amar, y te añoro aunque con toda franqueza,  jamás lo sabrás.

Seguiré con mi vida y haré grandes cosas, y habrá tardes y ratos, que no piense en ti, y tu harás lo mismo, seguirás por tu rumbo, por tu camino,   pero al ver una rosa, o al venir por aquí, sin lugar a dudas, y con toda franqueza sé, que te acordarás de mí.


Encarna Recio Blanco





Si tú fueras el cielo, mi amor...


 Si tú  fueras  el cielo, mi amor

Yo sería  tu ángel, para que nadie pudiera

De ti separarme.

 Si tú fueras la espiga yo sería  la tierra,

Para sembrar en tu cuerpo  mis quimeras.

Si tú fueras la lluvia yo sería la tormenta,

Para que sus rayos más nos encendieran.

Si tú fueras el mar  sería la gaviota

Para beberme tú sal gota, a gota.

Las noches en días las convertiría,

Con tal de tenerte en mis brazos

Siempre rendida.

 Si en tus ojos viera la tristeza, en alegrías

Las tornaría, con el amor más grande

Que Dios escribió en mis líneas.

…Y Si fueras el  infierno, me condenaría

Para muy juntos arder en el fuego por siempre…

 ¡Vida mía!


 Encarna Recio Blanco.




sábado, 3 de marzo de 2018

Hoy estoy muy atareada...


Hoy estoy muy atareada remendando

Los sueños que tenía en el fondo de mi alma

Y que  escaparse quería.

Abrumada,  no encontraba como zurcir

Tantas quimeras.

La aguja se me escapaba y el dedal se reía.

Me encontré con uno añejo de cuando

Era una niña…

Quería irme a parar una guerra y

A mitigar el hambre que allí había.

Me salió al encuentro otro de cuando

Era  una jovencita,

Al enamorarme de de un hombre

Que dueña tenía. ¡Iba tan aprisa en mi faena!

 Que el día  se cerraba  y la noche se abría,

Para que mis ojos no vieran los remiendos

Que hacía.

 Tan velozmente recosía  que parecía

Un tren por la vía, una monja sin sorpresa,

O un mendigo sin mochila.

 ¡Ya está bien me dijo el alba!

Cuando adormilada, se me aparecía.

 ¡Deja a los sueños tranquilos! donde los tenías

 Y por aquí sigo encogida con mis mejillas

Descoloridas,

Pero con mi corazón lleno de fuego, por si acaso.

Aparece otro corazón que lo reviva.

Estoy  tan agotada, tan cansada  y tan herida

Al no poder lidiar con el destino

 Que otra vez,  aparece y me  engaña…  

¡En  mi vida!

 

Encarna Recio Blanco



Un deseo inconfesable

 

Un deseo inconfesable

Se acurruca en nuestras bocas,

Ardiendo en la pasión

El hambre nos devora.

 Se abren nuestros puertos

Como el arado abre la tierra.

Juntos…muy juntos faenamos

Cual labriegos en las sementeras.

Abandonados en el barbecho

La luna extasiada… nos vela.


Encarna Recio Blanco