Hoy estoy muy atareada remendando
Los sueños que tenía en el fondo de mi
alma
Y que escaparse quería.
Abrumada, no encontraba como zurcir
Tantas quimeras.
La aguja se me escapaba y el dedal se reía.
Me encontré con uno añejo de cuando
Era una niña…
Quería irme a parar una guerra y
A mitigar el hambre que allí había.
Me salió al encuentro otro de cuando
Era una jovencita,
Al enamorarme de de un hombre
Que dueña tenía. ¡Iba tan aprisa en mi
faena!
Que el día se cerraba y la noche se abría,
Para que mis ojos no vieran los
remiendos
Que hacía.
Tan velozmente recosía que parecía
Un tren por la vía, una monja sin
sorpresa,
O un mendigo sin mochila.
¡Ya está bien me dijo el alba!
Cuando adormilada, se me aparecía.
¡Deja a los sueños tranquilos! donde los tenías
Y por aquí sigo encogida con mis mejillas
Descoloridas,
Pero con mi corazón lleno de fuego,
por si acaso.
Aparece otro corazón que lo reviva.
Estoy tan agotada, tan cansada y tan herida
Al no poder lidiar con el destino
Que otra vez,
aparece y me engaña…
¡En
mi vida!
Encarna
Recio Blanco