Yo
sería tu ángel, para que nadie pudiera
De
ti separarme.
Si tú fueras la espiga yo sería la tierra,
Para
sembrar en tu cuerpo mis quimeras.
Si
tú fueras la lluvia yo sería la tormenta,
Para que sus rayos más nos encendieran.
Si
tú fueras el mar sería la gaviota
Para
beberme tú sal gota, a gota.
Las noches en días las convertiría,
Con
tal de tenerte en mis brazos
Siempre
rendida.
Si en tus ojos viera la tristeza, en alegrías
Las
tornaría, con el amor más grande
Que
Dios escribió en mis líneas.
…Y Si fueras el infierno, me condenaría
Para
muy juntos arder en el fuego por siempre…
¡Vida mía!
Encarna Recio Blanco.