domingo, 1 de mayo de 2016

Madre… Cuantas veces mi pluma sencilla...

 

Madre…

Cuantas veces mi pluma sencilla se calla con miedo.

 Se queda sin tinta y el papel se rompe.

Nunca pude madre estando consciente,

Hacerte un poema como te mereces.

Fui la oveja negra en redil caliente…

Fui la incomprendida, la que quizás no merece

Llevar tu apellido Blanco cual la nieve.

Fue tu primer beso, promesa, fue tu constancia mi guía.

Fueron aquellos cachetes luz para mis negros días.

Fuiste poniendo pontones a mis desvaríos de niña

Para que fuera muy limpia, no sólo para ir a la escuela

Sino para ir por la vida.

Un buen día de tu nido voló tu paloma herida,

Y se fue sola remontando sendas, valles y colinas.

Lejos de ti comprendió porqué tantas regañas.

El “¡ten cuidado! ¡No corras! y ¡heme aquí con mil heridas!

 Ahora me paro y medito, ahora que ya no soy niña.

Y me duele el corazón y me duele el alma mía

Por no saber si llegué, a lo que soñaste un día.

Recordé tanto mi escuela, a mi maestra…

Y aquella farmacia fría donde yo, aun tan pequeña,

Ya escribía mis poesías.

Poesías que siempre hablaban de lo que desconocía.

De lo que me imaginaba, de lo que después vendría.

¡Al amor, pobre de mí!

 A la vida y era tan niña, y a esas cosa que hoy conozco

 Antes, que distinta las creía.

Hoy con los años se tornan en realidades tan frías,

Que te hielan las entrañas, que te ateridan tus días.

 Por eso añoro las cosas madre, de cuando era una niña.

Sé que el mundo me enseñó cosas que tus no sabías.

Y que si las conocías… siempre tú las silenciaste

Para no tarar mis días.

Pero como es imposible Ir de buenas por la vida,

Porque los golpes te hacen abrir los ojos aprisa.

Se endurecieron mis huesos. Trabajé como tú hacías.

Y esquivé las zarzas negras que a mi paso florecían.

…Y aquí me tienes, ya hecha, casi una mujer prendida,

De este mundo más bien malo, con mi alma más bien limpia.

Otra vez madre lo intento, pero ya ves, no es poesía…

Fueron suspiros al viento que recoge esta cuartilla.

Otra vez madre será… Cuando mis musas dormidas

 Despierten. Prometo hacerte, Madre…

La mejor de mis poesías.


Encarna Recio Blanco.


sábado, 30 de abril de 2016

Soy el sueño con el que sueñas...


Soy el sueño con el que sueñas cada noche

La golondrina que aletea en el  alfeizar de tu ventana

El  exquisito bocado de tu hambre sin catarla

Y la melodía de tus cansinas  madrugadas.

Soy el pecado y la penitencia de tu alma

El arriero con su noble carga a las espaldas

La espina y el canto de una alondra enamorada

La locura y la pasión que se desatan

Cuando abres los ojos y la ves a ella en tu cama.

 

Encarna Recio Blanco.




 

martes, 26 de abril de 2016

En tu nombre llevas - María Para María Dolores Moreno Meseguer



En tu nombre llevas a la Virgen María.

También portas las Dolores y mil flores que perfuman

Ese corazón tan noble.

 En tus manos se conjuga el embrujo, el arte, y la magia,

 Cuando tus castañuelas saltan y bailan. 

 Te afanas para repartir las alegrías un bien…

Un tanto escaso en nuestros  días.

 Llevas la sonrisa puesta para lo bueno y lo malo

Y el corazón sin cadenas por si puedes regalarlo.

 Yo se que tú  muchas veces necesitas una mano

Pero te escondes las lágrimas y sigues bailando.

 Tú eres el hada buena de la gente desdichada

Cuando te buscan, te encuentran abriendo tu corazón

Que danza.

 Eres linda sin quererlo eres bella sin buscarlo

Aunque las palabras sobran cuando se bordan las obras.

 Que te acompañe la dicha que no sientas el dolor

Y que sigas desgranando por el mundo las melodías del amor.

 Gracias por esa alegría gracias por acompañarnos

Que la poesía está viva siempre

En tus castañuelas y en tus manos.

 Encarna Recio Blanco.



lunes, 25 de abril de 2016

Parece que llega la calma…

 

Parece que llega la calma…

 Que mi león se ha dormido

En la jaula de mi alma

Donde lo llevo escondido.

 Parece que ya las nubes

Atrás dejaron los truenos.

 Que la lluvia ya no llora

Porque  tú, estás en mi lecho.

Silencio, que nadie turbe

Estos minutos eternos.

 Que nuestros cuerpos sólo gocen

En el tálamo revuelto.

Que en el Cielo las estrellas

Desaparezcan,

Para que nos acune la noche

A solas, y  entre velas.

 Que calle el Mundo un momento.

Que nos dejen con el sabor

De nuestros besos.

 Que tan sólo se oiga

El jadear de nuestros cuerpos.

Sube la marea azulada

Sobre nuestro cuerpo y nos envuelve

Por los acantilados del deseo,

Y en el éxtasis, caemos.

La madrugada aparece sigilosa

Ofreciéndonos sabores nuevos.

Con el estribillo impenitente

 De los te quieros.


Encarna Recio Blanco.




martes, 22 de marzo de 2016

Hoy está llorando el cielo...


 Hoy está llorando el cielo nuevamente

Hoy las armas han vuelto al cemento

Dejando un rastro de sangre

Y de duelo.

Hoy está llorando el cielo nuevamente

Dejando los musgos secos

La tierra estéril susurra

Una oración en silencio.

 

Encarna Recio Blanco.




lunes, 21 de marzo de 2016

¡Poesía! ¡Quiero felicitarte amada mía!


¡Poesía!

¡Quiero felicitarte amada mía!

Te llevo  tan dentro que eres parte de mi vida

Si no te tengo a mi lado no sé lo que haría.

Cual droga te busco para que me calmes

Para que me alegres, para que me ames.

Eres esa dulce melodía que me emborracha

Cuando el amor a mi puerta llama.

¡Te necesito!

Cuando el dolor siento, el desamor presiento

Cuando la risa me llena y la tristeza acecha.

Eres compañera de mis fechorías

Cuando mi pluma a veces, se dispara con osadía.

Tratas de enmendarme pero soy tozuda

En el pensamiento y en la altanería.

Eres un oasis por donde me pierdo

Cuando ya no puedo más con mi enorme cargamento.

Eres  mi paz  mi sosiego alimento de mi alma

Compañera de fatiga en las batallas.

 ¿Qué te diría poesía en este día?

Si mi amor está muy lejos, y en otra compañía.

Que vivo y que muero, que grito y que lloro

Y que los cielos hoy, tienen mil cerrojos.

Siempre te cuento mis cuitas y todo lo que acontece

En este mundo de locos donde mi pluma perece.

Siempre demandando paz, sembrando esperanzas

Para aquellos que estén tristes

Florezca la luz en sus almas.

No sé si mi métrica será la adecuada

No sé si los ritmos están  engarzados

No sé si la estrofa estará desmedida

Sólo sé, que es el corazón y el alma quien me  lo dictan.

Eres ésa dulce  pócima que me emborracha

Con el néctar de tu aroma mi corazón descansa.

Eres indescriptible, etérea bella por dentro y por fuera

¡Quien tuviera la llave para abrir tu puerta!

“Decía León Felipe:”

 Deshaced este verso, quitarles los caireles de la rima

El metro, la cadencia y hasta la idea misma.

¿Qué importa que la estrella esté rémora?

Y deshecha la rosa.

Aún tendremos el brillo y el aroma.

Aventad las palabras y si después queda algo todavía

!Eso será la poesía!

¡Felicidades…¡Amada mía!


Encarna Recio Blanco.