Un dolor de fuego abre mis venas
Dejando que mi sangre
Riegue la tierra.
Por el laberinto de la noche
Mi alma vuela hasta tu puerta.
Está cerrada, nadie contesta
La noche gruñe y yo, estoy muerta.
Encarna Recio Blanco.
Un dolor de fuego abre mis venas
Dejando que mi sangre
Riegue la tierra.
Por el laberinto de la noche
Mi alma vuela hasta tu puerta.
Está cerrada, nadie contesta
La noche gruñe y yo, estoy muerta.
Encarna Recio Blanco.
Quiero que tú seas feliz
Aunque yo me esté muriendo.
Aún así, bendigo el día y la hora
Que llegaste a mi puerto.
Sé que tu piel está desierta
Sin mis caricias
Y que tus ojos deambulan
Buscando las mías.
Sé que no eres feliz
Por donde transitas,
Pero tienes un deber
Que pesa más que tus sonrisas.
Estoy sin estar en mí...
Hazme llorar con la verdad
De tu vida.
Pero hazme feliz tan sólo...
Con unas líneas.
Encarna Recio Blanco.
Madre, madres hoy mi recuerdo es para todas vosotros, las madres del mundo entero
Pero
especialmente…para todas aquellas madres
que no están con sus hijos
Arrebatados por Judas maquiavélicos.
Por las que tienen a sus hijos en los hospitales con enfermedades incurables.
Por las
que están en un asilo solas y no han
sido visitadas por los hijos que un día parieron
Por las que perdieron a su hijo a la vuelta de una esquina, o en cualquier batalla.
Por
aquellas, que en el momento de parir se las arrebataron para darlos en adopción
a sus espaldas, diciéndoles que habían muerto.
Por las que no tienen comida para mantenerlos. Por lasque tienen que prostituirse a escondidas, lejos de su familia para alimentarles.Por las madres separadas…divorciadas…con grandes litigios por su custodia.Por todas esas madres mi más profundo abrazo y mi respeto.
Y para ti madre querida, que tiene noventa y seis años y que sigue estando a mi lado, aunque la distancia nos separe sólo en cuerpo decirte que te quiero con todo mi corazón.
Encarna
Recio Blanco.
Vivo sola, a mi manera
Sin amos ni cuentistas por el medio.
Más loca que una cabra, pero…
Por la senda de la injusticia,
Nunca me pierdo.
Con buena leche y pocos cuernos
A ninguna manada pertenezco
Cuando paso, las sabandijas me miran
Y salen corriendo.
Si la locura es vida…
Un buen trago cada día saboreo.
Me emborracho con la miel de un panal
Y me bebo el néctar de tu aliento.
Sin centinela a la puerta no tengo miedo
Sigo desgranando verso, tras verso
Que me alimentan,
Como el mejor de los manjares
Mi alma y mi cuerpo.
Con lluvia, con Sol y con viento,
Me visitan Ángeles del Cielo
Y les invito a un buen festín
Con las poesías que salen
De mi horno… ardiendo.
No me hizo bella por fuera
Ni me dio los ojos grandes
Ni abundante melena
Pero me hizo buena.
Me dio una amplia sonrisa y me dijo:
No te la quites aunque
En esta vida sufras,
Hasta que te mueras.
Me regaló dos piernas fuertes
Para que caminara por la vida
Y me encargó que buscara siempre
La Paz y la Justicia.
Me donó bellas musas
De su edén infinito,
Para que mis dedos tejieran
El amor y el cariño.
Una mente con ansias.
Un corazón sin cerrojos.
Un alma blanca donde guardar
Mis más preciados tesoros.
No me hizo bella por fuera
Y casi se lo agradezco...
Prefiero la otra belleza
La que solo ven, los ciegos.
Encarna Recio Blanco.
Dónde
comprar las sonrisas
Unos
gramos de amistad.
Muchos
kilos de paciencia
Y
unas migas de piedad.
Dónde encontrar al amor
Aunque
nos haga llorar
¡Donde
lograr una choza!
Para
que pueda soñar.
Dónde adquirir esa pócima
Para
las llagas calmar.
Hay
tantos, tantos heridos
En
esta batalla campal.
Dónde se encuentra el trabajo.
Un
abrazo fraternal.
La
libertad que se pierde
Y
no se vuelve a encontrar.
Donde descubrir un mundo
Sin
crueles gobernantes
Para
que todos los niños
No
pasen hambre.
¿Dónde está la compañía en los asilos?
¿Dónde
las camas en los hospitales?
Un
albergue para esos padres
Que
les tiran sin miramientos
De
sus casas a la calle.
¿Donde enterramos las drogas?
Donde
encontrar la alegría.
Donde
buscamos la Paz
Si
está enferma y escondida.
Donde comprar la justicia
Si
tan injusta faena.
Donde
lograr la inocencia
Si
se ha pasado de fecha.
Donde adquirir la autoestima.
Donde
se vende humildad
¡Dios
mío! Dios mío!
¿Tanto
cuesta en esta vida?
¡Encontrar felicidad!
Encarna
Recio Blanco.