Quiero que tú seas feliz
Aunque yo me esté muriendo.
Aún así, bendigo el día y la hora
Que llegaste a mi puerto.
Sé que tu piel está desierta
Sin mis caricias
Y que tus ojos deambulan
Buscando las mías.
Sé que no eres feliz
Por donde transitas,
Pero tienes un deber
Que pesa más que tus sonrisas.
Estoy sin estar en mí...
Hazme llorar con la verdad
De tu vida.
Pero hazme feliz tan sólo...
Con unas líneas.
Encarna Recio Blanco.