domingo, 31 de mayo de 2009

Se me han juntado las penas.



Se me han juntado las penas.

 No sé qué hacer con ellas

Si un ramillete, una corona

O dárselas a cualquiera.

¿Qué conjuro estará haciendo?

¡La luna cuando se altera!

 Me dice, coge el fusil

Y así podrás tú con ellas.

Pero yo no quiero armas

En esta terrible guerra.

Aunque estoy más sola que la una,

En una frontera con metralletas.

A un transeúnte me encuentro

Y le invito a mi contienda

Pero  sigue su camino

Con una mochila negra.

Un borracho en la otra esquina

Cae de bruces en la acera

y me dice  que me vaya,

Donde la alegría me espera.

Sigo sola mi camino

Y tras de mí, vienen  mis penas.

Cual comitiva funesta

Van a enterrarme con ellas.

 

Encarna Recio Blanco



viernes, 1 de mayo de 2009

Pintaré un Mundo de colores


Pintaré un Mundo de colores

Con mis pinceles desgastados

Azul, violeta, o verde,

Con estrellas fugaces a tu lado.

Lo pintaré para que veas

El mañana nuevamente

Y olvides si es que puedes...

El filo de su muerte.

Los recuerdos tan tristes

Que aún anidas...

En el tronco de aquél árbol

Grabasteis media vida.

Pintaré un Mundo de colores

Para que tú puedas ver,

Que existe un nuevo día

Con el amanecer.

Te pintaré un arco iris

Entre palmeras calladas

Que lloran quizás también,

Que ella se fue con el alba.



Encarna Recio Blanco 

sábado, 25 de abril de 2009

Por la calle de las ánimas van...


Por la calle de las ánimas van tres beatas con mantillas.

Las campanas de la iglesia tocan que tocan, a misa.

Me miran con gran descaro porque llevo minifalda,

El pelo tirando a rubio y una melena muy larga.

 

En vez de correr me paro delante de estas fanfarrias,

Para decirles que recen por las que estén descarriadas.

Por las que tienen maridos y amantes meten en casa.

Por las que abortan maridos de las que están bien casadas.

 

Por el jefe de su hija que la tiene colocada

Y se dice por el pueblo que le ha comprado una casa.

Por el marido de la otra que a la cárcel fue a parar,

Porque dio talones falsos a quien tenía que pagar.

 

Por su suegra en un asilo cuando la herencia cogieron

Dejando a la pobre vieja que se pudriera allí dentro.

 Ahora me miran con rabia de oír lo que yo les digo

Y se arreglan la mantilla con un mohín encendido.

 

¿Que pedirán al Señor al rezar el Padre Nuestro?

¿Qué les perdonen las culpas o la envidia que sintieron?

Falsas monedas portaban con un grande Crucifijo.

Por la calle de las ánimas…murmuraban los tres bichos.

 

Encarna Recio Blanco.






No tengo ganas de hablar



No tengo ganas de hablar, de mirar, ni de escribir.

No tengo ganas de nada y me cuesta sonreír.

No puedo ya caminar por este largo sendero

Angosto y con mil espinas que sembraste a tu antojo.

 ¡Cómo quieres Dios que aguante las ganas y los deseos!

¡Cuando se me rompe el alma el día que no lo veo!

Si lo pusiste en mi vida aquella tarde de enero,

Cuando la lluvia caía y  tormenta había en el Cielo.

 Quizás fuera ya el presagio de lo que vendría luego,

Y no quise darme cuenta de sus besos traicioneros.

¿Cómo quieres que me aguante las ganas y los deseos?

Si me emborrachó la vida con vino de su veneno.

Cráteres de fuego,  montañas nevadas

Mil ríos sin agua y yo…enamorada.

Ya me he convencido, lo quiero olvidar.

¡Dame Dios las fuerzas para desatar...

Lo que tan atado en mi vida está.

No sé si podré… lo voy a intentar.

 

Encarna Recio Blanco.




El sueño huyó de mí



El sueño huyó de mí como un lobo con hambre

Que busca la presa ara alimentarse.

La cama desecha gemía sin cesar

Vueltas y más vueltas a mí sin parar.

Del reloj cercano unas campanadas

Tristes eran tristes como mi almohada.

Buscaba tu cuerpo y no lo encontraba

Ansiaba unos besos que se me negaban.

Mi sangre hervía en la madrugada

Mi cuerpo pedía arder en tus brasas.

Las sombras vagaban en mi habitación

Entonaban tristes poemas de amor.

No tenían prisas y no me asustaban

Estaban velando mi luto del alma.

La luz en la alcoba pronto apareció

Y entonces el sueño  de mi se burló.

 

Encarna Recio Blanco.




sábado, 18 de abril de 2009

Caminaré taciturna...


Caminaré taciturna
Cuando ya nada me importe…
Sin volver la vista atrás

Por la senda de mi noche.


Me tacharan de loca.
De poeta incomprendida.
Quizás de samaritana
O de fulana furtiva.

Por nuestras calles secretas voy

Por donde las sombras ardían
Cuando tu boca y mi boca
Pegadas se consumían.

Con mi maleta de sueños
Hoy pasé por última vez
Para ver si aún quedaban…

 Mil besos por recoger.

 

Encarna Recio Blanco.