El
sueño huyó de mí como un lobo con hambre
Que
busca la presa ara alimentarse.
La cama
desecha gemía sin cesar
Vueltas
y más vueltas a mí sin parar.
Del reloj cercano unas campanadas
Tristes
eran tristes como mi almohada.
Buscaba
tu cuerpo y no lo encontraba
Ansiaba
unos besos que se me negaban.
Mi sangre hervía en la madrugada
Mi
cuerpo pedía arder en tus brasas.
Las
sombras vagaban en mi habitación
Entonaban
tristes poemas de amor.
No tenían prisas y no me asustaban
Estaban
velando mi luto del alma.
La luz
en la alcoba pronto apareció
Y
entonces el sueño de mi se burló.
Encarna
Recio Blanco.