A
veces el alma decide tomarse un descanso
Y
el corazón te dicta que está muy cansado.
Macuto
a la espalda con los pies descalzos
Raída
pamela me escapé cantando.
Lejos
del bullicio, del niño llorando
De
veloces coches de calles gritando.
De malas noticia de oropeles falsos
De
ninfas ocultas, de malo y de raro.
Del
reloj que llama sin pedir permiso
De
brujas que acechan en sus escondrijos.
Me
acogía la luna cuando el sol dormía
Y
en aquella senda libre me sentía.
Pasaban
los días y más me encontraba
Lejos
de aquel mundo que me trastornaba.
Quería
ser libre, que nada me atara
Que
mi mente llena se desatrancara.
He
guardado bien el sol en una caja de plata
Noches
de luna y de brisas en mitad de una
montaña.
Como
cabra al monte o perro sin dueño
Me
sentía segura en aquel destierro.
Otra
vez al frente de los entresijos
Pero
ahora ya tengo más claro el camino.
Encarna
Recio Blanco.