miércoles, 28 de mayo de 2014

Bailaba la pluma y cantaba


 Bailaba la pluma y cantaba

Entre mis dedos

Lo que iba escribiendo.

 Recuerdos  y caricias

Añejos... añejos.

Tras de los cristales

La luna en plenilunio

Osada empezó

 A darme consejos.

La pluma seguía bailando.

Yo  sin oírla  

Seguía escribiendo.

Mi memoria rastreaba

 Sin la ayuda del tintero

Los recovecos de mi alma

 Que se batían…

Con la pluma que cantaba

Y con la luna que ahora…

 Bailaba.

 

Encarna Recio Blanco.




domingo, 4 de mayo de 2014

Al principio de mi vida.


Al principio de mi vida.

En la plenitud de mis días.

En el ocaso que me acecha.

En el roble inmóvil.

En la soledad del campo.

En las murallas infranqueables del estío.

En cada libro abierto.

En cada beso clandestino.

En cada  poemas trasnochado.

En cada momento de mi vida

Siempre pensando que tal vez…

Un día…volverías…volverías.

 

Encarna Recio Blanco.



viernes, 14 de marzo de 2014

Ya está bien de perder más el tiempo...



Ya está bien de perder más el tiempo

De que me paguen con falsas monedas

De dar siempre lo mejor que tenía

Y  me robaron por la puerta trasera.

Ya está bien de lágrimas

De suspiros y melancolías

Hoy me he puesto la piel de serpiente

Para defenderme de tanta felonía.

Ya no quiero perder más el tiempo

Con mediocridades…

Que sucios por dentro y por fuera

Van desparramando infelicidades.

 He perdido mucho tiempo, y me arrepiento

He querido mucho, y me contengo

He sido legal con todos

Porque me sobraban sentimientos.

Ya está bien de  esparcir las sonrisas

De dar la mano a quien no lo merecía

De callar lo que debía vomitar

Muchos días.

Mi  tiempo es escaso y no quiero perderle

Quiero caminar junto a personas de verdad

Quiero a mí alrededor seres humanos

Que sepan tocar el corazón con las manos.

 Aunque sólo Dios sabe el tiempo que he perdido

Ahora recupero la cordura.

Porque no quiero a mí alrededor

Truhanes con  falsas envolturas.

 

 Encarna Recio Blanco.



sábado, 8 de marzo de 2014

¡Mujer…mujer…mujeres!


¡Mujer…mujer…mujeres!

Hoy mi pluma clama para ti  porque eres…

Esa estrella brillante de la noche cuando el Cielo duerme.

Derramando la paz y armonía con la lira de tus sueños 

Por todos los rincones.

Con tu velo de nácar las sombras amilanadas desaparecen

En el Olimpo  de tus fuerzas hasta el mar se adormece.

¡Mujer…mujer…mujer!

Eres cual  roca  perenne que altiva nunca se deshace,

Aunque algunas veces, el rayo laceró tu bella frente.

Lirio trasnochado en la vertiente de muchos sinsabores,

Vas dulcificando poco, a poco,   con sonrisas, los dolores.

Diosa de los tiempos abono cuando gime el azahar

Incandescente la llama de tu piedad.

¡Mujer…mujer…mujer!

La vida germina en tu cuerpo con semillas de amor impacientes,

Y la sementera fecunda  florece en la tierra fértil de tu vientre.

 Nodriza  incansable…de tus pechos, cual fuente

 Indulgente legas el maná sagrado donde los retoños

Se avivan y florecen.

Cual hormiga laboriosa te afanas en  resguardar  tus  simientes

Para que el crudo invierno no las reviente.

Acuarela que Dios dibujó con sus manos

En el jardín donde la paz florece con una perla inmaculada

De diosa te tatuó la frente.

 Refugio para el hambriento  en el desierto de las esperanzas.

Timón de un velero cuando naufraga.

Tu grito callado a veces, nadie oye en un Mundo yermo y sombrío

Donde las voces,  por acantilados de temores mueren.

 Hoy mi grito  elevo  para ti mujer con tal fuerza  y en tu nombre,

Que llegará hasta los confines de esta tierra para que te adoren.

 ¡Si das la vida mujer! Que nadie te haga llorar…

Porque Dios va contando tus lágrimas para multiplicar

El amor en tu corazón que tienes que regalar.

 

Encarna Recio Blanco.



 


sábado, 1 de marzo de 2014

Hoy está contento el Cielo.



Hoy está contento el Cielo

Y me manda una sonrisa

Un ramillete de besos

Y una sorpresa querida.

 Hoy las brisas me susurran

Que la esperanza está viva

Y el camino ya lo veo

Con rosas, en vez de espinas.

Hoy cantan los ruiseñores

Hoy son verdes las colinas

Hoy a mí me ha dicho Dios

¡Qué me quieres vida mía!

 

Encarna Recio Blanco.



viernes, 28 de febrero de 2014




¡Lucía el sol en los cielos…Paco!

Cuando en la caja de ébano volvías

Hacia tu última morada.

Tu guitarra dormida por compañera

Sin tus manos despiertas a tu lado lloraban.

 Navegando entre  Cielos y  mares

A tu paso y en silencio, todos te saludaban

Surcando  el  camino del silencio

Te devolvían hacia tu patria.

¡Lucía el sol en los Cielos…Paco!

A tu regreso entre la pena todos lloraban

Porque aquel ruiseñor de las cuerdas

Con sus manos inertes y frías

Para siempre se nos marchaba.

 Con el corazón hecho pedazos

Desgajado te tronchaste en aquella playa

Donde el viento, sin tu saberlo

Con una triste canción, ya te avisaba.

 ¡Lucía el sol en los Cielos…Paco!

 Que para acogerte en el edén infinito

Quiso vestirse de gala,

A nosotros nos dejas para siempre

Lo que nunca morirá… tu gran obra

Y las melodías de tu guitarra.

¡Descansa en Paz!

 

 Encarna Recio Blanco.