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domingo, 10 de marzo de 2019

Removiendo a dentelladas...


Removiendo a dentelladas la tierra

Voy como una fiera salvaje.

Entre los recovecos de lo indómito

Me pierdo, sin encontrarte.

Con el alma a flor de nardo trajino.

Mi talle se ha quebrado,

Y del rosal se ha desprendido,

Dejándome las espinas

 Clavadas como cuchillos.

Como hijos pródigos mis besos

 A tu boca  se afanan por llegar,

Y aunque quiero retenerlos

No puedo, y les dejo escapar

Tengo temores de demonios.

 Espadas de guerreros al acecho.

Silencios que gritan siempre

El gran amor que te profeso.

 

Encarna Recio Blanco




miércoles, 25 de marzo de 2015

Padre Nuestro que estás en los Cielos.


¡Padre Nuestro que estás en los Cielos!

¡Cómo te digo esta noche el dolor que siento!

 ¡Padre Nuestro! Que estás en la tierra

En el llanto, en el huerto, en el mar, en el puerto,

Entre el hielo y el viento.

 ¡Padre Nuestro! Que estás en el Cielo  y en la Tierra

Donde tienes tu gloria y tu infierno.

Entre montañas heladas han quedado sus cuerpos.

 ¡Padre Nuestro! que estás en la espina

En el beso, en la espiga, en el pecho, entre el hielo…

 Padre que habitas en cualquier sitio

Dios que penetras en cualquier hueco.

 Tú que quitas la angustia y el miedo…

Aunque  no entendamos a veces tus misterios.

 Entre montañas heladas han quedado sus cuerpos

Sin el abrazo amoroso, sin el último beso.

 Santificado sea Tu nombre en todos los confines del universo.

Nuestras alas se rompen a veces aunque sean de acero.

 Venga a nosotros Tú Reino después de dolores tan inmensos.

Cuando la sangre riega las montañas con el horror y el miedo.

 ¡Padre Nuestro! Si es Tu voluntad la acataremos

Pero calma el dolor de esos padres y de tantas familias

Que hoy están sufriendo ¡Padre Nuestro!


Encarna Recio Blanco.





lunes, 6 de octubre de 2014

Emigro hasta los bosques...



Emigro hasta los bosques

Escalo las montañas

Busco  trigo limpio

En tierras mojadas.

Sobre la escarcha duermo

Me cubre la mejorana

Y me  oculta de los forajidos

Que portan navajas.

Colmada de soles llega la mañana

Y el trino de mil golondrinas

Aletean gozosas

En mi verde cama.

Platico con el silencio

Espanto al dolor

 Me alío con la libertad

Y sigo buscando incansable...

¡El amor! ¡El amor!

  

Encarna Recio Blanco.




lunes, 20 de enero de 2014

Las verdes praderas de mi Extremadura...

Las verdes praderas de mi Extremadura

Se visten de gala con mantos bordados.

 

Blancas son sus gentes, verdes sus praderas,

Y negra la pena de los que están fuera.

 

¡Verde...Blanca...Negra! ¡Esa es tu bandera!

 

! Ay mi Extremadura…qué pena!

Qué pena de tus emigrantes

Sudores nos cuesta no poder dar más

Para levantar ésa nuestra tierra.

 

Volvemos cansados de la gran ciudad

Donde sólo hay humos,

Prisas por llegar, pisos que son nidos

Trozos tan pequeños

De esa joya grande que es…

 

¡LA LIBERTAD!

 

Nos esperas con esa alegría de madre

Que anhela, abrazar al hijo que se fue de ella.

 

Te pones tus galas, las flores primeras,

Aires perfumados, Sol que brilla y quema.

¡Extrema en amores! ¡Dura en las partidas!

 

Tierra de poetas…tierra de pastores

De trigo y de olivos ¡De Conquistadores!

 

 

Encarna Recio Blanco.





miércoles, 16 de octubre de 2013

Silencio absoluto.


 

Silencio absoluto en el valle, ni los pájaros cantaban.

Por la vereda abrupta aquella mujer caminaba. 

Unos folios en blanco en sus manos, que el viento zarandeaba.

Y en el Cielo mil nubes traviesas al escondite jugaban.

 Cansada se tumbó en la vereda quedando su cuerpo

 Pegado a la tierra, que la acunaba como a una niña pequeña.

La regó con su llanto, le contó sus penas de amor

Y aquella terrible pesadilla que la trastornó.

 Todo era silencio, quietud y misterio, el monte espiaba…

A lo lejos, unas campanadas llamaban a duelo.

El ocaso apareció de improviso, los folios en blanco gritaban.

Las vacas mugían, y los corderos volviendo al redil, lloraban.

 Sus ojos miraban sin ver, ni la grandeza de Dios

Y cerrándolos dulcemente a su lado voló...

 

Encarna Recio Blanco.





lunes, 29 de septiembre de 2008

Quien la puso Guatemala


¿Quien la puso Guatemala

¿Siendo una tierra tan buena?

Yo la bautizaré esta noche

Llamándola… Guatebuena.

Donde sus gentes sensibles

A la poesía se aferran.

Al trabajo bien labrado.

A la casta de sus venas.

 ¡Que cerca estás esta noche!

Aunque tan lejos te encuentras

Lusinda hoy me has tocado

Mi corazón que  hasta ahí vuela.

Para vosotros escribo…

Los que tenéis la conciencia

De que el sentimiento puro

Puede abrir todas las puertas.

 No hay distancia en el amor

Ni en los pueblos que faenan

En que la Paz por el mundo

Florezca cual primavera.

Lusinda me gustaría regalarte

Lo mejor de mi cosecha…

Hoy te mando con el viento

Las flores más bellas.

Al pueblo de Guatemala

Hoy le digo: Guatebuena…

Porque me llegó el perfume

 De Lusinda desde Guatemala…

La Buena.


Encarna Recio Blanco