¡Padre Nuestro
que estás en los Cielos!
¡Cómo
te digo esta noche el dolor que siento!
¡Padre Nuestro! Que estás en la tierra
En el llanto,
en el huerto, en el mar, en el puerto,
Entre
el hielo y el viento.
¡Padre Nuestro! Que estás en el Cielo y en la Tierra
Donde
tienes tu gloria y tu infierno.
Entre
montañas heladas han quedado sus cuerpos.
¡Padre Nuestro! que estás en la espina
En el
beso, en la espiga, en el pecho, entre el hielo…
Padre que habitas en cualquier sitio
Dios
que penetras en cualquier hueco.
Tú que quitas la angustia y el miedo…
Aunque no entendamos a veces tus misterios.
Entre montañas heladas han quedado sus cuerpos
Sin el
abrazo amoroso, sin el último beso.
Santificado sea Tu nombre en todos los confines del universo.
Nuestras
alas se rompen a veces aunque sean de acero.
Venga a nosotros Tú Reino después de dolores tan inmensos.
Cuando
la sangre riega las montañas con el horror y el miedo.
¡Padre Nuestro! Si es Tu voluntad la acataremos
Pero
calma el dolor de esos padres y de tantas familias
Que hoy están sufriendo ¡Padre Nuestro!
Encarna Recio Blanco.
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