Nadie muere del todo, si deja sus semillas en la tierra
Regadas con los buenos sentimientos de su vida
Los
cuales germinarán algún día.
Somos trozos del fruto que madura en una tierra
Entre vientos y mareas, que nos va zarandeando
Con
fuerza y sin medida.
Con pinceles del alma dibujemos los versos en la orilla
Para
cualquier corazón, que necesite amor y
compañía.
Con las espinas y las alegrías sembraremos la cosecha,
Para
que nuestra estela siga su ruta eterna.
Nadie muere del todo, si deja en esta tierra prendidas
Sus limpias semillas.
Encarna
Recio Blanco.