Mostrando entradas con la etiqueta miel. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta miel. Mostrar todas las entradas

jueves, 28 de marzo de 2019

Buena suerte, muchacha...


Buena suerte, muchacha.

 Lucirás muy bonita,

Con el velo de novia y el ramo de azahar,

Pero sin el sonrojo de tu primera cita,

Sino pálida y seria delante del altar.

Pronto será la boda.

Pero acaso un despecho,

Amargará las noches de tu luna de miel,

Si al abrir una puerta reconoces un lecho

O al cruzar un pasillo, recuerdas a otro hotel.

Sin embargo, muchacha, cuando termine el viaje,

Ya serás la señora de no sé qué señor,

Aunque tal vez descubras, al abrir tu equipaje,

Que en las prisas…  ¡Qué pena! ¡Muchacha!

¡Se te olvidó el amor!

J. A. Buesa.

Encarna Recio Blanco



viernes, 14 de junio de 2013

Ya te llamo yo...



¡Ya te llamo yo!

No era el mensaje de una paloma, ni unas líneas despistadas,

Ni una oración gramatical, ni el vaticinio de una carta del tarot

 Falsificada.

Era una frase de hielo saturada, una sentencia penada,

La miel envenenada, una borrachera de miedos, y de espadas.

 ¡Ya te llamo yo!

 Y me senté en el banco de la plaza esperando la  a la muerte,

Con la vida que yacía entre brumas de negras cenizas.

 ¡Ya te llamo yo!

Seguía esperando a las puertas del olvido, en las murallas

Del hambre, en los acantilados de la esperanza, aquella llamada.

Mayo se despedía del almanaque y aquella frase

Ya te llamo yo, se deshojó cayendo desplomada...

En un adiós cobarde  y sin palabras.

 

Encarna Recio Blanco.


 

 

martes, 10 de junio de 2008

Cállate no hables



 Cállate no hables ahora no me des explicación

Que sin decirla la siento muy dentro del corazón.

Cállate ya y no digas lo que no quieres decir

Las excusas ya no sirven y no calman mi sentir.

 

Mírame solo a los ojos y en ellos  podrás ver

Esa verdad tan oculta que no logras entender.

Cuando estemos en silencio y nadie nos pueda ver

Nuestras almas encendidas nos harán enloquecer.

 

Navegaré por tu cuerpo no importa donde estés

De la mañana a la noche o en el negro atardecer.

Te fuiste sin decirme lo que quería oír...

Cállate ahora no hables déjame beber de ti.

 

Saborear tu veneno que nos perdamos los dos

Que sin tiempo y sin espacio busquemos nuestro rincón.

Que más nos da si mañana no nos volvemos a ver

Si no hubiera amaneceres ni besos por recoger.

 

Vivamos prestos la noche los minutos al compás

Dejemos que nos envuelva ésta loca realidad.

A mí me sobran las fuerzas a ti te falta valor

Pero uniendo nuestras almas seremos un corazón.

 

Cállate, ya esta noche Sólo te quiero besar

Y lo que venga mañana…solo Dios nos lo dirá.

 

Encarna Recio Blanco.